Sus mil secretos
Capítulo 762

Capítulo 762:

Aunque Aaron tenía un montón de preguntas en su mente, decidió guardárselas para sí mismo ya que por fin podía salir de la mansión. Entonces, aceptó la tarea y vio cómo Anderson se iba.

Sin embargo, al final no pudo controlarse. A continuación, corrió hacia Anderson y le preguntó: «Padre, mamá me ha llamado y me ha dicho que ha aprendido a hacer unos platos nuevos. ¿Te gustaría ir a probarlos?».

«No importa. Últimamente estoy ocupado». respondió Anderson escuetamente antes de acelerar para marcharse.

La mirada de Aaron se oscureció mientras un destello de resentimiento cruzaba sus ojos.

Todos los ciudadanos del país decían que Anderson era un buen líder.  Además, era un padre responsable. Asistía a todas las fiestas de cumpleaños de Aaron, le daba la mejor educación y todo lo que quería.

Sin embargo, nunca fue un buen marido.

Aaron no podía evitar sentirse mal por su madre.

Pobre madre. Ella ama a papá de todo corazón, pero él ni siquiera se molesta en prestarle más atención.

Por eso, aunque respetaba a su padre, lo odiaba al mismo tiempo.

¿Cómo puede padre tener un corazón tan frío? Llevan años casados, pero él nunca le ha dado ningún tipo de calor.

Aaron cerró los ojos mientras las emociones complicadas surgían en su corazón.

«Señor Aaron». De repente, un guardaespaldas se acercó a él. «He pedido a todos los guardias que se vayan. Ahora puede ir a donde quiera».

En cuanto Aaron abrió los ojos, lanzó un puñetazo a la cara del guardaespaldas.

Sin embargo, ese guardaespaldas no pareció sentir el dolor en absoluto. Los que habían estado vigilando a Aaron eran todos los guardaespaldas personales de Anderson.

Habían recibido un entrenamiento especial desde que eran jóvenes, por lo que su resistencia al dolor era mucho mayor que la de la gente corriente.

Como era de esperar, el guardaespaldas se limpió la nariz sangrante con indiferencia. Luego, hizo una reverencia a Aaron antes de marcharse.

«¡Maldita sea!» Aaron se frustró aún más al ver lo ineficaz de su golpe.

Sin embargo, su ánimo se levantó cuando se dio cuenta de que por fin había recuperado su libertad.

«Prepara un helicóptero para mí, así como otra identidad. ¡Me voy a Chanaea!» ordenó Aaron.

Espérame, mi gatita. Ya voy.

Mientras tanto, en Chanaea, Arielle se dirigía a la antigua finca de Henrick. De repente, sintió un cosquilleo en la nariz, y al segundo siguiente estornudó con fuerza.

«¿Estás bien?» Vinson se dio la vuelta y preguntó: «¿La temperatura del aire acondicionado es demasiado baja?».

Antes de que Arielle lograra responder, ordenó al chófer: «Ajusta el aire acondicionado».

«No, no. Está bien», dijo Arielle. «Sólo sentía un pequeño cosquilleo en la nariz».

Además, tenía la desagradable sensación de que algo malo iba a ocurrir.

Sin embargo, no se lo dijo a Vinson, ya que sólo era su intuición.

Vinson se sintió aliviado al oírlo. Se quitó el abrigo y cubrió las rodillas de Arielle. «Aunque el tiempo es caluroso, deberías evitar llevar faldas cortas. Las mujeres tienen un sistema inmunológico más débil. Podrías resfriarte». Además, no quería que llamara la atención de otros hombres.

Arielle no pudo evitar esbozar una sonrisa. «Vinson, ¿Sabes a quién te pareces ahora mismo?»

«¿A quién?»

«A mis padres adoptivos».

Después de todo, Vinson la regañaba y la cuidaba como si fuera su hija.

Vinson se encogió de hombros. «No quiero convertirme en tu padre».

De repente, la mirada de Arielle se oscureció al pensar en los Wilhelm. Habían pasado unos meses desde la última vez que los vio.

Vinson supo que Arielle había pensado en los Wilhelm al ver su expresión.  Dijo en voz baja: «Puedes traer a los Wilhelm aquí en cuanto terminemos de tratar con Henrick».

Arielle asintió, tratando de animarse.

Cinco horas más tarde, el coche llegó por fin al pueblo donde estaba la Antigua Finca Southall.

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