Sus mil secretos
Capítulo 422

Capítulo 422:

«¿Qué?» Henry estaba sorprendido hasta la médula.

Como su rostro estaba hinchado, Henry preguntó directamente sin mostrar ningún cambio en la expresión de su rostro: «¿Por qué? Tú dijiste ayer que le pedirías a tu futura cuñada un favor y que ella convencería a tu hermano para que te dejara entrar en el ejército. ¿Por qué has cambiado de opinión de repente?». Jared se dio la vuelta con sentimientos encontrados.

Después de lo ocurrido anoche, opinó que no tenía talento en las artes marciales.

Ya que ni siquiera podía derrotar a Arielle, ¿Por qué iba a unirme al ejército para avergonzarme? Debería seguir el consejo de mi familia de estudiar mucho y convertirme en empresario en el futuro.

Tras meditarlo, Jared lanzó un suspiro y dijo: «Por favor, no me preguntes por qué, porque ya lo he decidido. Me voy a quedar en esta clase para estudiar mucho. Luego, ayudaré a hacer crecer el negocio de mi familia en base a su acuerdo».

«Bueno, creo que tu decisión tampoco es mala. Después de todo, ser un soldado es un viaje arduo, y sólo podría verte una vez en algunos años. Pero, ¿Conoces los criterios para quedarte en la clase? ¡Tienes que estar clasificado entre los veinte primeros! ¿Estás seguro de que puedes superar a los ratones de biblioteca de tu clase?».

Sin inmutarse, Jared respondió con determinación: «Como dicen, si nunca lo intentas, nunca lo sabrás».

Sin palabras, Henry decidió acompañar a Jared, a quien se le ordenó quedarse fuera como castigo.

Jared tendrá un contrincante menos si soy el último de la clase.

Así es. No puedo dejar que Donovan se deshaga de mí antes del examen mensual. ¡Tengo que quedarme aquí para ser el último de la clase por Jared!

Por fin sonó el timbre cuando ambos estaban a punto de quedarse sin fuerzas.

Cuando Donovan salió de la clase, se sorprendió al ver a los dos chicos de pie fuera.

Inmediatamente, Jared se dirigió hacia él y le preguntó: «Señor Baxter, hemos estado aquí de pie durante toda la clase. ¿Podemos entrar para asistir a la siguiente clase?».

Como Donovan no podía creer lo que oía, instintivamente miró al sol para comprobar si salía por el oeste.

Tras recobrar el sentido común, Donovan se giró para mirar a Jared y a Henry.

Parecían ansiosos por asistir a las clases.

Donovan respondió: «¡Hagan lo que quieran! Sin embargo, espero que su determinación no sea efímera».

«No lo será». Al ver que Jared respondía con determinación, Donovan no pudo evitar pensar que se había vuelto loco.

No obstante, Donovan no dijo lo que pensaba. En su lugar, se limitó a mirar a Jared con curiosidad durante un rato antes de marcharse.

A pesar de ello, la percepción que Donovan tenía de Jared no le preocupaba. Cuando Jared empujó la puerta para entrar al aula, se topó con Kelsea, que quería salir.

En el momento en que sus miradas se cruzaron, Kelsea se sintió ligeramente culpable y se marchó precipitadamente.

Mientras Jared no creía que algo estuviera mal, Henry tenía una opinión diferente. Por eso, susurró: «¿No crees que la chica te tiene miedo? Su expresión se volvió sombría en cuanto vio tus ojos».

Jared no se lo pensó mucho y contestó: «Bueno, tal vez te parezca feroz».

Henry no pudo evitar mirarse en el espejo. ¿Feroz? ¡Pero si soy más feroz que Jared!

Más tarde, Arielle se puso sobria cuando oyó que retiraban las sillas para sentarse. Sentada, miró a Jared y le preguntó: «¿Se ha despertado?».

Jared asintió y preguntó en voz baja: «¿Has encontrado alguna información?».

Arielle estiró la espalda y le dijo que esperara un segundo. Luego, cogió su teléfono del cajón.

Sólo entonces se dio cuenta de que su subordinado le había enviado un mensaje de texto hacía casi diez minutos.

Los labios de Arielle se curvaron en una sonrisa después de leer el mensaje de texto. Luego se volvió hacia Jared y respondió: «La encontré».

«¿Quién es?» se apresuró a preguntar Jared.

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