Una madre de alquiler
Capítulo 247

Capítulo 247:

Luego de un rato, Ken llamó a Anthony a un rincón de la habitación para hablar con él en privado y Amanda comenzó a sospechar que algo malo ocurría, porque Ken no solía comportarse de ese modo. Cindy también notó el comportamiento inusual y se acercó a hablar con Amanda. Isaac y Mark se acercaron a ellos.

“¿Le has dicho?” le preguntó Isaac a Ken.

“Sí”.

“No puedo creerlo” comentó Anthony.

“¿Por qué se vinieron aquí solos?” preguntó Amanda mientras caminaba hacia los hombres.

“¿Tu cuñada está disfrutando de la fiesta?” aventuró Ken para no responderle.

“Sí, pero disfruto aún más de estos secretitos suyos” retrucó Amanda.

“La torta está deliciosa. ¿Podrías darme otra porción?” pidió Mark.

“Mark, te voy a golpear en la cara si sigues intentando cambiar el tema” amenazó Cindy.

“No vas a rendirte, ¿Verdad? Hablábamos de la empresa” intentó mentir Isaac.

“¿De verdad vas a mentirme, amor?” preguntó Amanda.

“Peter fue asesinado” confesó finalmente Anthony.

“¿Qué?” gritó Amanda, estupefacta.

“¿Cómo?” preguntó Cindy.

“Maldita sea” dijo Ken”

“los niños están aquí. Vamos afuera”.

“¿Cómo es que lo mataron?” preguntó Amanda.

“¿Notaste que desapareció?” demandó Ken.

“Sí, pero pensé que se había mudado por lo último que había ocurrido”.

“Luego de ese día, Anthony me mandó a buscarlo” explicó Ken.

“Había dos detectives buscándolo, pero recién ahora se entregó un informe donde dice que había estado huyendo de país en país. Estábamos atentos y monitoreando todos sus movimientos para saber cuándo llegaba aquí, pero recibimos un mensaje que decía que había sido asesinado en una pelea. Al parecer, se metió con una mujer casada”.

“¿En serio?” preguntó Cindy sin poder creerlo.

“¿A los hombres siempre les gustan las mujeres casadas?”

“No a todos, amor”.

“Sé que no, pero si él sabía que ella estaba casada debería haberse hecho a un lado”.

“Ahora ya no puedo, pero tenía muchas ganas de ponerle las manos encima” dijo Anthony.

“Me alegra que no tuvieras la oportunidad de hacerlo” respondió Amanda.

“Olvídalo, volvamos adentro” invitó Anthony.

“Todavía no puedo creerlo, pero estaré bien” comentó Cindy.

“No le des muchas vueltas al asunto” le dijo Ken.

Regresaron a la sala y Amanda se dispuso a amamantar. Se sentó en una esquina del sofá y se puso una toallita sobre el pecho. Anthony se quedó mirándola porque no le agradó que amamantase en público, pero Cindy se sentó junto a ella a amamantar también y a charlar mientras les daban el pecho a sus bebés. Sus esposos dejaron de mirarlas porque Dylan fue a hablar con ellos.

Cuando anocheció, Amanda llevó a los niños a sus camas a dormir y Cindy aprovechó el momento y también llevó a Anna a dormir a la habitación de las primas. Amanda se fue a su propia habitación a usar el baño y, mientras se lavaba las manos, Anthony entró, cerró la puerta y la abrazó por detrás.

“Estoy loco por ti” dijo mientras le besaba el cuello.

“Cariño, todavía no podemos”.

“No digas eso, amor, te extraño mucho. Ya podemos tener relaciones, ha pasado más de un mes”.

“Necesito que pasen cuarenta días, amor. No hagas esto”.

“Es que ya no puedo aguantar más”.

“Lo sé, pero debes tener paciencia”.

“Me estoy volviendo loco”.

La giró rápidamente y la besó en los labios. Sus cuerpos estaban uno contra el otro. Amanda llevaba un vestido corto; Anthony le subió la falda y comenzó a acariciarle todo el cuerpo. Ella ya no podía contenerse y Anthony ya no sabía cómo sujetarla. No había vuelta atrás. El beso se intensificó cada vez más hasta dejarla sin salida. Ella se sentó en el fregadero y él la apretó contra su cintura para que sintiera su mi%mbro y se excitara aún más.

Cindy tocó la puerta del baño y llamó a Amanda para que bajase. Ella intentó bajar del fregadero, pero Anthony no la dejó y continuó besándola. Al final logró zafarse de su agarre y se alejó de él para recuperar el aliento.

“Ya voy” le informó a Cindy.

“De acuerdo”.

“Abre la puerta, amor” le dijo a Anthony.

“no podemos hacer esto ahora”.

“Por favor, amor. Mira mi situación” le dijo señalando hacia su mi%mbro.

“Lo siento”.

“Está bien.

Anthony abrió la puerta, pero no salió del baño. Amanda salió y bajó al cuarto con Cindy, quien, al verla, notó la frustración en su rostro.

“¿Qué pasó?”

“El posparto está durando demasiado. Yo ya no puedo contenerme más y Anthony tampoco”.

“Yo tampoco aguanté y terminé teniendo relaciones ayer”.

“¿Bromeas?”

“En serio. Yo no quería, pero Ken estaba encima de mí y estaba tan excitada que no pude contenerme”.

“Cielos”.

“Ya reservé mi cita con el ginecólogo”.

“Es muy difícil” dijo Amanda, riendo.

“Ni lo digas, amiga” rio Cindy.

Anthony volvió a la sala y se sentó a beber y hablar con los otros hombres allí presentes.

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