Una madre de alquiler -
Capítulo 207
Capítulo 207:
Amanda dejó a Anthony riéndose de ella y se levantó de la cama. Fue al baño y regresó, él la observó sacar algo de la maleta. Sacó un camisón y fue a cambiarse.
Amanda se paró en la ventana mirando hacia afuera, Anthony se levantó y se acercó a ella, y la besó en el cuello haciéndola temblar”.
“¿De verdad crees que te vas a dormir así y yo no voy a hacer nada?”
“Ve a buscar a tu rubia hermosa”.
Amanda se fue a la cama. Anthony sonrió, pues le resultaba gracioso que le hablara así. La chica estaba acostada en la cama como si fuera a dormir, se dirigió hacia ella, ya loco por verla vestida así. Le puso la mano en el muslo hasta el brazo y le besó el cuello.
Amanda perdió la postura durante un minuto, pero luego volvió a ponerse firme; eso para Anthony era una tentación, le gustó y se volvió aún más loco.
“Para, me voy a dormir”.
“¿De verdad? No me digas”.
“Déjame dormir, no quiero hablar contigo ahora”.
“No necesitarás decir nada” le dijo al oído.
“No lo hagas”.
“Quieres provocarme con ese atuendo, ¿No? ¿De verdad crees que vas a dormir?”
“Solo me puse un camisón para dormir, sin intenciones”.
“Está bien, voy a fingir que en realidad no tenías ninguna intención”.
Se levantó de la cama, lo que dejó a Amanda más aliviada. Cerró los ojos para dormir, pero luego lo sintió acostado en la cama, lo miró, vio que estaba desnudo y se dio vuelta incrédula.
“¿Qué pasó?”
“¿Vas a dormir así?”
“Sí, sin ninguna intención. Vete a dormir, querida”.
“Lo haré”.
Amanda cerró los ojos después de su burla y siguió tratando de dormir hasta que lo escuchó suspirar.
Se imaginó que se estaba masturbando; él dejó escapar algunos suspiros más y eso la volvió loca, una ola de calor le recorrió el cuerpo al escucharlo; su mi%mbro hacía un pequeño ruido con los movimientos de la mano, y ella empezó a recordar cuando la estaba penetrando.
Anthony la vio volverse loca, comenzó a tocarse para ver lo lejos que llegaba; pero era más que nada para obtener su atención. La vio mirándolo un poco y dejó escapar un gem!do.
Amanda no pudo más, su se%o latía, giró hacia Anthony, le miró el mi%mbro y luego a él, que deliraba de placer; Amanda no reaccionaba, pero su cuerpo hervía aún más.
“A… amor…” Le tocó el brazo.
“Ahora soy tu amor. ¿No te dejé dormir? Lo siento, tenía que hacer algo”.
“No quiero dormir”.
“Ah, ¿Ahora no quieres?”
“No, yo… yo..”. tartamudeó mirándole el mi%mbro.
“¿Qué?”
“Lo quiero, ahora lo quiero”.
“¿Qué quieres?”
“A ti te quiero”.
“¿Ahora me quieres? Ya me estoy aliviando, no tardaré, estoy cerca”.
“No, por favor, no puedo soportarlo”.
Amanda se puso en cuatro patas sobre la cama rápidamente y le tocó el mi%mbro. Luego quitó la mano y de inmediato se zambulló con la boca. Anthony sonrió victorioso y la dejó hacer lo que ella quisiera.
Ella lo hizo con muchas ganas, estaba encantada, como si fuera un dulce. El hombre estaba loco viéndola hacer eso, le dio una palmada en el trasero y tiró de sus piernas sobre él para hacer un sesenta y nueve. Le levantó el camisón e hizo a un lado sus bragas. Estaba muy mojada, ya estaba chorreando; le dio una palmada ligera en el se%o y pronto comenzó a chupar.
Amanda estaba tan relajada que se las arregló para meterse el mi%mbro hasta la garganta. Anthony estaba loco, y la provocaba cada vez más rápido. La joven se apartó de él y luego se sentó sobre él dándole la espalda.
“No, necesito el condón, ¿Te olvidaste?”
“Olvídate de él, amor”.
“No, no vamos a tener un hijo, así que necesito un condón, eso lo dijiste tú misma”
Se levantó y fue hacia la maleta. Amanda sintió un malestar en el pecho, ¿Culpa, tal vez? Tal vez. Aun sabiendo que ella lo había dicho, no le gustaba escucharlo repetirlo. Después de todo, ¿Qué era lo que realmente quería? Esa duda la carcomía.
Anthony volvió a la cama y se acostó, la puso encima de él y le besó los labios. Amanda tenía un poco de frío, pero respondió al beso tratando de olvidarse de todo. Pronto se excitó de nuevo y se sentó en el regazo mientras lo besaba.
Él la penetró muy profundo. La joven se fue moviendo lentamente arriba y abajo; su esposo la abrazó con cariño y la dejó hacer sus movimientos. La chica fue subiendo el ritmo, dejó salir sus caprichos mientras lo sentía por dentro; era maravilloso tener el control, muy excitante. Anthony abrió mucho las piernas mientras ella saltaba, miraba tan maravilloso espectáculo y se volvía loco. Amanda estaba loca de placer, se sentó con fuerza y lo sintió por completo.
Se detuvo, le dio la espalda y se sentó otra vez. Anthony tuvo la vista de su trasero sentándose muy despacio, y lo golpeó y apretó para que fuera más rápido; sus gem!dos se reunieron con los de ella, y Amanda se excitó mucho más.
La sostuvo por la cintura y, ella se estimuló el punto sensible para volverse aún más loca. Anthony le besó más el cuello hasta que sintió el cuerpo tembloroso, cada vez más rápido, hasta alcanzar el orgasmo. Él se quitó el condón y fue al baño. Amanda sintió que no había sido lo mismo que la noche anterior.
El hombre se duchó para refrescarse y relajarse; ella fue al baño y se duchó con él.
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