Un año para divorciarme -
Capítulo 54
Capítulo 54:
“Entonces me estas diciendo que alguien intentó asesinar a mi esposa”. los ojos se Hugo se había trasformado en fuego puro, su mirada se llenó de odio cuando escuchó hablar a Alejandro.
“Si señor, aparentemente alguien atentó contra la vida de la señora, pero aún no hemos podido descubrir quien, las cámaras de seguridad muestran que la señora codujo su auto hasta la inauguración en la noche por lo que el trabajo lo deben haber hecho mientras todos estábamos ocupados en la fiesta. En el parking no había cámaras así que no pudimos ver quien se pudo acercar al carro de la señora, Nadia me hizo llegar la lista de invitados de la fiesta y estamos revisando uno por uno los carros de los invitados a ver si la caja negra de alguno de eso carros pudo grabar algo importante”.
“Está bien, cuando descubras algo házmelo saber. Ahora llévame a ver a Sara”.
“Señor no creo que debería levantarse aún, todavía está débil”.
“No lo pienso repetir”. exigió Hugo y a Alejandro no le quedó otra opción más que obedecer.
Ayudó a Hugo a ponerse de pie y lo acompañó hasta la habitación donde se encontraba Sara, al pie de la cama se encontraba Emily llorando desconsolada mientras Beatriz intentaba reconfortarla, unos pasos detrás Nadia se mantenía de pie con el semblante serio, cualquiera que la viera pensaría que no le importaba la situación, pero Alejandro se fijó en sus ojos y vio la enorme tristeza que escondían, él mejor que nadie era capaz de comprenderla, nadie mejor que él sabía el cariño que se puede llegar a desarrollar por un jefe, porque a pesar de las diferencias llega el momento en el que le terminas cogiendo cariño.
Alejandro se había visto en la situación de Nadia horas atrás, en cambio él no había podido ser tan fuerte como ella y contener las lágrimas.
Hugo entró en la habitación y se fijó en Sara, tenía los ojos cerrados y una venda alrededor de la cabeza, se veía hermosa incluso en ese estado, algunos golpes en el rostro se habían tornado morados, pero Emily había intentado disimularlo con un poco de maquillaje.
Hugo observó el hermoso rostro de Sara y sintió como su corazón se comprimía, nunca había experimentado algo así. No podía dejar de observar a su esposa, parecía una hermosa muñeca de porcelana, frágil y encantadora, de pronto Hugo tuvo deseos de besarla, tal vez despertaría como en el cuento de la bella durmiente, pero considerando el carácter de Sara en lugar de estar agradecida y casarse con él como la princesa, lo más posible era que cuando despertará le diera una cachetada y lo regañara por aprovechado, así que Hugo sonrió y dejó de pensar estupideces.
Emily estuvo analizando a Hugo desde que lo vio entrar a la habitación, no se había cruzado muchas veces con Hugo y tampoco lo conocía mucho, pero en las ocasiones en que se encontraron ella siempre pudo notar esa aura insuperable, su porte de hombre fuerte y decidido.
Sin embargo, el hombre que estaba hoy frente a la cama de su amiga distaba mucho de esa imagen, el Hugo que Emily vio hoy era un hombre preocupado, se le notaba en los ojos, arrepentido y temeroso.
Emily supo que tal vez esté accidente podría servir para salvar el matrimonio de su amiga, después de todo llevaban años casados. A Emily le preocupaba que Sara al no tener familia estuviera siempre sola, ella solo quería que su buena amiga tuviera a alguien a su lado que la protegiera y la amara, después de ver el sufrimiento en los ojos de Hugo, Emily tomó la decisión de juntarlos.
“Señor, debería descansar“ Alejandro puso la mano en el hombre de Hugo para llamar su atención.
“No, me quedo con ella, pide que preparen una habitación más grande y pongan dos camas”.
Alejandro quería negarse, pero pensándolo mejor despidió obedecer, después todo si se mantenía separados Hugo iba a estar insistiendo con ir a ver a Sara y así nunca se iba a recuperar del todo, cuando Hugo vio que Alejandro salió y miró hacia Nadia y Emily.
“Ustedes también deben ir a descansar, no se preocupen por ella, yo la voy a cuidar”. Nadia estaba considerando en negarse, pero Emily habló primero.
“Está bien Señor Moretti, los dejamos solos, cualquier noticia nos llama”. Emily tomó a Nadia de la mano y la sacó de la habitación.
Sara fue trasladado a otra habitación donde había dos camas, durante los próximos días Hugo vigilo constantemente de Sara y estuvo al pendiente de que no le faltara nada, Emily, Nadia y Beatriz eran las únicas que tenían autorizado entra a visitar la sala.
Hugo no permitió que nadie más se acercará, como aún no sabía de quien había atentado contra Sara creyó que lo mejor era tenerla bajo sus ojos, y así evitar que alguien le hiciera daño.
Los días pasaban y Hugo se iba a acostumbrando cada día más a estar cerca de Sara, durante el día le leía las noticias, le daba consejos sobre negocios, la ayudo en el trabajo y en las noches, cuando todos dormían Hugo pagaba su cama a la de Sara y la abrazaba para dormir mientras acariciaba su cabello y susurraba palabras dulces hasta quedarse dormido.
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