Sus mil secretos
Capítulo 1680

Capítulo 1680:

Aaron miró a Nancy cabizbajo.

«Abuela, aunque tú tienes el poder de gobernar el país, no olvides que yo soy el verdadero gobernante de este lugar». Luego, mientras miraba fijamente a los sorprendidos ojos de su abuela, pronunció: «No voy a decirles a los hombres que vuelvan».

Con eso, se fue.

Tenía fe en las palabras de Arielle y creía que esas personas estaban escondidas allí. Mientras el tiempo estuviera de su lado, iba a encontrarlos.

«Tú…» Nancy estaba furiosa. Apenas podía balbucear una palabra mientras se agarraba el pecho y se agitaba.

Cuando Monisha notó eso, rápidamente pasó su mano por la espalda de Nancy para calmarla.

Cuando Nancy se recuperó un poco, envió a sus hombres a encerrar a Aaron en el palacio antes de confiscarle el teléfono y el ordenador. A continuación, ordenó a la policía y al ejército que se retiraran sin demora.

En lo profundo de las montañas, Vinson y Arielle seguían caminando por el sendero con la ayuda de la tenue luz de la luna. Justo cuando estaban a punto de adentrarse más en las montañas, vieron que Carlos se acercaba a ellos.

«Su Majestad nos ha ordenado que abandonemos este lugar de inmediato». Arielle frunció las cejas.

¿Por qué nos ordena irnos antes de encontrar al niño?

«Estoy segura de que el niño está en este lugar. Si nos vamos ahora…»

Antes de que Arielle pudiera terminar la frase, Carlos la cortó: «Eso es lo que yo también pienso, pero no podemos ir contra las órdenes de Su Majestad». Luego, una pausa después, añadió: «No sé qué ha pasado en palacio, pero ahora mismo no podemos contactar con Su Majestad».

Arielle nunca esperó que le ocurriera nada a Aaron. Cuando pensó en Dylan, le entró el pánico.

Cuando se volvió para mirar las montañas, gritó: «Retirémonos entonces».

Todos tenían que obedecer la orden de Nancy. Aunque Arielle y Vinson se quedaran, no podrían encontrar al niño.

El lugar era enorme y era de noche, por lo tanto, los tres no tendrían la capacidad de encontrar al niño en absoluto. Así pues, abandonaron lentamente las montañas.

Nancy había estado siguiendo de cerca el caso, así que cuando se enteró de que se habían retirado, dejó escapar un suspiro de alivio.

Después de eso, se apresuró a decirle a Monisha que le dijera al grupo de personas que abandonaran las montañas lo más rápido posible.

Una huida tan afortunada como aquella podría no repetirse. Sin embargo, Torsten no hizo ningún caso a las palabras de Monisha.

«Dile que aquí no ha pasado nada y que estén tranquilos. Sus constantes llamadas están interrumpiendo mi hilo de pensamientos», siseó Torsten, molesto.

El flacucho transmitió con dificultad el mensaje de Torsten a Monisha, y ésta a Nancy, que se enfureció.

Ella sabía que Torsten estaba obsesionado con ese tipo de investigaciones, pero ahora mismo no estaban en circunstancias normales. Ella no podía entender por qué Torsten simplemente no se iría primero.

No podré salvarlos si la policía llega hasta ellos. ¿Cómo puede no darse cuenta de qué acción es más importante?

«¡Tienen que irse!»

El hombre flaco volvió a transmitir el mensaje a Torsten.

Cuando Torsten se enteró de que no tenía elección, la rabia brotó en su pecho. Casi pudo encontrar la respuesta, pero se vio obligado a detenerse en el momento más crucial.

«¡Dile que nos vamos ya!».

Tras finalizar la llamada, Torsten indicó al grupo que se retirara.

Llevaban más de una década viviendo allí, así que conocían todos los caminos del bosque.

Tras recoger sus cosas, Torsten abandonó el lugar con su sujeto de experimentación en brazos.

Para asegurarse de que el niño no llorara y llamara la atención, le taparon la boca. Temiendo que el niño muriera de hambre, se detuvieron a mitad de camino para comprarle leche en polvo.

Torsten observó cómo el niño se tomaba la leche y susurró: «Buen chico, voy a dejarte vivir unos días más».

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Nota de Tac-K: Tengan una bendecida semana lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /

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