Sus mil secretos -
Capítulo 924
Capítulo 924:
Carter asintió y se giró hacia Jordan. «Quédate aquí con la jefa y envíala a casa más tarde, Jordan. Yo iré ahora a ver a Harvey».
«¡Entendido!» Jordan respondió con entusiasmo. Dado lo descuidado que era con las palabras, tampoco quería arriesgarse a irritar a Harvey.
Como tal, era una idea mucho mejor quedarse con Arielle en su lugar.
Pronto, Carter salió y se dirigió a la sala de Harvey que estaba situada justo un piso por debajo de la de Arielle.
Antes de entrar en la sala, la voz de Harvey sonó desde el interior.
«¡Ya he dicho que no voy a tomar la medicina que ha preparado!»
Carter sacudió la cabeza y entró en la sala, sólo para ver a Jared de pie junto a Harvey con un tazón de medicina.
Jared explicó: «Harvey, esta medicina no la preparó la jefa. Fue el hospital quien la preparó. Puedes preguntar por ahí si no me crees».
«Deja de mentirme. No quiero repetirme más».
Carter se adelantó por fin y dijo: «Harvey, tómate la medicina».
La mirada de Harvey se suavizó un poco al oír la voz de Carter, pero el ceño se volvió a fruncir pronto.
«No quiero nada que sea de ella».
Carter respondió: «¿Quién te ha dicho que esto es de ella? Ella no está mejor que tú, así que ¿Cómo podría tener la energía para preparar tu medicina?».
Harvey se congeló inmediatamente. «¿Qué le ha pasado?»
Luego, al darse cuenta de que había mostrado accidentalmente su preocupación por Arielle, añadió rápidamente: «No, no me lo digas. No quiero saberlo».
Frunciendo los labios, Carter contestó con un matiz de fastidio: «Tanto si quieres saberlo como si no, ahora está en una sala de arriba. En cuanto a la medicina, puedo asegurar que no fue ella quien la preparó. Ahora, ¿Quieres beberla?»
«Yo-»
«Deje de ser tan… de ser tan vago», interrumpió Carter mientras tomaba la medicina de manos de Jared. «No eres un niño. Deberías saber qué es lo mejor para ti. En lugar de estar encerrado en la sala, ¿No sería mejor que te pusieras bien pronto para que te dieran el alta? Entonces serás libre para hacer lo que quieras, y ella tampoco sabrá tu paradero. Además, ¿Soportas ver al Viejo Señor Júpiter corriendo de un lado a otro en su a edad? ¿Quieres que se canse por culpa de ti?”
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