Sus mil secretos
Capítulo 1802

Capítulo 1802:

Susanne estaba atormentada por la preocupación y no sabía qué hacer.

Mientras tanto, Vinson devolvió el teléfono a Carlos después de colgar y volvió a entrar en la habitación.

Arielle estaba tumbada en la cama con los ojos cerrados, descansando. Sin embargo, como también sentía curiosidad por saber si aquella persona era el hermano biológico de Vinson, abrió los ojos en cuanto éste abrió la puerta y entró.

«¿Lograste preguntarle a tu madre? ¿Qué te ha dicho?», preguntó, fijando su mirada en él.

Vinson asintió mientras se acercaba a la cama y se quitaba el abrigo. Luego se metió bajo las sábanas y abrazó a Arielle.

En voz baja, dijo: «Admitió que tengo un hermanastro mayor…».

Tal como pensaba, mi corazonada era correcta. Esa persona es el hermanastro mayor de Vinsons.

Acurrucada en sus brazos, murmuró: «Que intente hacerte daño repetidamente demuestra lo profundo que es su resentimiento hacia ti. Ahora, incluso ha estado en contacto con Micah. También debe de estar traficando con dr%gas». Vinson entrecerró los ojos, con expresión impasible.

No importa quién sea ese tipo. Sólo por el hecho de que ha intentado matarme varias veces, es imposible que tenga nada que ver con él.

Bajó la cabeza y besó la parte superior de la cabeza de Arielle, luego murmuró en voz baja: «No pienses más en este asunto. Cierra los ojos y descansa». Arielle estaba un poco cansada y se sumió en un profundo sueño entre los brazos de Vinson.

Cuando volvió a despertarse, ya estaban de vuelta en Chanaea. Arielle no pudo evitar sentirse ligeramente abrumada por las emociones mientras contemplaba la habitación familiar.

Por fin he vuelto…

Bajó las escaleras después de lavarse. Al oír pasos, Susanne miró rápidamente hacia las escaleras.

«¡Estás despierta! ¿Tienes hambre? El personal de cocina te ha preparado el desayuno».

Arielle no tenía hambre, pero en cuanto Susanne sacó el tema, la primera sintió al instante una punzada de hambre.

«La verdad es que sí tengo un poco de hambre». En cuanto Arielle dijo eso, Susanne rápidamente dio instrucciones a un ayudante para que trajera la comida.

«Vinson ha ido a la oficina a ocuparse de unos asuntos».

Arielle asintió y preguntó cómo le iba a la empresa.

La expresión de Susanne se tornó inmediatamente sombría ante aquella pregunta, y luego procedió a poner a Arielle al corriente de la situación actual de la empresa.

«No tengo ni idea de lo que ha dicho Oswald, pero ha conseguido adquirir todas las acciones de Dayver. Aunque ya le había dado a Vinson todas las acciones en mi poder, aún tenía un cinco por ciento menos que Oswald…»

«Hace unos días, Oswald celebró una reunión para sustituir al presidente. Cuando ya no podía más, llegó de repente un joven extranjero. Para nuestra sorpresa, poseía el 20% de las acciones. Transfirió esas acciones a Vinson, y así fue como Vinson conservó su puesto de presidente».

Sin saber que Aaron era la persona que había acudido al rescate del Grupo Nightshire, Arielle pensó que se trataba de uno de los amigos de Vinson. De ahí que decidiera en silencio comprar esas acciones con su propio dinero.

No podía permitir que su amigo le ofreciera ayuda sin dar nada a cambio.

Susanne continuó: «Es sólo que varias empresas han retirado sus inversiones, causando así algunas dificultades en las operaciones del Grupo Nightshire. Sin embargo, ahora que Vinson ha vuelto, debe de haber una forma de enderezar la situación».

Tras dejar el tenedor, Arielle le dijo a Susanne: «No te preocupes por los asuntos de la empresa. Si quieren retirar sus inversiones, que así sea. Tengo dinero suficiente para que la empresa siga funcionando. Voy a hacer un viaje a la oficina».

Arielle había decidido utilizar el dinero que le quedaba para ayudar a financiar las operaciones del Grupo Nightshire.

Antes de irse, Susanne le dio a Arielle un teléfono. Ya le había puesto una tarjeta SIM y había guardado en él sus números de teléfono y los de Vinson.

Tras salir de casa, Arielle dio instrucciones al chófer para que la llevara al Grupo Nightshire. Inesperadamente, alguien la detuvo en cuanto salió del coche. Arrugó las cejas mientras miraba a la persona.

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