Un año para separarme -
Capítulo 115
Capítulo 115:
A Sara le tomó unos segundos volver respirar, el oxígeno no estaba llegando a su celebro. Embarazada, ella no estaba preparada para tener un hijo, mucho menos ahora que tenía tanto trabajo, su cabeza no pasaba de dar vueltas. Termino pidiéndole al doctor que se fuera y lo mismo a Nadia, necesitaba estar sola, necesitaba pensar.
Ella sabía que a Hugo le encantaría la noticia, pero no estaba segura de que fuera lo mejor en ese momento. Cuando Nadia regresó, Sara le pidió que no le dijera nada a nadie aún, ella misma se lo contaría a su esposo cuando estuviera preparada, Nadia le aseguro que sería una tumba.
Sara solicitó el alta y cuando se disponía a marcharse chocó con un hombre de como cincuenta años, usaba una bata de médico y cuando sus miradas se cruzaron Sara sintió que lo había visto en alguna otra parte, pero no le prestó atención y se marchó
Hugo se encontraba en la empresa trabajando cuando la pantalla de su teléfono se iluminó indicando una llamada, fue a contestar, pero se quedó helado cuando vio que decía
“Papá” no recordaba la última vez que había hablado con su padre, debía haber pasado más de una década, justo antes de que diera el último timbre él contestó.
“Hola” saludó un poco nervioso temiendo lo peor.
“Hugo hijo, que bueno escuchar tu voz, pensé que no me contestarías. Como no fui un buen padre, pensé que me guardabas rencor, veo que la paternidad te ayudo a mejorar. Me alegro mucho hijo, felicidades”.
“¿Qué paternidad, de que estas hablando?”
“¿Tu no lo sabías?”
“¿No sabía qué?”
“Acabo de cruzarme con tu esposa en el hospital, la reconocí por las noticias y fotos que tu abuelo me envió, es más hermosa en persona”.
“Podrías dejar de divagar e ir directo al grano, ¿Le paso algo a Sara, por qué estaba en el hospital?”
“Ah, si, bueno, cuando vi que se iba pregunte eso mismo y me dijeron que se había desmayado en el trabajo y por eso la trajeron, parece que estaba muy cansada y su cuerpo no lo soporto más, en fin, le hicieron pruebas y salió que está embarazada no estoy seguro del tiempo, pero creo que dos o tres semanas. En fin muchas felicidades”.
“Emm, si, gracias tengo que colgar te llamo luego”.
Hugo no podía pensar en nada más que en las palabras de su padre, Sara estaba embarazada, tendrían un hijo. Sacó su teléfono y la llamó de inmediato.
“Hola amor, como estas”.
saludó ella y su voz sonaba igual que siempre.
“Yo estoy bien y tú. Como estas”.
“Muy bien, estoy en la casa descansando hoy no tenía mucho trabajo.”
Hugo sintió que algo se le oprimía en el pecho, ella le estaba mintiendo.
“¿Y no ha pasado nada?” la presionó.
“No, todo está bien, mira te llamo luego que creo que mi hermano acaba de llegar”.
“Está bien te amo”.
“Yo también te amo. Besos” y luego le colgó.
Hugo recordó en años anteriores lo renuente que ella se había mostrado a tener hijos, a lo mejor por eso no le había dicho y luego le pasó por la mente una idea horrible.
Tal vez quería abortar sin decirle nada. La cabeza de Hugo quería explotar, él la amaba, pero nunca le perdonaría que hiciera una cosa así.
Si tan solo hablarán y ella le contará la verdad podrían llegar a un acuerdo, tal como habían hecho con el plan, ella le pidió ayuda y le contó lo que quería hacer y él acepto, compró la acciones y se presentó en la mansión justo como ella se lo dijo, no le dolieron sus palabras porque sabía que todo era una actuación y por eso lo soporto porque el que estaría de pie en el altar sería él y no otro.
Hugo se preguntaba porque ella no era sincera igual, era cierto que él quería tener hijos, pero si ella no estaba preparada él no la presionaría, tendrían toda la vida por delante para tener sus bebés, el juró que siempre la apoyaría y podría aceptar no tener este hijo, pero solo si ella era sincera, si en realidad no se lo contaba y abortaba, ese sería el fin de su relación, por mucho que la amara, no le permitiría una cosa así.
Después de considerar lo que haría Hugo decidió que lo mejor era ver a su esposa, tenían que hablar frente a frente, sin mentiras, por lo que le pidió a Alejandro que le prepararan un vuelo, que iría a ver a su esposa y lo amenazó con despedirlo si le decía algo a Nadia o a Sara. Alejandro aseguró que guardaría silencio y Hugo unas horas más tarde se montó en un avión rumbo a donde estaba su mujer, nunca antes en su vida se había encontrado tan nervioso y temeroso, podría ser que al acabar el día terminara teniendo una mujer y un hijo, o podría ser que todo terminara mal y acabara solo otra vez.
Millones de situaciones rondarán su cabeza durante las horas del vuelo y no pudo pegar ojo en todo ese tiempo.
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