Sus mil secretos -
Capítulo 1491
Capítulo 1491:
Cuando Nico vio que Vinson estaba claramente enamorado de Arielle, sintió una repentina presión en el corazón. Había supuesto que sólo le interesaba Vinson. Pero cuando vio cómo miraba a Arielle, un dolor incontrolable se apoderó de su corazón.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que para ella era amor a primera vista. De hecho, ni siquiera se dio cuenta de lo profundamente enamorada que estaba de él.
«Vámonos». Vinson abrió la puerta del coche para dejar entrar a Arielle.
Antes de hacerlo, Arielle se giró para mirar a Nico antes de añadir despreocupadamente: «No es alguien que puedas soñar con tener. Así que será mejor que calmes ese deseo tuyo. De lo contrario, la que saldrá perjudicada al final serás tú». En cuanto terminó, subió al coche sin vacilar.
Posteriormente, lanzó un bufido cómplice a Vinson cuando éste le abrochaba el cinturón de seguridad.
«La ignoré», replicó Vinson a la defensiva.
Esbozando una sonrisa, Arielle le devolvió la pregunta: «¿He dicho algo?». Vinson se quedó sin habla.
Es cierto que no dijo ni una palabra, pero sus acciones y expresiones no podían ser más evidentes.
Curvando los labios con impotencia, le tendió una petaca caliente.
Tras beber unos cuantos bocados, se la devolvió a Vinson. Justo cuando estaba a punto de guardarla, se oyó un repentino golpe en la ventanilla del coche.
Cuando Arielle y Vinson miraron en la dirección del sonido, sólo vieron a Aaron, al que le corría el sudor por la frente.
Al bajar la ventanilla, Arielle lo miró fijamente con los ojos brillantes y preguntó con frialdad: «¿Qué pasa?».
En aquel momento, no sabía cómo enfrentarse al único hermano que tenía.
«He oído que vuelves a Chanaea. ¿Es cierto?» A Aaron le temblaba la voz mientras la miraba con expresión sombría.
Acababa de ir a ver al directory se había enterado por él de que Arielle había entregado su currículum y pensaba regresar a Chanaea en los próximos días. Por ello, se apresuró a preguntarle en persona si era cierto. ¿De verdad va a marcharse?
Tras mirarle fijamente durante un rato, Arielle respondió: «Sí, es verdad».
Sin embargo, no le dijo que sólo iba a volver por un tiempo para ocuparse de unos asuntos en casa y que volvería de todos modos.
Al oír su firme respuesta, Aaron sintió un dolor irreprimible en el corazón.
«Muy bien, pues. Te deseo un buen viaje de vuelta a casa». Tras despedirse, se volvió para marcharse. Sin embargo, su mirada baja ocultaba la ardiente rabia de sus ojos.
Cuando Vinson se dio cuenta de lo tranquilo que estaba Aaron, frunció el ceño, pues no esperaba que reaccionara de un modo tan reservado.
Manteniendo ese pensamiento, miró en dirección a Arielle. Cuando se dio cuenta de la intensidad con que ella miraba la silueta de Aaron, se tragó sus palabras.
Dado el tiempo que llevaba conociendo a Aaron, Vinson estaba seguro de que ella comprendía a éste mucho mejor que él.
Mientras tanto, a Nico le brillaron los ojos al ver lo que se había desplegado ante ella.
Al darse cuenta de que a Aaron le gustaba Arielle, dejo escapar un suspiro de alivio. Con semejante panorama, supuso que sus padres ya no la obligarían a casarse con él. Y lo que era más importante, podría colaborar con Aaron para lograr sus objetivos.
Con ese pensamiento en mente, miró en dirección a Vinson sólo para ver cómo seguía mirándola con frialdad. Mientras él se alejaba con expresión indiferente, ella los observó alejarse hasta que se perdieron de vista antes de retirar la mirada.
«¡Estás destinado a ser mío! Nunca te dejaré marchar». Mientras hablaba, regresó a su coche y llamó a su madre para pedirle el número de Aaron.
Pensando que Nico había visto la luz y había decidido salir con Aaron, su madre le envió el número de Aaron emocionada.
Cuando recibió el número de Aaron, Nico le llamó enarcando una ceja.
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