Una madre de alquiler
Capítulo 7

Capítulo 7:

El hombre abrió la puerta y la encontró casi desnuda, por lo que ella se sobresaltó y se apresuró a cerrarse la bata. Él se quedó paralizado mirándola y se pasó la mano por el cabello, incómodo.

“Cielos, ¿Por qué no tocas antes de entrar?”

“Porque es mi casa.”

“Pero debo tener privacidad.”

“Me tiene sin cuidado” contestó él con indiferencia.”

“¿Necesitaba algo?”

“¿Le contaste algo a Jocelyn?”

“No, no se preocupe, nunca se lo diré a nadie.”

“Muy bien, cuida a mi hija porque hoy saldré y no volveré”.

Se fue dando un portazo y Amanda se sentó en la cama, dando un suspiro. Se vistió de nuevo y fue a la sala a leer un libro. El hombre ya se había ido, así que estaba esperando a que Lucy se despertara para darle de cenar. Luego, iban a dibujar hasta que tuviera sueño de nuevo.

Había pasado un mes desde que había comenzado a trabajar allí y todos los días eran iguales: llevaba a Lucy al preescolar, luego la iba a buscar, la llevaba a aprender ballet, miraba la clase y, cuando llegaban a la casa, jugaban. Amanda se dio cuenta de que Anthony no era muy cercano a su hija.

En cambio, la niña siempre hablaba de él y eso le rompía el corazón. Además, el hombre salía casi todas las noches y volvía siempre borracho, a veces acompañado por distintas mujeres, por lo que la joven escuchaba gemidos sin parar. Nunca se atrevió a decir nada porque temía cómo iba a reaccionar el hombre, ya que ella no era nadie y no tenía derecho a reclamar nada.

Los fines de semana, ella volvía a su casa y salía con Cindy, con quien se divertía mucho. Y el resto de los días, estaba en la casa de Anthony. Ese día era sábado, así que estaba empacando sus cosas para irse, pero antes pasó por la pieza de Lucy, que estaba allí con Anthony, y la niña fue a abrazarla con fuerza.

“Cariño, volveré pronto, ¿De acuerdo?”

“Déjame ir contigo.”

“No puedes venir conmigo hoy, pero algún día te llevaré a conocer mi casa, ¿Quieres?”

“¡Sí!”

“Genial. Adiós, pequeña, cuídate y pórtate bien”.

Le dio un beso y se fue hacia el taxi, que la esperaba en la puerta. Una vez en su casa, se encontró con Cindy en la calle.”

“Qué bueno que estés aquí.”

“¿A qué se debe tanta emoción?”

“A que tengo una gran propuesta para hacerte.”

“Aquí viene.” Amanda se preparó para oír los planes de su amiga.

“Es en serio: un amigo mío me envió dos invitaciones para ir a un club, ¿Vamos juntas?”

“¿Es hoy?”

“Sí, es hoy. Por favor, ven.”

“Bien, de todos modos, mañana me voy, así que aprovechemos y salgamos.”

“¡Sí! Toma un traje de baño y vámonos”.

Cindy ya tenía su bolso listo, así que Amanda tomó sus cosas rápidamente y fueron a la fiesta. Ya había algunas personas, pero el lugar no estaba lleno porque lo habían alquilado completo solo para los invitados, por lo que había espacio de sobra.

“Hola, Ken” dijo Cindy saludando a su amigo.”

“Hola, cariño, qué bueno que hayas venido.”

“Ella es mi amiga Amanda” dijo señalándola.

“Hola” saludó ella.

“Hola, hermosa, ponte cómoda, por favor. Hablaremos más tarde, ahora vayan a cambiarse”.

Fueron a un baño a ponerse los bikinis, luego fueron a la piscina enorme del club y se sentaron a charlar con los pies en el agua. La fiesta estaba llena de hombres y mujeres muy guapas.

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