Una madre de alquiler -
Capítulo 245
Capítulo 245:
Ken fue a cambiarse de ropa y la obstetra le hizo una ecografía a Cindy para ver cómo estaba la bebé. Puso a Cindy en posición y se sentó con ella.
“Ya dilataste” anunció la obstetra.
“Pero, aún así, necesitaré tu ayuda. Comencemos con el parto. Cuando venga la contracción, puja. Respira hondo y controla la respiración, ¿De acuerdo?”
“De acuerdo”.
“¡Llegué!” anunció Ken.
“Quédate conmigo, no te vayas”.
“Estoy aquí, mi vida. Respira. Te amo”.
“Te amo”.
Una contracción muy fuerte hizo que Cindy gritara de dolor e intentara cerrar las piernas, pero la doctora no se lo permitió. Comenzó a hacer fuerza para que la bebé saliera. Cada contracción era más fuerte que la anterior, pero Ken sostenía su mano y no la soltó en ningún momento.
“Me duele mucho” se quejó.
“Está bien, respira tranquila y puja” la animaba la obstetra.
“No puedo soportarlo”.
“Sí que puedes, amor, vamos. Eres fuerte. Trae a nuestra pequeña al mundo”.
“Sí que puedes, amor, vamos. Eres fuerte. Trae a nuestra pequeña al mundo”.
“Me duele mucho”.
“Lo sé, pero no te detengas. Estoy aquí, contigo”.
Cindy gritó de dolor y la obstetra le avisó que la bebé ya casi salía. Gritó una vez más, casi agonizando. Estaba agotada y sentía que su cuerpo no resistiría el parto.
Continuó haciendo fuerza y, cuando estaba a punto de rendirse, sintió un dolor aún más fuerte, seguido del llanto de su hija. Las lágrimas corrieron por sus mejillas y Ken cortó el cordón umbilical y le alcanzó a la bebé, que lloraba mucho. Cindy recibió a su hija y la emoción la desbordó.
“Hola, hija. No llores, mi amor. Bienvenida al mundo, Anna”.
“Es hermosa, mi amor”.
“Sí, se parece mucho a ti”.
“¿Tú crees?” preguntó, incrédulo”.
“Sí. Te amo”.
“Yo también te amo, princesa. Te amo y haré cualquier cosa por ti”.
“Sé que sí”.
“Hola, bebita hermosa. Las niñas que lloran mucho envejecen antes de tiempo, ¿Sabías?”
“Eres increíble” rio Cindy.
La obstetra le dijo a Cindy que descansara y que se llevarían a la bebé para examinarla. Cindy accedió y la enfermera se fue, seguida por Ken, que no dejaba de mirar a su hija fascinado. Luego de que examinaran a la bebé, Ken regresó por el pasillo con ella en brazos y le gritó a Anthony para anunciarle que ya había nacido. Ambos saltaron de alegría. Anthony entró a la habitación con ellos, pero Cindy dormía y no pudo verlo.
Anthony, al ver que todo estaba bien, se fue a casa y le mostró a Amanda las fotos que había tomado en el hospital. Ella quedó encantada y se sintió feliz por su amiga. Anthony tomó una ducha y se fue a la cama, donde se quedó mirando a sus propios hijos, rebosante de amor por ellos.
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