Un año para separarme
Capítulo 71

Capítulo 71:

Después de tantas emociones Sara no sabía que decir y simplemente se había quedado en silencio, nunca nadie había hecho algo tan romántico por ella y aunque una parte de su corazón odiaba a Hugo, ella no podía negar que estos últimos días que no tuvo noticias de él, lo extrañó. Pero después de haber pasado tantas cosas entre ellos, Sara no sabía que pensar, ni que hacer.

Hugo pudo observar la batalla que se liberaba en su interior, sus ojos mostraban la confusión que ella estaba sintiendo, así que el estuvo seguro que nunca tendría otra oportunidad como esa y la besó, Sara no resistió y disfruto del dulce beso que le daba su esposo, pero pronto el besó que había comenzado como algo suave, cariñoso y una simple muestra de afecto, se estaba trasformando en besó arrebatador, salvaje y cargado de deseo. Hugo aprovechando el momento la tomó de la mano y la llevó a su habitación, Sara iba con la mente en blanco, pensó en alguna excusa para resistirse, y poder marcharse, pero en cuanto las puertas del ascensor volvieron a cerrarse alguno atrapó sus labios en otro beso desenfrenado y cargado de deseo, Sara estaba nerviosa, ella sabía que lo que estaba a punto de ocurrir y a pesar de que no sería la primera vez que tenían se%o, esta sería la primera vez que ella era completamente consciente de sus actos.

Cuando el elevador se detuvo Hugo tomó a Sara en sus brazos y la cargo hasta la habitación, pronto todo el deseo reprimido fue liberado y sólo se escuchaba la respiración agitada y los gemidos de placer. A la pareja no le fue suficiente con tener se%o una o dos veces, si no que mantuvieron sus cuerpos fundidos hasta el amanecer. Cuando los primeros rayos del sol entraron por la ventana iluminaron el cuerpo desnudo de Sara sobre la cama, Hugo se levantó y Corrió la cortina para que el sol no la despertará, él se encontraba tan feliz que no podía dormir a pesar del cansancio, temía cerrar los ojos y que al abrirlos todo hubiera sido un sueño y ella ya no estuviera a su lado. Al final todo el agotamiento después de esa larga noche le terminó venciendo y quedó profundamente dormido.

Unas cuantas horas después cuando despertó se encontró solo en la inmensa cama y creyó que su temor era cierto y todo no había sido más que un dulce sueño, pero la puerta de la sala de baño se abrió y Sara salió envuelta en una toalla, mientras que otra recogía su cabello mojado, Hugo la observó en silencio, su largo y se%y cuello tenía algunas góticas de agua que escurrían de su cabello, sonrió al observar la toalla en su cabeza y se preguntó como era posible que todas las mujeres hicieran eso.

¿Sería que iban a alguna academia donde le enseñaban a hacerlo, o ya nacían con eso instalado en su disco duro?

El antes había visto cientos de mujeres salir del baño, pero nunca nadie le había parecido tan hermosa.

Sara se percató de que él ya había despertado y sonrojada ante su indiscreta mirada lo atacó.

“¿Qué me miras tanto, te gustó o te caigo bien?”

“Puede que un poco de las dos”. contestó él con una sonrisa. “Pero la realidad es que se me perdió una idéntica a ti. No sé si la habrás visto, estaba aquí acostada a mi lado”.

Sara no pudo evitar reír.

“Voy a vestirme cierra los ojos”. Le ordenó y él sonriendo le contestó.

“No crees que ya yo he visto todo lo que tienes, mi lengua ayer recorrió cada parte de cuerpo, estoy seguro de que no me falta nada por ver”. Sara se sonrojó al recordar la ardientemente noche y Hugo la encontró encantadora, pero ella rápido se puso su armadura de hielo.

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