Sus mil secretos
Capítulo 1861

Capítulo 1861:

Jared se sintió un poco incómodo tras conocer la noticia y dejó de ponerse en contacto con Trisha.

Ambos regresaron a Chanaea después de graduarse en la Universidad Maxwell. Para su sorpresa, Trisha solicitó y fue contratada como ayudante de Harvey en el Grupo Júpiter.

A partir de entonces, los dos se cruzaron varias veces en la empresa, pero nunca hablaron de nada fuera del trabajo.

Jared nunca había visto a Trisha con otra ropa que no fuera la de trabajo y no podía explicarse la extraña sensación que sentía en el pecho cuando la veía menos tensa en público.

A su lado, Henry arqueó una ceja y bromeó: «Mira… alguien le está tirando los perros, y es muy guapo. Supongo que Trisha no va a estar soltera mucho más tiempo».

Estaba realmente feliz de que Trisha pudiera encontrar a su verdadero amor. Incluso sin el recordatorio de Henry, Jared notó claramente que el extraño coqueteaba con Trisha. Estaba seguro de que ella rechazaría sus insinuaciones, su autodisciplina no le permitiría entretenerse con el coqueteo de un hombre cualquiera.

Pero se equivocó al instante cuando Trisha se unió al hombre en un reservado cercano. Chocó su copa con la del hombre y bebió un sorbo.

El hombre se sentó frente a ella y dijo algo que provocó una leve sonrisa en los labios de Trisha.

Mientras Jared reflexionaba sobre el significado de su expresión, el misterioso pretendiente de Trisha la invitó galantemente a bailar.

Trisha sólo dudó una fracción de segundo antes de poner la mano en la palma extendida del hombre.

Se dirigieron a la pista de baile y, cuando parecía que sus cuerpos estaban casi pegados, Jared se levantó de repente.

Henry, que había apoyado la mayor parte de su peso en Jared mientras miraba radiante a Trisha, perdió inmediatamente el equilibrio y casi se cae de bruces.

Confundido, Henry preguntó: «Jared, ¿Qué estás…?».

Antes de que pudiera terminar la frase, Jared se acercó a la pista de baile y agarró a Trisha por la muñeca, dispuesto a sacarla de allí.

Trisha se dio cuenta de que se acercaba e instintivamente bajó la mirada. El fantasma de una sonrisa curvó sus labios, aunque controló su expresión cuidadosamente, considerando las circunstancias.

«¡Suéltame!» Su pretendiente la agarró del brazo antes de que Trisha pudiera pronunciar palabra, exigiendo a Jared que la soltara.

Los hombres conocían mejor que nadie las intenciones de sus semejantes, y Jared supo al instante que el desconocido que tenía delante estaba decidido a perseguir a Trisha.

Ni siquiera consideró las ramificaciones de su afirmación al declarar: «Eres tú quien debería soltarla. Es mi mujer».

«¿Tu mujer?» El hombre se giró inmediatamente hacia Trisha y preguntó: «¿Eres su mujer?».

Desde luego, Trisha deseaba poder corroborar la afirmación de Jared, pero estaba claro que él no sentía nada romántico por ella.

Frunció los labios pensativa antes de murmurar: «Él…».

«Cariño, sé que me equivoqué. No debería haberte mentido sobre lo de las horas extra en la empresa. Aun así, no puedes negar el hecho de que soy tu marido, ¿Verdad?». Mientras Jared hablaba, lanzó a Trisha una mirada cariñosa que la dejó muda.

Su actuación fue lo bastante convincente como para ahuyentar al pretendiente de Trisha, que soltó su mano.

Sin embargo, eso no le impidió decirle a Trisha: «Si tu marido ya no te quiere, te estaré esperando. Ni siquiera me importa que seas una divorciada. Aquí tienes mi tarjeta…»

Estaba demasiado encaprichado con su aspecto. Entonces, el hombre sacó una tarjeta del bolsillo y la metió en la mano de Trisha antes de marcharse.

Jared se la quitó inmediatamente. Tirándola al suelo, prácticamente arrastró a Trisha fuera.

De vuelta a la cabina, Henry observó la situación con la boca abierta.

Creía que a ese mocoso de Jared no le gustaba Trisha.

¿Por qué de repente se pone tan ansioso cuando otro hombre se interesa por ella?

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