Una mamá psicóloga
Capítulo 101

Capítulo 101:

POV Lucas

“Doctor, esto es mucho más de lo que acordamos, no se siente bien, su madre es una mujer encantadora”.

“Te prometo que encontraremos un modo de arreglarlo”, respondo sin dejar de mirar a la carretera.

“¿Cómo te sientes?”

Pregunto genuinamente preocupado.

“¿Pasaron las náuseas?”

Ella me mira durante un segundo.

Mis sentimientos se mueven dentro de mi pecho de esa forma que no quiero realmente explorar y cuando ella aparta su mirada hasta su regazo asiente.

Puedo ver el tono rosa de sus mejillas mientras habla.

“Los caramelos de almendras ayudan casi siempre”, suspira.

“Realmente estoy agradecida por ayudarme en el baño, yo nunca había tenido uno”

Su voz se apaga ligeramente.

“Nunca he tenido el apoyo de nadie desde que todo esto sucedió”.

Me siento mal por ella.

Me molestan sus padres y la forma en que están apartándola solo por un error que sinceramente no fue suyo.

Llevo una de mis manos hasta las suyas para consolarla porque no soy capaz de solo ignorarla.

Quiero ayudarla.

Deseo ayudarla todo lo que puedo.

“Estoy aquí ahora”, le advierto.

“Soy tú… amigo y ya no estás sola, así que solo dime cuando te sientas mal o bien”

La miro durante unos minutos.

“Estamos juntos en esto, así que solo dímelo todo, ¿Vale?”

Ella asiente.

Conduzco en silencio hasta la ciudad y cuando pasamos por una pequeña tienda me detengo.

Beatriz me mira confundida, pero le pido esperar en el auto antes de bajarme.

Busco en los estantes de la tienda algunos caramelos para ella.

Termino comprando unos seis paquetes junto a un poco más de helado, ya que su suministro estaba a punto de acabar esta mañana.

Me di cuenta de ello hoy en la mañana cuando fui a buscar algo de beber.

Después de pagar rápidamente en la caja salgo de la tienda, dejo las bolsas sobre el regazo de la mujer a mi lado y puedo ver la curiosidad en sus ojos cuando los abre.

Mis ojos se quedan en ella, su mirada se aleja del contenido de la bolsa.

Su barbilla tiembla mientras me observa y veo el momento exacto en que sus ojos se humedecen.

Las lágrimas corren por sus mejillas, sorbe por la nariz mientras mi corazón se desborda por la necesidad de cuidarla.

Ella pasa una mano por sus ojos para limpiarlos, pero antes de que pueda hacerlo tomo su mano.

No sé qué estoy haciendo realmente, pero tampoco puedo detenerme.

Me inclino sobre ella, beso ligeramente a sus labios antes de limpiar sus lágrimas.

Ella parece en shock cuando me parto, pero se inclina sobre mi cuerpo y deja un diminuto beso sobre mis labios.

Ambos nos miramos.

El ambiente en el auto ha cambiado y no sé qué decir o cómo reaccionar realmente porque esta chica me confunde.

Me preocupa.

Me hace sentir de un modo que no puedo detenerme, aunque sé que no me conviene sentirme así.

“Vamos a casa”, digo carraspeando.

“Y sobre este beso, nosotros…”

“Creo que no deberíamos hablar de eso” dice ella alejando su mirada de mí.

“Yo… no sé qué me pasó, pero esto no está bien”

Me quedo en silencio cuando la veo sujetar nerviosamente su rosario, prendo el auto antes de conducir el resto del camino a casa, pensando que quizás lo que ella dijo sea lo mejor.

POV Beatriz

¡Tengo que haberme vuelto loca!

Grito dentro de mi cabeza mientras subo en el ascensor hasta el departamento que comparto con el hombre que acabo de besar.

Mi corazón sigue latiendo como un loco mientras mi memoria repite una y otra vez lo que sucedió en el auto.

Ni siquiera digo una palabra cuando las puertas del elevador se abren y prácticamente salgo corriendo del lugar con la mirada fija en la puerta de la habitación que amueblado para mí.

El gato en la puerta de esta me mira.

Lo tomo en brazos antes de entrar para cerrar la puerta tras de mí.

Escucho los pasos de mi compañero de piso moverse hasta su propia habitación, cierro mis ojos durante un momento y luego de unos minutos me dejo caer sobre la cama con el gato sobre mi v!entre.

“Creo que me he vuelto completamente loca”, susurro.

“¡Cómo pude besarlo!, ¡Cómo!”

El animal de ojos rasgados me mira.

El ronroneo que viene de su garganta me hace sentir como una tonta por estarle hablando y me pongo en pie de un salto cuando escucho el toque en la puerta de mi cuarto.

“Dejé los caramelos junto al helado”

Me informa.

“Voy a preparar algunas tostadas antes de… de irme a la cama por si sientes hambre en la noche y puedes llamarme si lo necesitas, estoy…”

Se queda en silencio un instante.

“Estoy en la habitación de al lado, hoy no duermas con Rick en la habitación, sabes que no es recomendable”.

Asiento.

Incluso si sé que él no puede verme, camino en silencio hasta el cuarto de baño y me quito el vestido mirando detenidamente mi reflejo en el espejo.

El rosario que cuelga en mi cuello se siente como un constante recuerdo de que debo ser una buena chica, ya que los cielos me han dado esta segunda oportunidad.

Hago una trenza mi cabello después de quitarme dicho rosario y camino de regreso a la habitación para ponerme el pijama.

El gato sobre mi cama me observa.

Me siento a su lado mientras pienso en el sabor amargo que está dejando toda esta situación en mis labios.

No me gusta mentir.

Lo hice solo cuando descubrí que estaba haciendo cosas incorrectas con quien pensé sería mi esposo, pero ahora…

Ahora solo estoy mintiendo porque sí.

Puede que sea para ayudar a alguien que me estuvo ayudando a mí también, pero sigue siendo una mentira.

Una que puede traer mucha alegría, pero que también terminará probablemente entristeciendo a muchos.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar