Sus mil secretos
Capítulo 1645

Capítulo 1645:

La mujer seguía sintiéndose incómoda incluso después de iniciar un decreto de asesinato sobre Arielle, así que se volvió hacia su secretaria.

«Imprime las fotos de Arielle y pégalas en todas las calles del país. En estos folletos, táchala de espía extranjera, y quien la descubra o proporcione cualquier información sobre ella recibirá quinientos millones como recompensa.»

La secretaria sólo tardó una hora en hacer lo que se le había ordenado, y Arielle aparecía ahora como criminal buscada en todas partes, incluso en Internet.

Sonia había utilizado su teléfono a escondidas y se apresuró a llamar a Arielle tras ver las noticias en internet.

En realidad, Arielle ya se había enterado de la noticia, pero aun así estaba agradecida a Sonia por informarla de inmediato.

Después de unos intercambios y de terminar la llamada, puso una grabación de audio del edicto de Nancy. La frialdad llenó sus ojos al escucharlo.

«La Reina Madre va a por ti, Sannie. ¿Qué tal si vuelves a Chanaea por ahora?». Vinson, que también se había encontrado con la orden generalizada, aconsejó a Arielle que volviera a casa.

Después de todo, ahora estaban en territorio de Nancy.

Arielle comprendía las intenciones de Vinson, pero no se atrevía a abandonar aquel lugar sin conocer la verdadera razón de la muerte de su padre.

Tengo que averiguar cómo murió y hacer pagar al asesino cueste lo que cueste. Esta es la única manera en que puedo traer a papá la justicia que se merece.

«Sabes que no iré, Vinson.»

Vinson era muy consciente de que tampoco podría convencer a Arielle de lo contrario. Sólo estaba probando suerte.

La mirada de la mujer permaneció frígida mientras hojeaba el edicto a través de todas las aplicaciones del teléfono. A continuación, abrió su ordenador portátil, se introdujo en el sistema de Internet del país y tecleó sin parar.

Pronto, una serie de fotos explícitas aparecieron una a una en todas las principales plataformas en línea antes de que un vídeo empezara a emitirse por sí solo.

…

«¡Apágalo! ¡Apágalo ya!» gritó Nancy mientras se reproducía en la gran pantalla un vídeo en el que aparecía con un hombre.

Un subordinado había estado intentando apagar la pantalla desde que notó que algo iba mal, pero fue en vano.

«No… no se puede apagar, Majestad…».

Temblando de rabia, Nancy cogió su silla y la lanzó contra la pantalla. El vídeo dejó de reproducirse en cuanto la pantalla se rompió.

«Será mejor que olviden todo lo que acaban de ver», espetó antes de darse la vuelta para marcharse, claramente sin ganas de continuar con la reunión después de semejante metedura de pata.

Entonces, como si hubiera recordado algo, se detuvo en la puerta y se dio la vuelta.

«Si esto se sabe, están todos muertos. Deberían conocerme lo suficiente como para saber de lo que soy capaz».

Y se marchó enfadada. El resto de las personas que se encontraban en la sala de conferencias se miraron torpemente antes de marcharse también.

Nancy había pensado que sólo los que estaban en la sala de conferencias habían visto el vídeo, hasta que regresó al palacio y Monisha vino corriendo inmediatamente, llorando mientras le informaba de que todas esas fotos estaban ahora en Internet.

Al oír eso, la mujer mayor miró brevemente su teléfono antes de desmayarse exasperada, lo que provocó que Monisha, presa del pánico, llamara al médico.

…

Al mismo tiempo, Arielle finalmente logró ponerse en contacto con Sybil.

«¿Dónde estás ahora? ¿Estás bien?»

El corazón de Sybil se sintió cálido al oír la voz preocupada de la mujer.

«Princesa, Su Majestad está…» Las lágrimas corrieron por sus mejillas cenicientas al verse incapaz de continuar.

Los ojos de Arielle también enrojecieron al pensar en Dylan.

«¿Qué le ha pasado a mi padre? ¿Cómo murió de repente?».

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