Sus mil secretos
Capítulo 1775

Capítulo 1775:

Cuando los guardias entraron y vieron el atuendo de Anna, bruscamente ya no sabían dónde mirar. Algunos incluso empezaron a arder con una sola mirada.

Hace tiempo que sé que la Señorita Anna es una belleza, pero nunca pensé que no sólo es despampanante, sino que además tiene una figura estupenda. Si llego a acostarme con ella alguna vez…

Al pensar esto, el guardia se apresuró a cerrar las piernas, temeroso de que alguien se diera cuenta de su incómodo estado.

«¿Por qué estan todos parados? Dénse prisa y haced lo que os he ordenado».

Al oír sus órdenes, los guardias volvieron en sí. Marcharon hacia el baño y rompieron la puerta. Vinson clavó una mirada aguda en los guardias que aparecieron sin previo aviso.

Mientras los guardias estudiaban al hombre que acababa de darse una ducha fría y volvían a pensar en el atuendo de Anna, se dieron cuenta de repente de que Anna quería seducir a Vinson, pero no lo consiguió.

Anna, por su parte, se puso colorada al ver a Vinson tan distante.

Le señaló con el dedo. «¡Llévatelo y que se encargue de todas las tareas sucias y agotadoras de ahora en adelante!».

Después de decir eso, le miró fijamente. Sus ojos se volvieron inexorablemente rojos cuando él siguió haciendo la vista gorda e ignorándola por completo.

Mordiendose el labio, añadió resentida: «S-Sí a-ahora me lo pides. Mientras lo hagas, ¡No te haré mover ni un solo dedo!».

Vinson no respondió a eso. En lugar de eso, se volvió hacia los guardias y les apremió: «¿No van a llevarme al campo de esclavos? ¡Que sea rápido!»

No quería quedarse allí en absoluto, pues era prácticamente imposible mantener la guardia alta en todo momento. Realmente temía que ella lo dr%gara a cada paso, y él no era inmortal para permanecer vivo sin comer ni beber.

Sus palabras hicieron que Anna se fuera por las ramas.

Ya he dado un paso atrás, ¡Y él sigue sin querer ceder!

Rugió a los guardias: «¡Llévenselo! Envíenlo inmediatamente al campo de esclavos. Que haga todas las tareas sucias y agotadoras. ¡Quiero que haga las tareas más sucias y agotadoras!».

Los guardias miraron a Vinson como si fuera idiota.

Sería estupendo estar con la Señorita Anna, tener comida abundante y vivir en una mansión. Encima, tendría a una belleza como ella para hacerle compañía.

¡Qué maravilla! ¡Verdaderamente, es un tonto!

Mientras lo criticaban interiormente, lo sacaron de la mansión.

Anna se quedó en la puerta, temblando de furia mientras veía cómo se llevaban a Vinson.

¿Realmente soy tan poco atractiva para él que prefiere irse y quedarse en el campo de esclavos en lugar de suplicarme y someterse a mí?

Resoplando, giró sobre sus talones y regresó a su habitación.

¡Voy a ver cuánto tiempo puede perseverar!

…

Mientras tanto, Arielle no podía aguantar cuando se iba a la cama por la noche debido a su estado físico. Dormía profundamente a pesar de su mayor vigilancia, ya que ese día acababa de despertar del coma.

Pasaron varios días sin que Sophia hiciera ningún movimiento contra ella.

Clyde acudía a diario a hacerle compañía, escuchando su narración de «Pedro y Wendy». Incluso las comidas que le servía la criada facilitaban su recuperación. En consecuencia, su estado mejoró.

En los últimos dos días, se levantaba de la cama y salía a pasear por el patio todos los días para estirar los músculos.

De hecho, Arielle sentía que volvería a la normalidad dentro de otros dos días. En ese momento, podría hablar con Sophia. En los últimos días, Clyde le había dicho que para salir de la isla era necesario un visado expedido por el general.

Pensó que podría negociar con Sophia su salida de la isla. A cambio, haría todo lo posible por cumplir lo que ésta exigiera.

Pero los mejores planes de ratones y hombres a menudo se tuercen. Antes de poder ejecutar su plan, ya se encontraba en las fauces del peligro.

.

.

.