Una madre de alquiler -
Capítulo 100
Capítulo 100:
Su novio se acostó encima de ella, besó sus labios y apretó sus muslos: el beso era feroz y necesitado, así que la chica ya estaba excitada por su voracidad. Él le levantó la blusa para lamerle los pechos y luego bajó entre besos hasta su parte más íntima.
Le quitó la ropa mientras la besaba y enseguida empezó a chupar con un ritmo desenfrenado, que hizo que Amanda agarrara las sábanas con fuerza y tratara en vano de contener los gem!dos que le escapaban de la garganta. Anthony iba rápido, con un apetito voraz, volviéndola loca hasta sentir que se le estremecían las piernas.
Ella lo agarró del cabello en tanto el cuerpo se le retorcía de placer cuando llegó a su punto límite con un alarido ensordecedor. Anthony le besó los muslos y se bajó de encima de su novia; sin embargo, antes de que pudiera levantarse de la cama, ella se incorporó y le tiró del brazo. Después se arrodilló y le dio un beso intenso, que él le devolvió con la misma pasión.
En cuanto sintió las manos de ella recorriendo su abdomen, intentó detenerla, pero Amanda bajó rápido hasta llegar a su miembro para darle un ligero apretón, por lo que él dejó escapar un gem!do ronco y ahogado.
“Relájate, de verdad quiero esto” susurró ella.
“No es necesario” dijo él, tocándole la mejilla con la mano y mirándola a los ojos.
“Pero yo quiero. ¿Me vas a dejar o tengo que mirar un video y hacer las cosas por mi cuenta?”
“No te atrevas, Amanda”.
“Entonces tendrás que mostrarme”.
“Me vuelves loco, ¿Sabías?” La miraba hipnotizado.
“No, no sabía. ¿Quieres mostrarme cuánto?” Ella sonrió.
Él se recostó en la cama y echó la cabeza hacia atrás con un suspiro, tratando de controlarse. Ella empezó a besarle el pecho hasta llegar a su abdomen, lo que lo dejó tan loco de lujuria que no pudo detenerla. Cuando ella vio cómo la miraba, sonrió y siguió besándolo. Al llegar a su ombligo, le bajó los pantalones cortos y expuso su miembro, cuyo tamaño le dio una sorpresa grata.
“Cariño, esto no me va a caber nunca”.
“Sí, relájate”.
“Ahora entiendo por qué tus amigos hacen bromas cuando hablan sobre las mujeres con las que te acostaste” observó satisfecha.
“Olvídalo. Ahora solo una puede jugar”. La miró y sonrió.
“Perfecto. Quiero complacerte”.
“Haz lo que quieras”.
“¿Y si te lastimo o te hago mal?” Se preocupó.
“No hay problema, solo ten cuidado con tus dientes.
Amanda miró su miembro y lo tocó tentativamente con los dedos para sentir el pulso en respuesta al roce. Luego, volvió a besarlo en el abdomen hasta llegar a la cadera, y Anthony la tomó del cabello, la acarició y dejó que hiciera lo que quería con él. Amanda empezó a bajar. Cuando llegó a su miembro, lo recorrió con besos hasta la base, mientras él le apretaba el pelo y suspiraba, y enseguida subió con la lengua hasta la punta.
“Maldición” espetó su novio entre dientes.
Ante esa reacción, la chica se metió despacio la punta en la boca, que abrió de par en par hasta ver qué tan profundo podía llegar. Anthony dejó escapar un gem!do ronco en tanto ella alcanzó la mitad y empezó a moverse de atrás a adelante, enfocándose en no lastimarlo con los dientes. Él le agarró el cabello con más fuerza a medida que su novia aumentaba el ritmo, y jadeaba enloquecido por la sensualidad de sus movimientos.
Amanda lo miró para asegurarse de que lo estuviera disfrutando y le gustó lo que vio, pues él tenía los ojos cerrados y una expresión en el rostro que evidenciaba el deseo que lo consumía. Ella continuó y, sin querer, le apoyó una mano en los t%stículos, lo que hizo que Anthony lanzara un gem!do profundo.
En consecuencia, ella empezó a masajearlos mientras seguía chupándole el miembro y él se volvió tan loco que le temblaba todo el cuerpo al mismo tiempo que sentía que se tensaba. Por eso, trató de salir de su boca, pero ella lo sostuvo de la cader”.
“Amor, no… mmm… no puedo más” suspiró él. Ella se detuvo por unos segundos”.
“Está bien. Quiero saborearte, no te detengas”.
“Maldición… amor, no digas eso.
Ella volvió a hacer los mismos movimientos de antes, con más velocidad, hasta que su novio lanzó un fuerte gem!do al liberarse en su boca. Él intentó salir de inmediato, pero ella lo sujetó, no se detuvo en ningún momento y siguió saboreándolo. El joven se desplomó en la cama; tenía todo el cuerpo sudoroso y piel de gallina. Sin embargo, al verla limpiarse la comisura de los labios con la mirada clavada en él, le tiró del cabello para darle un beso apasionado en los labios. Ella respondió con ansias y sonrisas en el medio.
“Estás loca” murmuró él en tono cariñoso.
“Y tú eres perfecto” contestó ella.
“¿Por qué no me dejaste salir?”
“Porque no quería. No estoy disgustada, no puedo estar disgustada con el hombre que amo”.
“Estuviste increíble de principio a fin. ¿Estás segura de que no sabías cómo hacer eso?”
“¿En serio?” Se alegró al escucharlo. “Nunca lo había hecho y tampoco lo había visto hacer, pero Cindy siempre hablaba al respecto, así que tenía cierta base” dijo y se rio.
“Esa amiga tuya es tremenda”.
“¿Estuve bien?”
“Perfecta”.
“Qué bueno”.
Anthony la volvió a besar y la alzó para llevarla al baño. Se dieron una ducha con el fin de relajar sus cuerpos y, tras cambiar las sábanas, volvieron a la cama. Amanda se acostó sobre el pecho de él y lo abrazó. En poco tiempo, se quedaron dormidos en los brazos del otro.
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Nota de Tac-K: Tengan un agradable sábado lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ٩(^◡^ )
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