Sus mil secretos
Capítulo 1711

Capítulo 1711:

«Matthew… No voy a renunciar a mi poder. Entre Aaron y yo, vas a tener que elegir a quién ser leal».

Mordiéndose el labio, Nancy se zafó del abrazo de Matthew.

Una mirada desolada apareció en los ojos de Matthew ante el ultimátum de Nancy. Le gustaba Nancy, pero Aaron iba a ser el futuro marido de Nico y su futuro yerno. Elegir cualquiera de los dos bandos le parecería una elección equivocada.

«Nancy…» Matthew la miró. «Tu nieto ya no es joven. ¿Es tan malo recostarse y disfrutar de tus días como Reina Madre?».

Al oír su respuesta, Nancy se dio la vuelta y caminó directamente hacia la ventana. «Vete. A partir de ahora, iremos por caminos separados».

Nancy había citado a Matthew en el estudio porque quería que eligiera entre ella y Aarón. Como había elegido a Aarón, los dos sólo podían ser enemigos a partir de entonces. Sin embargo, ella estaba indudablemente indignada por el resultado.

Para que Matthew se pusiera de su parte, incluso le había confiado su cuerpo. Sin embargo, al final, había elegido a Aaron.

En cualquier caso, Nancy sólo podía culparse a sí misma. Estaba cosechando lo que había sembrado. Si no hubiera insistido en el compromiso de Nico y Aaron para ganarse el favor de Matthew, tal vez Matthew estaría de su lado de todo corazón. Por desgracia, había calculado mal. Sus acciones sólo lo habían empujado más lejos de ella.

«Nancy…»

Hubo un cambio en la expresión de Matthew.

No esperaba que Nancy fuera tan despiadada como para pedirle que se fuera sin dudarlo, tanto físicamente como en su vida. Matthew no podía aceptar semejante desenlace.

Si fuera en el pasado, cuando no habían pasado tanto tiempo juntos, tal vez a Matthew no le importaría. Sin embargo, los dos habían pasado unos días como marido y mujer. Aunque sólo habían sido unos días, a Matthew le preocupaba la idea de que Nancy le echara.

«¿Estás segura de que quieres que me vaya y que cada uno siga su camino?». Dicho esto, Matthew se dio la vuelta para marcharse sin esperar respuesta de Nancy.

Nancy había planeado originalmente hacer sentir culpable a Matthew. Al ver que realmente estaba a punto de irse, se llenó de rabia.

Con unas zancadas enormes, Nancy lo alcanzó y lo abrazó por detrás. «¡Me estás acosando!»

Nancy había cuidado muy bien su figura. Aunque tenía casi sesenta años, parecía una cuarentona. Sus acciones hicieron que el corazón de Matthew se derritiera al instante.

¡Era un tonto por gustarle!

«¿Cómo puedo estar dispuesto a intimidarte? Ni siquiera puedo quererte lo suficiente», declaró Matthew con seriedad mientras la cogía de la mano.

Al ver que Matthew hablaba en serio, Nancy le dijo seriamente: «Matthew, no estoy bromeando. Si eliges a Aaron entre los dos, no tendremos más remedio que separarnos».

En el rostro de Matthew apareció un leve ceño fruncido. No quería perder a ninguno de los dos.

Realmente le gustaba Nancy, pero también quería que su futuro yerno asegurara el trono y su papel como Rey.

Ya que Nancy me pide que elija, supongo que elegiré. Mientras ella sea feliz.

Matthew susurró algo al oído de Nancy.

Inmediatamente, el rostro de Nancy se iluminó y esbozó una enorme sonrisa. Los años habían sido amables con ella. La edad no dejaba muchas de sus marcas en su rostro.

Pronto, en el estudio resonaron sonidos que harían sonrojar a cualquiera. Después, mientras se acurrucaba en sus brazos, Nancy le contó a Matthew lo que Aaron le había hecho.

«Encuentra la manera de atrapar a Gerrard». Aunque confiaba en Matthew, le preocupaba que pudiera ceder y revelarlo todo.

«De acuerdo. Espera mi mensaje».

Tras aceptar, Matthew se levantó y fue al baño a ducharse.

Cuando salió, plantó un beso en la cabeza de Nancy antes de marcharse.

Cuando Nancy fijó su mirada en la silueta menguante de Matthew, sus ojos parpadearon.

«¡Será mejor que no me decepciones, Matthew!».

Si tenía otras intenciones, no importaría quién fuera. Ella no dudaría en matar a cualquiera que se atreviera a interponerse en su camino.

Nancy entonces preguntó por Monisha y le dio una orden con voz profunda.

«¡Monisha, que alguien lo siga!».

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