Una mamá psicóloga -
Capítulo 57
Capítulo 57:
POV Lizbeth
Me dejo caer sin ningún remordimiento hacia el abrumador placer que se mueve por todo su cuerpo y me hace simplemente desear más.
El hombre sobre mí también alcanza su clímax, sus labios beben mis gemidos mientras hago lo mismo con los suyos y todo termina dejándonos en una pequeña y encantadora bruma de placer que simplemente se siente perfecta.
Me pregunto si alguna vez me he sentido de esta manera, si realmente fui feliz con David alguna vez o si solo estaba tratando de conformarme con lo único que mantuve de mi vida antes del accidente.
El hombre a mi lado toma mi mano, mi mirada se mueve hasta los dedos que acarician ligeramente la marca en mi muñeca y trato de alejarla, pero él no me lo permite.
“¿Qué pudo ser tan importante?”, dice entonces.
“Estoy segura de que no habrías tirado tu futuro por algo sin importancia, al menos no de forma intencional”.
El hombre a mi lado me mira.
No me gusta hablar de lo que pasó, realmente no me avergüenza contarlo y tampoco me genera algún tipo de sentimiento, pues ya hace años que lo superé, pero nunca nadie me había preguntado con tanta seguridad de que realmente hubo algo importante detrás de mi accidente.
“Si no quieres hablar de eso, lo entiendo es solo que… sentía curiosidad”.
“Realmente fue un accidente”, admito.
“Digamos que estaba en el lugar incorrecto, pero sí en el momento indicado”
Trago el sabor amargo en esas palabras.
“Discutí con David y me dejó tirada en la carretera. Un carro golpeo otro coche y llamé a la policía, trate de ir a ver si las personas estaban bien, pero resbalé después de conseguir sacar a…”, suspira.
“Solo dejémoslo en que perdí la conciencia y cuando respete estaba en el hospital”
“La persona que salvaste…”
“No lo sé realmente, pero tampoco quiero saber”, admito
“Quiero pensar que sobrevivió, tengo sueños bastante confusos de ese momento, pero estoy seguro de que vi a alguien asomarse por el lugar desde el que caí”
Me pongo en pie cuando comienzo a pensar una vez más en eso, mi esposo me observa mientras coloco una vez más la bata de dormir sobre mi cuerpo e intento sonreírle antes de mirar la hora en el reloj de la pared en esta habitación.
“Iré a ducharme para preparar algo de desayuno”, sonrío.
“Puedes dormir un poco más.
“Te ayudaré a preparar el desayuno”, dice saliendo de la cama completamente desnudo.
“Pero primero tomemos una ducha”
Su mano rodea mi cintura.
“Los dos”.
POV Jeremías
Tomo a mi hija en brazos para despedirme.
La mujer sonrojada a mi lado que sostiene la mano de Lucas no es capaz de sostener mi mirada, pero comprendo que las cosas llevan su tiempo y pasar de discutir a dormir juntos en la misma casa puede hacer un poco difícil nuestra nueva situación.
“¿De verdad no puedes quedarte?”, murmura mi hijo.
“¿Por qué no volvemos a casa papá?”
“Cariño, necesito hacer unas cosas”, respondo antes de besar la mejilla de Lucía.
“Además estas son como unas vacaciones con mamá”
Miro a la mujer en cuestión.
“¿No te parece divertido?”
“No me gusta esta casa papá”, murmura mi hijo haciéndome sentir un poco extraño.
“Además Lulu, llora cuando ve el cuadro de la sala”, niega.
“No me gusta eso”
Comprendo que mi hija se sienta un poco abrumada por la fotografía, es una de las razones por las que dejé de venir aquí.
Mi madre tampoco viene aquí por ese motivo y es la única cosa por la que este lugar sigue siendo el más seguro.
“No tienen que mirar el cuadro”, respondo antes de mirar a mi esposa.
“Oh mamá puede simplemente cubrirlo”.
“Creo que lo haré para que podamos disfrutar un poco más de estas vacaciones”, suspira.
“Ahora creo que deberías llevar a Lucía a ver la fuente del jardín”.
“Si creo que tienes razón”.
Dejo a la niña sobre el suelo.
Su hermano camina rápidamente para tomarla de la mano y una vez estamos a solas siento que realmente no quiero irme de aquí.
Hace años que no tenía un desayuno familiar, aunque creo que realmente nunca tuve un desayuno familiar donde no sé hablara del futuro que debíamos seguir o las cosas que debíamos hacer por el bien de la familia.
“Deberías quedarte aquí un poco más”, dice ella con una voz casi inaudible.
“Quizás podríamos pasar el resto del día con los niños, como dijo el doctor, y podría preparar una… una cena”.
“Me encantaría”, admito tomando su mano.
“Pero necesito resolver las cosas lo antes posible y aquí no podré hacerlo, además, no quiero que mi madre se atreva a venir aquí”
“Quizás si hablaras con ella”, responde.
“Quizás podríamos solucionar las cosas, tu madre solo está preocupada por el futuro de sus nietos”.
“Ella solo está tratando de llevarme la contraria”, le respondo.
“Solo está escuchando a mi tío y eso realmente no me gusta, pero lo solucionaré”, la acerco mucho más a mí.
“Te prometo que regresaré lo antes posible cuida bien de mis hijos”, sonrío ligeramente.
“Aunque eso está de más decirlo”.
“Te prometo que los mantendré seguro”
Ella baja su mirada.
“Además seguiré con su tratamiento todo lo que pueda, quizás si hablo con ellos un poco más consiga que Lucía hable”.
Miro a mi esposa a los ojos.
Las ganas de quedarme aquí y realmente verla, tratar genuinamente de cuidar a mis hijos, de buscar su mejoría sin nada más me llena.
Mi mano se mueve hacia su cintura, ella jadea, pero me permite pegarla a mi cuerpo.
Bajo mi boca a la suya ansiando quedarme con ella.
Estoy ansiando besarla hasta que no podamos respirar y aunque eso me preocupa decido dejarme llevar por esta sensación que ha crecido en mi pecho sin que me diera cuenta.
“Llámame si necesitas alguna cosa”, le pido.
“Y recuerda estudiar para tu examen, hable con el chofer para que venga por ti para llevarte a la universidad”, le informo.
“Oh también contrataré a una niñera para que se encargue de los niños mientras estás en tu examen final”
“No lo necesito”, responde ella.
“Llevaré a los niños con mi madre, prefiero que estén con ella”.
“Cualquier cosa que decidas me parece bien”, admito besándola una vez más.
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