Un año para separarme -
Capítulo 2
Capítulo 2:
Hugo acababa de fumar su cigarrillo cuando se dirigía a entrar y una chica choca contra su pecho. Venía concentrada en encender su cigarro, pero al parecer su fosforera se había quedado sin gas, porque la llama no encendía.
“Lo siento” se disculpó de inmediato que sintió su cabeza chocar con alguien.
Hugo no dijo nada, saco su encendedor del bolsillo de su traje y puso el fugo frente al rostro de la chica que continuaba aun con la cabeza gacha. Esta al notarlo predio su cigarro y levanto por fin su rostro para encontrar unos fríos ojos grises que la observaban.
“Gracias” murmuro.
El la observo algunos segundos, pero no dijo nada y continuo con su camino.
“Que extrañas son algunas personas.” pensó ella
Hugo volvió a la habitación privada y Felipe retomo la plática tal y donde la había dejado, algunos minutos después alguien toco a la puerta. Era una mesera del restaurante.
“Perdone que los interrumpa, pero alguien llama preguntando por el Señor Alejandro”.
Este frunció el ceño sin entender y luego de revisar su celular y decirle algo al oído a su jefe salió de la habitación.
“Perdone mis modales Señor Moretti, ahora es que me percato que llevamos horas hablando y no le he invitado un trago”. tomó la botella de vino le sirvió un trago a Hugo y luego otro en su copa.
Pero Hugo lo rechazo con amabilidad.
“Lo siento Señor Felipe, pero no bebo alcohol”.
“Que tonto de mi parte, no lo sabía Señor Moretti, pero mejor brindemos entonces con agua” levantó la copa de agua y Hugo hizo lo mismo
Una sonrisa apareció en el rostro de la chica sentada al lado de Felipe y luego de brindar éste retomo su discurso, pero algunos minutos después Hugo comenzó a sentirse mal, con mucho calor y un poco asfixiado.
En la habitación cercana los hombres habían salido a fumar junto con Sara, Lydia se acercó a Mónica y le dio dos frascos pequeños de medicina.
“Pon este de color rosa en la bebida de Tobias y el azul en la bebida de Sara, no puedes equivocarte, son diferentes medicinas. Los tragos están a punto de llegar, yo voy a ir al baño para que nadie sospeche de mí, ya que si se llega a saber algo voy a ser la primera sospechosa”.
Lydia salió de la habitación privada y fue al baño y minutos después llegó el camarero con las nuevas bebidas, Mónica se dirigía a cumplir con lo que le pidieron cuando Jose se cruzó en su camino.
“¿Cómo lo estás pasando Mónica? ¿te estás divirtiendo?”
Mónica llevaba años enamorada en secreto de Jose así que cuando este le dirigió la palabra ella solo tuvo ojo para él y se olvidó del resto del mundo.
“Si, claro. Me encanta pasar tiempo contigo, digo, con ustedes”. respondió nerviosa.
“Siempre es bueno estar con los compañeros, viene por un cigarro ¿Quieres ir a fumar?”
“Gracias no fumo”.
Él sonrió y se acercó a una de las sillas que había al final de la habitación donde se encontraba su mochila y saco una caja de cigarros.
Le volvió a sonreír antes de marcharse y Mónica suspiró, parece que después de todo Jose si sabe de su existencia. Estuvo a punto de dejar caer los frascos mientras soñaba despierta, pero fue lo suficiente ágil de sostenerlos bien.
Acomodó las nuevas bebidas en los asientos de cada cual y a la hora de poner la medicina en la bebida se dio cuenta que había olvidado cuál poner en cuál. Así que intentó hacer memoria y al no poder recordar saco la conclusión más lógica que pudo llegar a pensar.
“Rosa para las chicas y azul para los chicos”. procedió a verter la medicina y luego tomo asiento.
Minutos después regresó el grupo de amigos y tomaron sus respectivos asientos y por último regreso Lydia.
“Bueno chicos un último brindis que ya es tarde y me voy a casa” propuso Sara y todos aceptaron “por otro más juntos”.
Todos bebieron y Mónica y Lydia intercambiaron una sonrisa cómplice.
“Vamos Sara te llevo casa“propuso Tobias.
“No“dijo de inmediato Lydia “no debería“ rectifico más calmada “todos bebieron no deberían conducir”.
José se consideraba un buen bebedor, pero por alguna razón hoy se sentía cansado y los parpados le pesaban.
“Creo que tienes razón”.
“Claro que la tengo, Sara no hay necesidad que te vallas, yo reservé habitaciones para todos por si esto ocurría”.
Todos agradecieron la bondad de Lydia y se marcharon a buscar sus habitaciones.
“Si quieres te acompañó a tu cuarto Sara, es al lado de mi habitación”. se ofreció Lydia.
“Claro“ acepto Sara sintiéndose un poco mal.
Ambas salieron y fueron al ascensor, Lydia la acompañó al cuarto y se marchó dejando la puerta de la habitación abierta, luego sacó su móvil y realizó una llamada.
“Ya todo está listo, ven a la habitación 420”. y luego de esperar la respuesta colgó.
Volvió a bajar a la sala donde había dejado a Tobias y en el camino se encontró con Mónica.
“Creo que cometí un error”. se lamento Mónica.
“¿Qué sucede?”
“Algo le paso a Tobias”.
Lydia no la dejo terminar de hablar y Corrió a ver que había sucedido. Cuando entro a la habitación privada del restaurante se encontró o Tobias inconsciente sobre el sofá de cuero.
“Creo que me equivoque de Medicina”. murmuró Mónica.
Lydia tenía deseos de matarla por arruinar su oportunidad de acostarse con Tobias, solo le quedaba como consuelo que Sara había bebido el afrodisíaco y que teniendo en cuenta que ella acababa de enviar un hombre a su habitación terminaría teniendo se%o y cuando Tobias lo supiera no iba a querer seguir con Sara.
En la habitación del Hotel Sara sentía mucho calor y se metió al baño para refrescarse, lleno la inmensa bañera de agua caliente y se metió en ella.
Hugo le dijo a Felipe que no se sentía bien y le pidió terminar la reunión.
“Si siente mal, puede descansar en una habitación hasta que regrese su secretario”. le ofreció Felipe “Tomé, había reservado esta habitación para mí, pero veo que usted la necesita más”.
Sintiéndose mareado y sofocado Hugo acepto sin dudarlo y salió del restaurante hacia las habitaciones del hotel.
“Dentro de 15 minutos sube a la habitación, ya todo está listo y las cámaras están en su lugar”. le hablo Felipe a la mujer a su lado.
Hugo subió hasta las habitaciones del cuarto piso, pero en lugar de doblar a la izquierda hacia la habitación número 460 dobló hacia la derecha y viendo una puerta abierta entro a la habitación, sentía demasiado calor así que se quitó la ropa y entro al baño abrió la ducha y dejó que el agua fría cayera por su cuerpo. Sara se había quedado dormida en la bañera pero el ruido de la ducha la despertó. La pared de cristal que separaba la bañera de la ducha estaba empañada del vapor del agua caliente de la bañera así que solo podía ver la silueta de un hombre desnudo.
“¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?“ pregunto mientras salía de la bañera, intentó alcanzar una toalla pero esta calló dentro de la bañera.
Hugo salió de la ducha y vio la mujer desnuda frente a él, su cuerpo era exquisito y estaba un poco sonrojada. Algo se apoderó de él y se fue encima de ella, besándola con deseo. Sara intentó resistirse pero al final terminó sediento y dejándose llevar por el momento.
Esa noche la pareja realizó el se%o incontables veces, en el baño, en la cama, la terraza, dejaron su marca por cada rincón de la habitación y fundieron sus cuerpos en uno, solo se escuchaba el choque de sus cuerpos y sus jadeos.
A la mañana siguiente Sara despertó con un terrible dolor de cabeza y viendo al hombre a su lado y los rastros en su cuerpo de lo que había sucedido anoche solo pudo lamentarse.
“Maldición“ murmuró, pero no lo suficientemente bajo para no despertar a Hugo.
Abrió los ojos y también se asombro de ver la mujer que estaba sentada a su lado en la cama halándose los pelos y mirándolo horrorizada. Analizaba lo que podía decir cuando ella se adelanto.
“Mira, no se quién eres ni me interesa saberlo, lo que ocurrió anoche fue un error, un terrible error, yo estoy casada y esto no se va a volver a repetir. Así que olvídalo y olvídame”.
Tomo sus cosas y salió huyendo sin apenas vestirse.
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