Todopoderosa Señora Finn -
Capítulo 456
Capítulo 456:
Los ojos de Levi estaban alerta, su tono no era realmente cortés: «¿Qué quieres de ella?»
Ruby estaba colocada hacia el interior y no podía ser vista desde el ángulo en que Hallie se encontraba en la puerta.
En ese momento, el extremo de sus ojos se levantó y sonrió con tono coqueto,
«Guapo, no he venido a comerme a nadie, ¿Por qué estás tan nervioso?».
A Levi lo que más le disgustaban eran las mujeres tan frívolas, así que al instante levantó el rostro y su tono se tornó aún más duro: «Señorita, por favor, compórtese».
«¿Sólo porque me dirijo a usted como guapo?».
Imperturbable, Hallie se apoyó en la puerta y sus ojos se posaron frívolamente en él, mirándolo de arriba abajo.
«Eres muy guapo, está bien que te haya llamado así, pero tengo curiosidad, ¿Quién eres para la Señorita Harold?».
Como acababa de llegar al Instituto, se enteró de que Ruby había llegado y no sabía que Ruby había venido con Levi.
Tampoco sabía que Ruby se había casado.
En ese momento, el ceño de Levi se frunció imperceptiblemente y dijo secamente: «Soy su marido, Levi Finn».
Ante eso, Hallie se quedó desconcertada: «¿Esposo? ¡La Señorita Harold ya está casada?».
Ella sólo sabía que Benjamin prestaba mucha atención a esta mujer, pero no esperaba que, aunque esta mujer estaba casada y tenía una familia, Benjamin todavía se negaba a renunciar.
Una oleada de inenarrables celos y dolor le retorció el corazón, apretó los dientes e hizo todo lo posible por reprimir las emociones de su corazón para no perder los estribos.
En ese momento, se obligó a seguir sonriendo con condescendencia y dijo: «Ya veo, es un placer conocerte».
Le ofreció la mano, con las uñas pintadas de rojo.
Levi sólo la miró, sin intención de estrecharle la mano, su expresión seguía siendo muy fría.
«Señorita Hallie, si hay algo que quiera decirme, por favor, dígamelo directamente. Yo se lo transmitiré a Ruby en dado caso su mensaje sea para ella».
En un gesto completamente protector, protegió a Ruby en la habitación, sin intención de dejar que esta mujer conociera a Ruby.
Al instante, un fuerte sentimiento de crisis y celos se agitó en su corazón, agitándola por un momento, con los ojos ligeramente fríos.
No dijo nada, pero Ruby no se molestó en fulminarla con la mirada y tomó la iniciativa preguntando: «Señorita Hallie, ¿Para qué quería verme?».
Sacada de sus pensamientos por su voz, Hallie frunció las comisuras de los labios, cambió su postura de apoyarse en el marco de la puerta y se irguió.
No quería venirse arriba y perder el impulso en su primer encuentro.
Sin embargo, no era bajita, pero delante de Ruby seguía siendo baja y sólo podía levantar ligeramente la barbilla para encontrarse con su mirada.
«Hola, Señorita Harold, encantada de conocerla, mi nombre es Hallie, soy del mismo país que usted, pero he estado viviendo en el País Y durante los últimos años».
Ruby asintió con la cabeza, sin expresión alguna en el rostro, y dijo con ligereza: “¿Para qué ha venido a verme exactamente?».
Volvió a insistir en el tema, mostrando claramente su desinterés por la otra parte.
La expresión de Hallie se congeló, pero volvió a la normalidad al cabo de unos instantes; sus labios se curvaron con condescendencia, pero sus modales seguían siendo educados.
«En realidad, acabo de enterarme de que un valioso invitado, que es una mujer, ha venido al Instituto, como mujer que soy, pensé en acercarme a echar un vistazo. Acaba de llegar al Instituto, quizá no sepa que la situación aquí es simplemente la de un templo de monjes, ni siquiera se ha contratado a una investigadora, así que me aburro sola. He venido a mostrar mi entusiasmo. Eres nueva en el Instituto. Puede que no estés familiarizada con este lugar, pero no pasa nada, tendré tiempo para acompañarte por los alrededores siempre que quieras, también puedo darte una introducción».
Ante esas palabras, Ruby levantó las cejas, como si aceptará sus palabras: «¿Es así? Sería estupendo, probablemente me quede aquí los próximos días, simplemente estaría bien tener a alguien que pudiera enseñarnos los alrededores a Levi y a mí».
Mientras hablaba, miró a Levi con el rabillo del ojo.
Levi le devolvió la mirada, pero no dijo nada.
Al ver eso, Hallie dijo: «Bueno, entonces está a punto de ser mediodía para cenar, ¿Por qué no me acompañas?».
Ruby no se negó y aceptó de buena gana: «Claro, pero acabo de terminar mi examen y ahora necesito cambiarme de ropa, así que sugiero que nos veamos en el comedor».
Hallie sonrió: «No hay problema, te espero en el comedor entonces».
Tras cerrar la puerta, los rostros de las tres personas que estaban dentro y fuera de la puerta cambiaron.
Fuera de la puerta, la falsa sonrisa de Hallie se desvaneció en un instante, mirando fijamente el panel de la puerta que tenía delante, con los ojos como si quisiera hacerle un agujero.
¡Por fin te veo, Ruby!
¡Me gustaría ver qué clase de magia tienes que pueda enganchar el alma de Benjamin!
Ya que Benjamin está tratando deliberadamente de llevarte a su palma, lo siento, pero pase lo que pase, ¡No dejare que ustedes dos estén juntos!
…
En la puerta, la curvatura de la boca de Ruby también se tensó, y se volteó para entrar en el dormitorio.
Levi la siguió y le preguntó: «¿Qué piensas de esa mujer?».
Ruby se sentó en el borde de la cama, sus dedos pellizcaron una esquina de la colcha.
«Sin comentarios». Se lo pensó un momento y contestó.
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