Sus mil secretos -
Capítulo 1488
Capítulo 1488:
Lana se inclinó hacia el oído de Xavier y le susurró coquetamente. «¿Te gusta?»
Era una mujer intrínsecamente atrevida. Dado que había planeado pasar el resto de su vida con el hombre que tenía encima, estaba dispuesta a mostrarle todas sus facetas.
«¡Me encanta! De hecho, ¡Me encanta!» respondió Xavier antes de abrazarla y darle un beso apasionado.
En ese momento, la pasión llenó el aire. Después de arrojar sus ropas de la cama al suelo una a una, se sucedieron los gem!dos amorosos.
Dos días después, Arielle ultimó los preparativos de sus clases mientras se preparaba para regresar a Chanaea en los próximos días.
Tras comunicárselo a Sybil, informó a Dylan de lo mismo. Aunque éste se mostró reacio a ver partir a su hija, le proporcionó un visado para su partida.
Esta vez, los Wilhelm y Pat volverían juntos. Sin saber lo que les deparaba el futuro, Arielle decidió enviarlos de vuelta, para que nunca regresaran a Turlen.
En cuanto a Arielle, sólo regresaría y se reuniría con ellos cuando ayudara a su padre a tomar el poder.
Debido a que tomaron una ruta de regreso diferente, los Wilhelm partirían unos días antes que Arielle.
En el aeropuerto, los Wilhelm miraron a su hija con preocupación, pues se resistían a dejarla atrás.
«San…»
Antes de que Andrea pudiera decir nada, Arielle la abrazó y le susurró suavemente al oído: «Mamá, no te preocupes por mí. Vinson está aquí, y también mi padre biológico. Ambos me protegerán».
Era muy consciente de la preocupación de Andrea por ella.
Al darse cuenta de que Arielle era consciente de sus preocupaciones, Andrea le dio una palmada en el hombro.
«Cuídate».
Mientras tanto, Hubert miró a Vinson y comentó con pesar: «Te cedo a San. Dada la compleja situación, nuestra presencia sólo será una carga para ella. Debes protegerla, ¿Me oyes?». Vinson asintió.
«No te preocupes. La protegeré con mi vida». Hubert palmeó a Vinson en el hombro.
Justo cuando estaban a punto de subir al avión, Pat se soltó de las manos de los Wilhelm y corrió hacia Arielle para darle un abrazo.
«San, te echaré de menos. Vuelve en cuanto puedas».
«Lo sé. Sin duda lo haré. Recuerda hacer caso a mamá y a papá, y no te metas en problemas, ¿Vale?». le recordó Arielle con una sonrisa mientras le pellizcaba las mejillas.
Pat asintió con convicción. «Me portaré bien».
Después se miró hacia Vinson y le dio instrucciones como si fuera un adulto: «Vinson, cuida bien de San. No quiero verla herida».
Cuando se enteró de la lesión en el brazo de Arielle, la abrazó con el corazón dolorido y le dijo que practicaría artes marciales para protegerla en el futuro. Arielle se sintió más que conmovida por sus palabras.
«Sin duda la protegeré. Además, no olvides nuestra promesa».
«No lo haré. Tú tampoco puedes olvidarlo». Justo cuando Pat hablaba, Hubert se lo llevó, pues ya se estaba realizando la última llamada de embarque.
Tras ver despegar el avión, Vinson y Arielle abandonaron el aeropuerto.
«¿Qué clase de promesa hiciste con Pat? ¿Por qué no lo sé?». Arielle sentía curiosidad, pero Vinson la mantuvo en suspenso.
«Adivínalo».
Sin embargo, Arielle resopló exasperada. Ya que no quieres decírmelo, yo tampoco quiero saberlo.
Desde el banquete, Nico se había enamorado perdidamente de Vinson. De ahí que enviara a sus hombres a averiguar quiénes eran Vinson y Arielle, para que por fin conociera su identidad.
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