Sus mil secretos
Capítulo 875

Capítulo 875:

Marcus pasó por delante de la mesa de Arielle.

Cuando se dio cuenta de que Arielle había terminado las preguntas de opción múltiple en diez minutos, no pudo evitar acercarse a Donovan y susurrar: «Señor Baxter, este examen es diferente a los demás. ¿No ha subido el nivel de dificultad del mismo? Si es demasiado fácil y muchos obtienen una buena puntuación, será difícil elegir a esas cinco personas entre ellos».

Confundido, Donovan dijo: «Sí que he subido el nivel de dificultad, sobre todo en el examen de matemáticas avanzadas. Tomé muchas preguntas de los exámenes de la Universidad Maxwell».

Igualmente confundido, Marcus se rascó la cabeza. «Eso es raro…»

«¿Qué pasa?» se preguntó Donovan en voz alta.

«No es nada. Quizá sólo tenga talento», murmuró Marcus en voz baja antes de volver a la silla del fondo del aula.

Donovan recorrió la clase con la mirada. Cuando vio que muchos tenían los bolígrafos en la mano pero no escribían nada, dio un golpe en su mesa y dijo: «Escuchen. Esta vez es un examen difícil, pero tienen el mismo tiempo que en los otros exámenes para completarlo. Si se encuentran con preguntas que no pueden responder, sáltenlas y hagan las demás. No se entretengan en la misma pregunta y pierdan el tiempo en esa única pregunta».

Las palabras de Donovan fueron un balde de agua fría que despertó a Wendy. Abandonó apresuradamente la segunda pregunta de opción múltiple para empezar la siguiente.

El tiempo pasaba. Pronto, el examen de matemáticas avanzadas había terminado.

«Dejen los bolígrafos», dijo Donovan. «Quien no lo haga será descalificado del examen. Señor Brown, por favor, recoja sus papeles».

«Claro».

Marcus se levantó y empezó a coger los papeles, empezando por la última fila.

Pronto, los papeles estaban todos con Marcus, y salió del aula con Donovan.

Ninguno de los alumnos del aula se alegró al terminar el examen.

Wendy se giró hacia el chico que estaba a su lado y le preguntó: «¿Terminaste tu trabajo?».

Él negó con la cabeza. «No. Sólo elegí al azar una respuesta para bastantes preguntas, y sólo logré hacer tres preguntas de la siguiente sección». Wendy se tranquilizó al escuchar su respuesta.

El chico que estaba a su lado era uno de los cinco mejores alumnos de la clase, pero incluso él sólo pudo hacer tres preguntas del segundo examen. Eso significaba que los demás alumnos harían aún menos.

En cambio, ella hizo cuatro.

Su estado de ánimo melancólico se volvió delicioso. Justo cuando estaba a punto de levantarse y salir del aula, vio al chico corriendo hacia Arielle.

«Jefa, ¿Recuerda qué respuestas eligió para las preguntas de opción múltiple? Me gustaría ver si he acertado».

Casi inmediatamente, los demás alumnos se arremolinaron también hacia Arielle.

«Arielle, ¿Cuál era la respuesta a la primera pregunta? ¿Era A?»

«¿Lograste hacer la última pregunta del examen? Yo no llegué a leerla».

Todos se metían en la conversación mientras se apiñaban alrededor de Arielle.

Al final, el chico fue el que gritó: «¡Dejen de cortar la fila! Yo fui el primero en preguntar. Jefa, ¿Recuerda cuáles eran sus opciones?».

Arielle asintió. Entonces pronunció: «Yo sí. Era A, C, D…»

Wendy trató de irse, pero era como si sus piernas no fueran suyas, y su mente estaba fuera de su control al comparar las respuestas de Arielle con las suyas.

Seis de sus preguntas eran las mismas que las de Arielle, pero cuatro no.

Justo en ese momento, escuchó al chico lamentarse: «¡Sólo he hecho seis bien!». Wendy frunció el ceño.

¿Qué querrá decir? ¿Cree que las respuestas de Arielle están bien?

¿No están pensando demasiado en ella? ¿No saben lo difícil que es este examen?

Realmente dudo que Arielle sea capaz de acertar todas las preguntas.

Aunque era cierto que no estaba segura de haber acertado esas cuatro, estaba segura de que Arielle debía de haber hecho algo mal en alguna parte.

Apretando los dientes, Wendy decidió marcharse. Por lo tanto, levantó el pie y salió de la habitación.

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