Capítulo 83:

Hugo observó a la mujer frente a él, no había cambiado mucho, pero había perdido un poco de la grasa que antes adornaba sus cachetes y la hacía lucir adorable y joven, la mujer ahora frente a él lucía más madura, su actitud seguía siendo la misma de años atrás y Hugo sintió un poco de nostalgia, pero recordando todo, decidió no pensar en el pasado.

Hugo se marchó sin decirle nada más, no tenía intenciones de seguir perdiendo el tiempo, la dama de compañía cuando lo vio salir, corrió detrás de él e intentó alcanzarlo, pero las largas piernas de Hugo le hacían dar pasos gigantes, por lo que la chica quedó detrás sin poder al alcanzarlo.

Alejandro lo esperaba en la entrada con el coche ya encendido , la chica intentó abrir la puerta y entrar, pero tenía seguro, Alejandro bajo la ventanilla y le dio un fajo de billetes y ella asintió, comprendía que no tendría ninguna oportunidad con ese hombre y vio el coche como se alejaba, ella había presenciado toda la escena y a simple vista comprendió que esos dos se quería, pero no entendían porque eran tan necios, como ese no era su problema y había cobrado por no hacer nada se marchó feliz.

La mañana siguiente cuando Hugo regresó al trabajo Alejandro se acercó con una carpeta, era un plan de negocios, una asociación entre el Grupo Moretti y la Empresa Zafiro.

Sara planeaba acercarse a él poco a poco y Alejandro estaba más que encantado de unir al matrimonio. Hugo tomó la carpeta y sin siquiera revisarlo cuando vio el nombre de la empresa la tiro sobre la mesa

“No admitido” Dijo simplemente y pasó al siguiente documento.

“Señor, no puede rechazar una oferta tan buena solo por razones personales”. Le recriminó Alejandro.

“No es por razones personales, la Empresa Zafiro no tiene experiencia para trabajar con nosotros, llevan poco tiempo en la industria y no son estables en el mercado por tanto no están a nuestro nivel”.

“Señor, la empresa puede llevar poco tiempo en la industria, pero es más importante que muchísimas otras con las que hacemos negocios, además la oferta es muy buena, debería revisarla y darle una oportunidad, no simplemente rechazarla porque es la empresa de la Señora Sara”.

“Señora” se burló Hugo: “Ahora es tú señora, ya que la defiendes tanto, ¿Debería ser ella quien paga tú sueldo no?”.

“Eso no es lo que quise decir”.

Se justifico temeroso Alejandro.

“Ya basta, no quiero oír hablar de esa mujer, y si lo vuelves a hacer me traes tú carta de renuncia”.

Alejandro no se atrevió a volver a mencionar la colaboración, así que simplemente se marchó. Él sabía que su jefe era muy testarudo, así que no había nada que pudiera hacer. Le envió un fax a la empresa de Sara diciendo que no aceptaban el contrato, que esperaba pudieran asociarse en otra oportunidad.

Nadia recibió la negativa y de inmediato se lo comunicó a Sara, pero estaba no pareció sorprendida, al contrario sonrió. Sara sabía perfectamente que su esposo se negaría a trabajar con ella y que la consideraría inferior a su estatus, él era muy previsible, por lo que ella ya había arreglado un encuentro.

Cuando llegó el horario del almuerzo Hugo salió a encontrarse con Matías, habían quedado en verse ese día, pero para su sorpresa cuando llegó al reservado su amigo no se encontraba por ninguna parte, al contrario de lo que esperaba, allí estaba Sara, luciendo un impecable traje de negocios blanco.

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