Sus mil secretos
Capítulo 1762

Capítulo 1762:

«Señora Nightshire, se trata del Señor Vinson y la Señorita Arielle…» El mayordomo recordó la noticia que vio, y no supo cómo darle la noticia a Susanne.

«¿Qué les pasó?» Al oír que se trataba de Vinson y Arielle, Susanne se inquietó de inmediato. «¡Deja de dudar y dilo todo de una vez! ¿Qué les ha pasado?»

«Señora Nightshire, el crucero en el que viajaban el Señor Vinson y la Señorita Arielle ha explotado. De momento, ya han encontrado más de ochenta cadáveres».

En cuanto Geoffrey terminó de hablar, Susanne cerró los ojos y cayó de espaldas.

«¡Señora Nightshire!» El mayordomo extendió rápidamente la mano para sostenerla, dándole ligeras palmadas en la cara para despertarla.

Al cabo de un rato, Susanne volvió a abrir los ojos.

«¿Dijiste que el crucero en el que viajaban había explotado?». Susanne agarró el cuello de Geoffrey con sus manos temblorosas.

En ese momento, su tez se había vuelto pálida.

Geoffrey asintió solemnemente. Tras recibir la confirmación, Susanne volvió a desmayarse y Geoffrey la despertó de nuevo.

«Señora Nightshire, aún no sabemos qué les ha pasado al Señor Vinson y a la Señorita Arielle, así que debe aguantar. Tenemos que conseguir rápidamente hombres que vayan a buscarlos. Si usted se descompone, ¿Quién lo hará?». preguntó Geoffrey.

Susanne estaba totalmente desconsolada, hasta el punto de que le costaba respirar.

¡Mi hijo! ¡Mi único hijo! ¡Por favor, que esté vivo!

Entonces le pidió a Geoffrey que le trajera el teléfono. Susanne desbloqueó la pantalla con sus manos temblorosas y marcó el número de Vinson. Para su consternación, no le pasaban las llamadas. Probó con el número de Arielle, pero tampoco funcionó.

En ese momento, a Susanne se le encogió el corazón.

¿De verdad se habían metido en un lío?

Entonces buscó rápidamente el contacto de Harrison porque quería que le diera el de Harvey para poder preguntarle sobre lo ocurrido.

«Susanne, llamé a Harvey enseguida cuando me enteré de lo que le había pasado a Vinson. Me dijo que, efectivamente, Vinson estaba en ese crucero y que ese crucero había explotado. Ya han enviado gente allí para ayudar en la búsqueda…» pronunció Harrison.

Al oír aquello, Susanne soltó el teléfono y se quedó paralizada en el sitio. El corazón le dio un vuelco y de pronto le costó respirar, como si una enorme roca pesara sobre su corazón.

«¡Señora Nightshire, el Señor Vinson y la Señorita Arielle la necesitan! Tiene que aguantar». instó Geoffrey al ver que el rostro de Susanne palidecía, parecía a punto de desplomarse en cualquier momento.

Al otro lado de la línea, Harrison oyó lo que decía Geoffrey, así que colgó en silencio. Tras colgar el teléfono, envió a sus hombres en busca de Vinson y Arielle.

Susanne supo que tenía que serenarse cuando oyó lo que dijo Geoffrey.

Tengo que salvar a mi hijo y a mi nuera.

Se incorporó y miró a Geoffrey. «Que venga Rayson. Tengo órdenes para él».

Al ver que Susanne se había recompuesto, Geoffrey se apresuró a coger su teléfono del suelo y dárselo antes de sacar el suyo para llamar a Rayson.

Susanne cogió el teléfono de Geoffrey y quiso dar las gracias a Harrison. Cuando vio que la llamada había terminado, no intentó devolverle la llamada. En ese momento, sólo podía pensar en Vinson y Arielle.

Mientras tanto, Rayson se encontraba en la oficina, cuya entrada estaba rodeada por los directivos de la empresa.

Aquella mañana temprano, la noticia del accidente de Vinson había causado un gran revuelo.

Además, había sido ampliamente difundida por los medios de comunicación.

Los directores intentaron llamar a Susanne, pero no consiguieron comunicarse con ella.

Casualmente, todos acabaron acudiendo al despacho de Rayson para buscarle.

Al mismo tiempo, Rayson también intentó llamar a Vinson, pero tampoco pudo comunicarse con él. En consecuencia, estaba cada vez más preocupado.

¿Será verdad? ¿Realmente explotó el crucero?

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