Sus mil secretos -
Capítulo 1832
Capítulo 1832:
Saber que Arielle sería quien la operaría alegró a Susanne, sobre todo porque sabía lo buena que era su nuera.
Arielle permaneció al lado de Susanne hasta la noche. Durante el día, enseñó a ésta a jugar al póquer con su teléfono, pues temía que la mujer mayor se aburriera. Susanne se lo pasó en grande jugando durante toda la tarde.
«Mira a este tío, Sannie. ¿Es un robot? ¿Cómo puede jugar a las cartas tan al azar? Me pone furiosa…»
«Es posible que un niño que no conoce las reglas esté jugando contigo en este momento».
Justo cuando Vinson llegó a la entrada de la sala, oyó voces que venían del interior.
Con una sonrisa, abrió la puerta y vio a las dos mujeres mirando un teléfono cerca la una de la otra. Era una imagen reconfortante.
«¿Estás aquí, Vinson?». Susanne sintió que le dolía el cuello de tanto mirar el teléfono.
Así que se golpeó suavemente la nuca con la mano mientras levantaba la cabeza.
Entonces lo vio de pie en la entrada con una sonrisa tonta.
«¿Por qué estás ahí de pie con una sonrisa tonta? Entra…» Su sonrisa se congeló.
¿Esto es una sonrisa tonta? Está claro que sonrío porque me siento feliz y contento.
¿Está ciega?
Después de que la divagación en su mente terminara, cerró la puerta y puso las frutas en su mano sobre la mesa al lado de la cama.
«¿Qué fruta quieres comer, mamá?».
Al oírlo, Susanne señaló las fresas y las uvas. «Quiero estas dos. Lávalas más».
Una vez limpias las frutas, Vinson se las sirvió a su madre. Ella cogió inmediatamente el plato de fruta y de vez en cuando le daba una baya a Arielle.
Arielle le sonreía entonces dulcemente.
Cuanto más la miraba, más sentía que algo no iba bien.
Err… ¿No debería ser yo la que diera de comer?
«Mamá, deberías descansar…»
Antes de que pudiera terminar la frase, Susanne le interrumpió.
Ella estaba mirando a Arielle con una mirada gentil mientras pronunciaba suavemente: «Deberías ir a casa con Vinson y descansar, Sannie. Puedes volver mañana».
«Pero Vinson no está aquí todavía…» Arielle dejó de hablar al notar que él la miraba con cara de resentimiento.
Sus ojos se abrieron de par en par mientras preguntaba: «¿Cuándo ha llegado? ¿Por qué no me he enterado?».
Vinson ya llevaba allí casi media hora.
Incluso se está comiendo la fruta que he comprado y lavado. ¿Aún no sabía que estoy aquí?
Vinson estaba bastante sin habla.
«¿No tienes una cama adicional aquí, mamá? Puedes dejar que Vinson duerma allí. Es mejor que duerma contigo esta noche en vez de ir y venir entre el hospital y nuestra casa, ya que la operación es mañana.»
Después de explicarle su plan a Susanne, Arielle se volvió hacia Vinson. «¿Qué te parece?».
Él asintió con la cabeza. «Claro, lo que tú digas».
Susanne no tenía ganas de rechazar la amabilidad de la pareja, así que siguió adelante.
Después de lavarse, Arielle se tumbó en la cama de Susanne. Inconscientemente, la mujer mayor abrazó a la más joven.
«Así que esto es lo que se siente al ser querido por una madre…». Arielle no pudo evitar murmurar mientras estaba en el abrazo de Susanne.
Sin que ella lo supiera, eso hizo que Susanne se emocionara.
A pesar de que Arielle fue adoptada después de perder a su madre a una edad tan temprana, probablemente todavía se sentía algo distante…
Acariciando suavemente el cabello de Arielle, Susanne juró de corazón que en el futuro trataría aún mejor a su nuera.
Voy a colmarla de todo el amor maternal que Maureen no supo darle…
Vinson, que dormía al otro lado, sintió una sensación de calidez en el corazón al ver lo que hacía su madre.
Esta es la vida feliz que quiero…
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