Una madre de alquiler
Capítulo 60

Capítulo 60:

Ken tomó el rostro de Cindy entre las manos para que lo mirara.

“Mírame a los ojos” dijo.

“Déjame, Ken”.

“No digas nada”. Él se levantó y fue hacia una maleta que estaba en el piso, la abrió, sacó una cajita y se la dio. Ella la tomó, pero no la abrió, solo miró para otro lado.

“¿No la abrirás? Bien, tú decides. Llevo días cargando esta cajita, Cindy. Nunca hablamos de nosotros porque todo estaba demasiado bien, al menos para mí. En esos días en que no te busqué, fue porque estaba resolviendo mi vida, poniendo en su lugar mis pensamientos y sentimientos y resolviendo mi futuro.

Vendí el club, ¿Satisfecha? Ahora compré un negocio y voy a tratar de salir de esta vida de fiestas. ¿No querías que cambiara? Está bien, lo estoy intentando. Hace tiempo que no estoy con otra mujer además de ti. Sé que tienes muchas dudas, yo también las tengo, Cindy; esto es muy nuevo para mí, sabes que mi vida era diferente y totalmente descontrolada.

Estoy tratando de tomar el camino correcto para ser suficiente para ti, solo necesito saber si quieres transitar este nuevo camino conmigo. Me gustas, me vuelves loco, eres una mujer increíble. Tu alegría, tu forma de ser, tu carisma… todo en ti me encanta y me hace quererte cada vez más.

Si no quieres, está bien, no insistiré, sé que estoy lleno de defectos, pero mis sentimientos por ti son sinceros. Sé que soy celoso y posesivo, es que me gustas y no soporto la idea de verte con otro hombre. Te quiero en mi vida como eres, loca y cariñosa”.

“Ken”.

“Te dejaré pensarlo, cuando tengas una respuesta me lo dices”.

“Espera. Lo siento, no era mi intención pelear contigo. Me gustas y pensé que yo no te agradaba. En mi cabeza, pensé que solo me querías para tener se%o, no sabía que te gustaba y por eso me guardaba mis sentimientos” reconoció Cindy. “Lo siento, no quiero que cambies toda tu vida por mi culpa, solo quiero que seas mío. Lo que más quiero es ser tuya, que seas mío, intentar estar juntos y recorrer el mismo camino”.

“Abre la caja” insistió él. Ella obedeció y le cayó una lágrima.

“Cielos, Ken” expresó.

“Iba a hacerte una propuesta, pero la arruiné” se lamentó él.

“No arruinaste nada. Fue perfecto que dejáramos todo claro”.

“A partir de hoy, hablaremos de lo que nos pasa; de nuestros miedos, dudas, lo que sea”.

“Está bien”.

“¿Aceptas ser mi esposa?” preguntó él.

“¿Tienes que preguntarlo? ¡Claro que sí!

Intercambiaron anillos y se besaron llenos de alegría. Después bajaron con los demás, que estaban en silencio, preocupados por ellos. En cuanto los vieron, todos se levantaron”.

“¿Quién murió?” bromeó Ken.

“¿Se entendieron?” preguntó Amanda.

Cindy y Ken levantaron las manos en respuesta, y sus amigos saltaron para celebrar, los abrazaron y los felicitaron. Amanda puso una canción animada y Anthony abrió un vino espumante para brindar.

“Te dije que todo saldría bien. El secreto es hablar tranquilos; hablando todo se resuelve” le dijo Amanda a su amiga.

“Siempre tienes razón, gracias por estar conmigo” afirmó Cindy.

“¡Te quiero!”

“¡Te quiero, amiga!”

Las dos se abrazaron y Ken y Anthony se les unieron. Después, Ken apartó a Cindy para darle un beso y Anthony besó a Amanda. Ella lo abrazó del cuello para corresponderlo. De pronto, alguien los separó bruscamente y Amanda sintió un ardor en la cara seguido de una sacudida. Al mirar a su alrededor tratando de comprender, se dio cuenta de que Mary, furiosa, le había dado una cachetada. Cindy se acercó para derribar a la chica con varios golpes en la cara y Anthony corrió para levantar a Amanda del suelo.

“¿Estás bien?” le preguntó.

“Sí”.

“¡Perra, te voy a matar!” gritó Cindy.

“Quítenme de encima a esta loca” chilló la atacante.

“Nadie se mete conmigo. Si lo haces, recibirás un golpe. ¡Te daré tu merecido por haber agredido a mi amiga!” amenazó la chica. Siguió tirándole del pelo y golpeándola. Como Mary ya estaba sangrando, pero solo se defendía tapándose con los brazos, Ken las separó y sostuvo a Mary, que está perdiendo el conocimiento”.

“Tiene que ir al hospital” dijo Elizabeth.

“Llama a una ambulancia” respondió él.

“Voy a matar a esa piraña” insistió Cindy.

“Cindy, cálmate, está bien” la tranquilizó Amanda.

“No seas tan buena, Amanda. Ella merece los golpes, te hizo sangrar”.

“No vale la pena. No arruines tu vida por alguien así”.

“Entremos, tienes que limpiarte esta sangre” dijo Anthony. Fueron a la cocina, en donde él le limpió la boca y le puso hielo. Ella solo tenía un corte pequeño, pero le aplicó frío para que no se le pusiera morado”.

“Duele”.

“Tranquila, el hielo te ayudará. Lo siento, mi amor, no pensé que esto pasaría” se lamentó él.

“Está bien, no es tu culpa”.

“No está bien, Amanda. Deja de ser tan amable y ver todo desde el lado bueno, no está bien. Dejé que esto sucediera y ahora estás sufriendo por mi culpa”.

“No pasa nada. No es tu culpa que una loca posesiva me haya atacado” afirmó ella.

“Lo siento. No dejaré que te vuelva a pasar nada”.

“Creo que el hielo sí que es bueno, mi boca se está adormeciendo”.

“Ja, ja. Perdón. ¿De verdad estás bien?”

“Sí, de verdad”.

Después de que la ambulancia se llevó a Mary, todos se quedaron sentados afuera, pero la situación se volvió incómoda.

“¿Estás bien?” le preguntó Peter a Amanda.

“Sí, gracias”.

“¿Qué mi$rda fue ese beso?”

“¿Cuál es el problema?” reaccionó la chica.

“¿Sabes lo que hiciste?”

“Yo..”. Anthony intentó intervenir, pero ella lo interrumpió.

“Sí, sé lo que hice. ¿Estoy comprometida contigo y no lo sabía? No te debo explicaciones porque no tenemos nada. Que me hayas robado esos besos en el club no significa que sea tuya ni te da derecho a decidir por mí que dormiríamos juntos. Anthony y yo estamos juntos. Y no te hagas ilusiones de que se termine, porque estamos muy bien”. Dicho eso, se sentó a mirarlo, y él se fue hecho una furia ante las miradas de todos”.

“Amiga, creo que esa bofetada te hizo bien” comentó Cindy.

“La fiesta no terminó. Solo ocurrió un imprevisto. Sigamos bebiendo”.

“Hermano, si yo fuera tú, tendría cuidado cuando me vaya a dormir. Ella es una santa, pero cuando quiere ser mala, aterra a todos” bromeó Ken con Anthony.

“Trato de hacer lo mejor que puedo y ser amable. Pero cuando veo que no hay manera, tengo que ser grosera” admitió Amanda.

“Eso es, amiga, bebamos”.

“Te revelaste” le dijo Anthony al oído”.

“Perdona, ¿Te sentiste incómodo?” respondió apenada. No pude soportarlo y terminé hablando de más”.

“Me encantó. Me sorprendió, pero disfruté mucho escucharte”.

“Bueno”. Ella le dio un beso y siguieron hablando y bebiendo.

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Nota de Tac-K: Tengan una linda tarde queridas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (>‿=)✌

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