Sus mil secretos
Capítulo 288

Capítulo 288:

Arielle se hizo la tonta y fingió preguntar confundida: «¿Qué pasó con la Tía Cindy, papá?».

«No pudo aceptar el hecho de que Shandie está muerta y ha estado causando un alboroto, así que hice que alguien la encerrara en su habitación. No querría asustar a los invitados que han venido a llorar», respondió Henrick con un suspiro.

Arielle asintió. «La Tía Cindy quiere mucho a Shandie y la trata como a su propia hija, a pesar de ser adoptada. Es natural que no se tome muy bien su repentina muerte».

Henrick se aclaró la garganta torpemente al escuchar eso. «Ejem… no hay necesidad de preocuparse por esto. Ella lo aceptará con el tiempo».

«Pero… no podemos dejar que la Tía Cindy se quede así deprimida. El dolor prolongado puede ser muy malo para su cuerpo. ¿Qué tal si hacemos que el Doctor Jankowitsch le eche un vistazo?»

Henrick arqueó una ceja y dijo: «Es una buena idea. ¿Estará dispuesto a venir hasta aquí?».

Vinson se apresuró a tranquilizarlo: «No te preocupes, papá. Llamaré ahora mismo al Doctor Jankowitsch para que venga».

«¡Muy bien, entonces! ¡Muchas gracias, Vinson!»

«No hace falta que me lo agradezcas. Somos familia, después de todo». Dijo Vinson mientras sacaba su teléfono y llamaba a Klaus.

Para asegurarse de que todo saliera bien para Arielle, ya le había contado a Klaus su plan cuando vino esa mañana

Klaus le dijo que no estaba de guardia esa noche y que podría hacerles una visita de inmediato.

Vinson colgó entonces el teléfono y le dijo a Henrick: «Estará aquí en media hora”.

«Menos mal que el Doctor Jankowitsch puede venir. Con sus habilidades médicas, ¡Estoy seguro de que Cindy volverá a la normalidad muy pronto!» exclamó Henrick mientras daba un enorme suspiro de alivio. completamente ajeno al repentino brillo en los ojos de Arielle mientras pensaba en una idea que destruiría tanto a Cindy como a Matthias de una sola vez.

Naturalmente, Vinson notó esa mirada en sus ojos y le susurró cuando Henrick estaba en el patio trasero: «Vamos, sácalo. Oigamos esa brillante idea tuya».

Arielle hizo un puchero. «¿Qué… eres capaz de leer la mente o algo así?».

Vinson simplemente se encogió de hombros en respuesta y esperó a que ella continuara.

Arielle le dirigió entonces una sonrisa y decidió mantenerlo en suspenso como antes. «¡Parece que voy a tener que montar otro espectáculo! ¡Todo lo que tienes que hacer es sentarte y ver cómo se desarrolla todo!»

A Vinson no le molestó y siguió esperando con una mirada de expectación en su rostro.

Klaus llegó poco después y se emocionó al ver a Arielle, pero hizo todo lo posible por contener su excitación, como le había dicho Vinson de antemano.

Entonces se puso en su actitud habitual y le preguntó a Vinson: «¿Dónde está la paciente, Señor Nightshire?».

«Está arriba». Vinson se volvió entonces hacia Arielle tras una breve pausa y dijo: «Iré a buscar a Henrick, mientras tanto puedes tener una pequeña charla con el Doctor Jankowitsch».

«De acuerdo». Arielle asintió y condujo a Klaus escaleras arriba antes de entregarle disimuladamente algo cuando nadie estaba mirando.

«¿Qué es esto?» preguntó Klaus confundido.

Arielle se inclinó hacia él para susurrarle algo al oído, y los ojos de Klaus se iluminaron con sorpresa. «¿Qué? ¿De dónde has sacado algo así? He oído que se prohibió inmediatamente después de su desarrollo».

«No tienes que preocuparte por eso. Sólo asegúrate de hacer lo que te digo más adelante, ¿De acuerdo?» dijo Arielle con una leve sonrisa.

Klaus asintió profusamente y se palmeó el pecho mientras la tranquilizaba con seguridad: «No te preocupes. Seguro que le daré un buen uso a esto».

«¡Está bien!» Arielle entonces hizo rápidamente un movimiento de silencio hacia él cuando escuchó a Henrick subiendo las escaleras.

Incluso fingió estar preocupada y le suplicó a Klaus: «¡Por favor, tiene que atender a mi tía, Doctor Jankowitsch!».

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