Un mes para enamorarnos
Capítulo 1014

Capítulo 1014:

Theodore se puso furioso y los señaló con dedos temblorosos. «¿Están intentando traicionar a la Familia Turner?”.

«Maestro, se equivoca”.

Finley sonrió: «El Joven Maestro es el primero en la sucesión. Mientras esté vivo, heredará la Familia Turner. Ya que pertenece a nuestra familia, ¿Cómo puedes llamar a esto una traición?”.

Theodore estuvo a punto de perder el control por sus palabras.

Si fuera en otro momento, definitivamente castigaría a Finley.

Pero ahora…

Con el apoyo de Finley, no era rival para Ernest. Además, él no sabía cuántos corazones Ernest había ganado en la Familia Turner durante este período.

Tal vez antes de que pudiera encontrar la oportunidad de destruir a la Familia Fraser, la Familia Turner sería destruida debido a conflictos internos.

«Ejem, ejem, ejem», tosió Phoebe con dolor.

Se tumbó en el abrazo de Stanford, se tapó la boca y tosió varias veces.

Después, bajó la mano y vio consternada un puñado de sangre.

¿Estaba tosiendo sangre?

«¡Phoebe!»

Stanford se sobresaltó y preocupó al instante, mirando la sangre en su pequeña mano.

¿Con qué la habían dr%gado exactamente?

Su estado de salud empeoraba.

Ella le miró aturdida y negó con la cabeza. «Estoy bien”.

«No te duermas. Te sacaré de aquí», dijo Stanford.

La sujetó con una mano, obligándose a levantarse lentamente, soportando el persistente dolor que le recorría todo el cuerpo.

Ernest los miró con gran preocupación en los ojos.

Ahora Phoebe estaba muy dr%gada y Stanford y Collin gravemente heridos. Simplemente, estaban muy cerca de la muerte. Se estaba acabando el tiempo.

Así que dio una orden a Timothy: «Envíalos fuera”.

«Sí, señor», respondió Timothy. Después de mirar con recelo a los guardaespaldas de la Familia Turner, se adelantó inmediatamente para ayudar a Collin a levantarse del suelo, que respiraba con dificultad.

Se volvió hacia los guardaespaldas que les rodeaban y dijo fríamente: «¡Quítense de en medio!”.

Los guardaespaldas se miraron entre sí y se quedaron inmóviles, preguntándose si debían hacerles sitio o no.

Theodore parecía furioso.

Ahora tenía clara la situación. Ernest y Finley tenían la sartén por el mango. Si insistía en matar a Stanford, la Familia Turner seguramente sufriría problemas internos.

No valía la pena.

Pero…

Habló con voz fría: «¡Hazlo! ¡Mata a Stanford a toda costa!»

Como Stanford estaba gravemente herido, y si sus hombres encontraban una oportunidad adecuada, Stanford estaría muerto.

Antes de que las Familias Turner lucharan entre sí, pensó que sería la mejor solución matar a Stanford.

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