Sus mil secretos
Capítulo 415

Capítulo 415:

Jared giró la cabeza hacia la voz inconscientemente y se quedó totalmente atónito al ver a Arielle.

¿Por qué está Arielle aquí? ¡No debería estar aquí!

Mientras tanto, el grupo de hombres también se giró instintivamente.

Los clientes que estaban cenando allí antes se habían asustado. Por ello, se preguntaban quién se atrevería a venir de nuevo.

Todos los presentes miraban con la boca abierta a Arielle, que estaba de pie en pijama y con dos zapatos diferentes.

Llevaba el cabello revuelto, pero todos no podían apartar la vista de ella, ya que seguía estando preciosa con su piel clara y sus rasgos perfectos.

El líder de la pandilla fijó su mirada en Arielle intensamente e inconscientemente suavizó su tono mientras murmuraba: «Oye, señorita, este no es un lugar por el que debas pasearte».

«¡Cállate!», respondió ella con suavidad. «¡Váyanse ahora, o los haré salir yo misma!».

Al escuchar su tono frío y arrogante, todos ellos no pudieron evitar sentirse ligeramente intimidados por la voz de Arielle.

El líder se quedó atónito ante su audaz respuesta. Se burló: «Es bueno defender la injusticia. Sin embargo, deberías evaluar la situación antes de decidirte a ser una heroína. Cualquiera de nosotros puede romperte los huesos fácilmente. Voy a contar hasta tres. Si eres demasiado testaruda para irte, no me culpes por lo que pase después». Mientras hablaba, su mirada recorrió su figura lujuriosamente.

Su mirada lujuriosa hizo que Arielle frunciera el ceño con desagrado. Cuando estaba a punto de lanzarse a hacer un movimiento, Jared intervino: «¡Arielle, vete ahora! Tú no deberías estar aquí».

Arielle posó su mirada en Jared, sólo para ver a Henry detrás de él. De inmediato, su rostro se ensombreció y se llenó de rabia.

Luego apartó la vista y miró con severidad a aquel grupo de hombres que tenía delante.

Todos ellos estaban armados con varas de metal o incluso machetes.

Antes de esto, Arielle había participado en una pelea mayor en el extranjero cuando intentó rescatar a Harvey.

Por lo tanto, luchar contra estos hombres era pan comido para ella.

Al oír lo que dijo Jared, los hombres armados se dieron cuenta de que Arielle no intentaba ser una heroína. En cambio, estaba allí por Jared. Inmediatamente, todos ellos estallaron en carcajadas.

«¡Jajajaja! ¿Están hablando en serio? ¿Qué tan vergonzoso es recibir ayuda de una chica? Le daré una oportunidad más para que se pierda. Si no, le haremos algo malo».

Uno de los lacayos del líder se acercó a él y le susurró: «Si no he oído mal, esa chica se llama Arielle. ¿No es ella también uno de nuestros objetivos?»

El líder se quedó sorprendido y miró incrédulo a Arielle. «¿Tú eres Arielle Moore?»

Los ojos de Arielle estaban llenos de asco mientras respondía: «No mereces decir mi nombre».

El líder sonrió ligeramente. «Qué casualidad que todos se reúnan aquí.

Ya que no quieren irse, no me queda más remedio que hacer las cosas a mi manera».

Se dirigió a sus hombres y ordenó: «¡Vayan por ella y desfiguren su hermoso rostro!».

«Qué pena hacer eso…», murmuró para sí mismo con pesar.

Si no fuera por la enorme cantidad de dinero, no se le ocurriría ir a por una chica tan hermosa como Arielle.

A la orden del líder, dos hombres se dirigieron en dirección a Arielle.

Al ver eso, Jared quiso abalanzarse sobre ella, pero uno de los hombres le golpeó al instante en el estómago con su vara metálica.

Con un gruñido, Jared tosió una bocanada de sangre. Antes de que Jared pudiera recobrar el sentido, los hombres le agarraron por la fuerza sus extremidades.

«¡Suéltenme! No es mi amiga. Sólo es mi compañera de clase. Hagan lo que quieran conmigo, pero no le hagan daño, por favor».

El líder se rió suavemente. «Lo siento, no puedo hacer eso. Mi cliente os quiere a los tres».

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