Sus mil secretos
Capítulo 755

Capítulo 755:

Al momento siguiente, Vinson notó un aroma femenino acercándose a él. De repente, sintió una suave sensación en los labios cuando algo tierno le presionó.

Se tensó y vio a Arielle que estaba ante sus ojos.

¿Cómo podría un hombre resistirse a una mujer que se le ofrece?

Justo cuando Arielle pensó en apartarse, Vinson le cogió la nuca y le devolvió el beso.

Al sellar sus labios con los de ella, sus cuerpos se encerraron en un estrecho abrazo, y pudieron oler el aroma del otro.

Arielle nunca había dado el primer paso para besarlo, así que no la dejaría irse tan pronto.

Vinson la besó agresivamente, como si quisiera devorarla.

Al cabo de un rato, cuando Arielle estaba casi sin aliento, Vinson finalmente soltó su agarre tras notar que algo no iba bien en ella. «¿Has olvidado cómo respirar, tonta?»

Arielle respiró profundamente. Cuando supuso que estaba fuera de sus garras, llegó el segundo beso.

Vinson la desbordó una vez más. Decidió soltarla después de besarla repetidamente.

Miró a Arielle, que se había convertido en papilla, de forma satisfecha. «Parece que necesitas más práctica».

Se habría pasado todo el día besándola en el coche, si no hubiera temido asfixiar a Arielle.

Ella se sintió avergonzada y molesta mientras miraba a Vinson.

Sin embargo, sus mejillas se sonrojaron y le miró de forma seductora. En lugar de ser intimidante, la forma en que Arielle lo miró sólo sirvió para e%citar aún más a Vinson. Con eso, se inclinó hacia ella.

«¡No!» Rápidamente, Arielle presionó ambas palmas contra sus labios. Tenía miedo de que Vinson la besara de nuevo.

«Bien, eso es todo por hoy. Es casi la hora de las clases. Te enviaré a la universidad», dijo Vinson.

Arielle dejo escapar un suspiro de alivio. Se sentía como si hubiera escapado de la muerte.

Pronto llegaron a la Universidad de Jadeborough.

Arielle pensó en algo y preguntó: «Con la renuncia de Henrick, estoy segura de que esos viejos zorros astutos de la empresa investigarán a quién vendió sus acciones. Me temo que no tengo la edad suficiente para convencerlos…»

«¿Qué piensa hacer?» preguntó Vinson.

Arielle reflexionó durante un rato y dijo: «Puede que tenga que pedirte que mantengas esto en secreto. Una vez que me haya ocupado de Henrick y Cindy, me ocuparé de esos viejos zorros astutos de la empresa más tarde».

Vinson asintió. «Si necesitas ayuda, búscame, pero no te canses».

«Lo sé. Ahora me iré a clase», respondió ella.

«Espera». Vinson le tiró de la manga y le señaló los labios con otra mano. «Quiero una recompensa».

Los labios de Arielle parecían tener propiedades mágicas. Se negaba a dejarla ir tan fácilmente.

No obstante, Arielle se liberó del agarre de Vinson y corrió hacia las puertas de la universidad, como si acabara de ver un fantasma.

Vinson la observó a su espalda y sacudió la cabeza, para luego alejarse.

Ambos no se dieron cuenta de que Wendy estaba parada en una esquina de la puerta de la universidad. Miró el coche con frialdad mientras se alejaba.

¡Es la hora de comer y ni siquiera se dejan en paz! ¡Qué asco!

Wendy se enfurruñó y entró en la universidad con pasos pesados.

La primera clase de la tarde era Ustranasion.

Arthur elogió a Arielle nada más entrar en el aula: «Gracias a la ayuda de Arielle. Nuestra universidad logró conseguir el plan de clases de matemáticas avanzadas de la Universidad Maxwell. Como recompensa, Arielle, no tienes que completar las tareas de mi clase a partir de hoy. Con tu nivel, no necesitas depender de las tareas para mejorar tu Ustranasion».

A Arielle le gustó esta recompensa y asintió feliz. «Gracias, Profesor Sleight».

«Debería ser yo quien le diera las gracias. Por favor, ayuda a tus compañeros cuando estés libre; además, Wendy….» Arthur continuó

Wendy tuvo un mal presentimiento cuando la llamaron.

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