Un año para divorciarme
Capítulo 106

Capítulo 106:

Cuando los miembros de la Familia Ferrán despertaron, lo hicieron bajo constante ruido, ninguno entendía lo que estaba sucediendo ni de donde había salido tantos empleados. Andrés solía despertar a las 7 de la mañana, pero desde las 5 sentía pasos y murmullos por toda la casa, no soportando más la situación se levantó de la cama para encontrarse a casi un centenar de personas que iban de un lado para otro, tomó por el cuello al que tuvo más cerca.

“Me puedes decir que rayos está sucediendo en mi casa”.

“La Señora Sara contrató personas para remodelar su habitación, también solicitó que le prepararan una de la habitación desocupadas y le hicieran un estudio para trabajar”.

“¿Dónde está ella ahora?”

“Salió a correr por el jardín”.

Andrés soltó al empleado y salió de la mansión en busca de su hija, no la encontró y estuvo en la entrada esperándola 15 minutos, hasta que por fin apareció.

“Se puede saber con qué permiso estas remodelando nada”.

“Padre que haces aquí, te vas a congelar en esa bata”

respondió Sara ignorando su regaño y le cambió el tema.

“Deberías entrar al calor, hoy es un día importante no puedes enfermar, más bien vete a preparar que en cualquier momento llega tu futuro yerno”.

Su padre la observo desconfiado y ella continuo: “el Príncipe Abdel Ali ya viene en camino a verme y no creo que quieras perder la oportunidad de saludarlo”.

Andrés no dijo nada, pero observó quieto a su hija tratando de descifrar si le mentía, pero no pudo hallar nada y entró a la casa aún desconfiando de las palabras de Sara.

Dos horas después el Monarca llegó a la Mansión Ferrán, y fue recibido con todo el esplendor que caracterizaba a la familia Andrés y su hijo mayor lo llenaron de elogios, mientras que Sofía como buena anfitriona le invito a beber té y le dio un recorrido por la mansión.

Pero Sara aún no salía a ver al invitado, su padre comenzaba a ponerse nervioso, hasta que ella apareció completamente vestida de negro, el vestido tenia un escote pronunciado y abierto a un lado dejando ver su pierna, su padre se horrorizo al ver eso, pero ella caminaba como si nada.

“Buenos días Alteza” saludó ella haciendo una pequeña reverencia

“Sara querida, deja las formalidades, para ti soy Abdel”.

“Muchas gracias, Abdel, espero tuvieras un buen viaje. Perdona que te hiciera venir hasta aquí, es solo que a mis padres les encantaría unirnos en matrimonio y te quería preguntar si aún estás interesado”.

“Una chica directa, eso me gusta. La verdad es que nuestra boda lleva tanto tiempo planeada que está prácticamente lista, solo faltaba la novia, así que cuando tú decidas se llevará a cabo”.

“Perfecto, que te parece el próximo mes. Así tengo tiempo de buscar el vestido de novia indicado y estar a tú altura”.

“Con tu belleza, cualquier cosa quedará bien”.

“Entonces así quedamos”.

Sara se giró hacia su padre que observaba en silencio impactado con la forma de preceder de su hija, más que una boda aquello parecía un simple negocio, una transacción cualquiera.

“Entonces complacido. Que bueno, ya que todos están contentos me gustaría dejar algunas cosas claras, no seré una esposa trofeo, así como tampoco planeo quedarme en la casa, soy empresaria y lo continuaré siendo” su padre frunció el ceño, pero antes que se negara su futuro esposo dijo.

“Por supuesto que puedes trabajar, no tengo nada en contra, estamos en el siglo XXI, puedes hacer lo que quieras, solo te pido reunirnos dos veces por semana antes de la boda”.

“Claro” acepto ella.

“Vamos te acompañó al carro”.

“Pero que dices, si su majestad acaba de llegar” la interrumpió Andrés.

“No se preocupe suegro, tengo muchos pendientes que atender” dijo el príncipe mientras se ponía de pie.

“Un placer volver a verlos, nos veremos pronto”.

El príncipe y Sara salieron de la habitación en silencio, regalándole medias sonrisas, cuando por fin estuvieron seguros de estar solos Sara le sonrió con alegría.

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