Un año para separarme
Capítulo 103

Capítulo 103:

Hugo observó el papel que tenía en la mano, parecía un currículo, el nombre al principio, solo que había un cambio, el apellido no era el que Hugo conocía, no era Sara de Santis, sino, Sara Sofía Ferrán.

Hugo siguió viendo el papel y trató de no concentrarse en el apellido, porque solo conocía una Familia Ferrán y estaba rezando porque no fuera esa, el informe decía que era la segunda hija, que tenía dos hermanos, uno mayor y otro menor y luego lo que le quitó toda esperanza a Hugo, el nombre de sus padres Andrés y Sofía Ferrán.

Hugo cerró la carpeta y fue a la computadora y buscó en el navegador: Familia Ferrán.

De inmediato le salieron miles de noticias y una foto familia enero del 2015.

Andrés y Sofía Ferrán se encontraban sentados en la fotografía mientras que sus hijos estaban parados atrás, Hugo reconoció al de la izquierda, se veía un poco más joven pero era el mismo hombre que vio en el video de la cámara de seguridad, a su lado había un chico de 13 o 14 años y a la derecha Sara, ya no le quedaba ninguna duda a Hugo, después de ver esto supo que la mujer con la que se había casado tenía demasiados secretos.

Hugo se pasó la mano por el rostro y buscó el verdadero nombre de Sara en el navegador, de nuevo la pantalla se llenó de noticias, la primera en llamar su atención fue una de las más antiguas en 1997

«Por primera vez en siglos se rompe la cadena en la Familia Ferrán, la Señora Ferrán acaba de dar a luz a una hermosa y sana niña”.

Hugo siguió viendo noticias.

Sara S. La niña genio de la Familia Ferrán

La emperatriz del Imperio Ferrán

Hugo observaba las noticias y veía que la prensa y el público en general amaba a Sara, siguió leyendo a las noticias más próximas al tiempo en que ellos se casaron, hasta que encontró una de un año antes

El Imperio Ferrán se está desestabilizando, con el próximo cumpleaños de Sara y su mayoría de edad todos nos preguntamos quien será el heredero de la empresa, los accionistas están divididos y la incertidumbre reina.

Será el hijo mayor o será la chica con un coeficiente intelectual que deja a todos asombrados, el mayor de los Ferrán, Augusto, ha manifestado su apoyo a su nieta, pero todos sabemos que en la cabeza del Grupo Ferrán nunca ha habido una mujer.

Hugo fue comprendiendo lo que sucedía, la familia de Sara no estaba de acuerdo con que ella se hiciera cargo de la empresa y conociéndola, eso a ella no la haría muy feliz. Hugo no se detuvo y continuo buscando.

“El equipo de publicidad del Grupo Ferrán ha negado que exista alguna rivalidad entre los hermanos por su derecho en la empresa, aseguran que el primogénito será el Presidente cuando su padre se retire y Sara tiene planes para casarse pronto, no quisieron revelar con quien pero existen rumores de un príncipe de Medio Oriente que la esta cortejando”.

Las manos de Hugo se cerraron como puños, su propia maldita familia la había vendido como ganado, todo para que no pudiera competir por la empresa, por eso ella había escapado, intentando huir de su familia y de la vida que la estaban obligando a vivir.

Hugo recordó esos años, su abuelo lo estaba presionando para que se casara, todas las semanas le llevaba una carpeta con fotos e información de una chica diferente, la última que recibió era la que tenía en sus manos, pero se negó como siempre.

Su abuelo desapareció unos meses con el pretexto de que estaba muy estresado y cuando regresó lo hizo con una esposa para él, lo amenazó con las acciones de la empresa y lo obligó a casarse, las fechas concedían, todo comenzaba a tener sentido.

Su abuelo lo había obligado a casarse con un miembro de la Familia Ferrán, la familia más importante y antigua del mundo, los reyes del sector empresarial.

Estuvo casado durante 6 años con una emperatriz y nunca lo supo y lo peor del caso era que su familia debían saber todas las cosas que habían sucedidos entre ellos, las infidelidades de él, los desplantes, la peleas.

Hugo se recostó en la silla y se dejó caer abatido, una familia como esa nunca permitiría que su hija regresará con él, si por ellos dependiera Hugo nunca volvería a ver a su esposa.

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