Sus mil secretos
Capítulo 1476

Capítulo 1476:

«¡Deja de tontear!» Harvey presionó la cabeza de Sonia contra su pecho mientras hablaba con su voz de barítono.

Por desgracia, ella no entendía lo que decía.

«¿Estás despierto? Si lo estás, suéltame. Me voy a casa». Luchó por levantarse, pero él la abrazó aún más fuerte. Asustada, se quedó paralizada y ya no tuvo valor para moverse.

Tras notar que él dejaba de moverse, dejó escapar un largo suspiro.

«Oye, necesito irme a casa. ¿Puedes dejarme ir ya?» Ella presionó los labios y se quejó en voz baja: «Si hubiera sabido que ibas a comportarte así, te habría abandonado y te habría dejado dormir a un lado de la carretera».

«¡Qué ruidosa eres!» Cuando Harvey la oyó regañarle, se dio la vuelta, bajó la cabeza y cerró la boca de Sonia con la suya.

Aquel fue el primer beso de Sonia.

Ella abrió los ojos, conmocionada, y luchó frenéticamente por levantarse.

Harvey iba a callarla para que no hablara más, pero su incesante lucha por irse había provocado un cambio en su cuerpo. Si esto hubiera ocurrido en el pasado, habría sido capaz de controlarse. Pero aquel día ya no quería hacerlo.

Sujetándole las manos con las suyas, continuó apretando los labios contra los suyos y chupándolos.

«Mm…» Sonia casi se queda sin aliento debido a su beso. Justo cuando creía que iba a asfixiarse, él la soltó.

«P-Para…», exclamó enfadada.

Sin embargo, su voz sonó suave y seductora en sus oídos tras el beso, así que volvió a hacerlo.

La racionalidad de Sonia se disolvía mientras él seguía besándola. Ya que no puedo resistirme a él, ¿Por qué no me dejo llevar y…? Sólo va a ser una noche, y de todas formas ninguno de los dos nos conocemos.

En ese momento, ya no tuvo deseos de apartar al hombre que tenía encima. Desde niña había hecho todo lo que su madre le pedía. Como ni siquiera podía dictar con quién quería casarse, pensó que por una vez podría hacer lo que le viniera en gana. Al menos, el hombre que tenía delante no le daba asco.

Con ese pensamiento en mente, tomó la iniciativa de rodearle el cuello con el brazo y le devolvió el beso con bastante torpeza.

Sus movimientos inexpertos hacían que a él le resultara aún más difícil resistirse a la tentación. Le desabrochó lentamente la ropa y metió su cálida mano dentro.

Al día siguiente, Harvey se frotó la dolorida cabeza. Cuando abrió los ojos y vio la habitación desconocida, se dio cuenta de que no recordaba nada de lo ocurrido ayer. Anoche estuve bebiendo en el bar, ¿Verdad? ¿Qué pasó después?

Se frotó las cejas cuando de repente recordó algo y abrió mucho los ojos. Al apartar rápidamente la manta y ver una mancha de color rojo oscuro en la cama, sintió que la cabeza empezaba a palpitar ¿Por qué tuve relaciones se%uales después de beber? ¡Incluso le quité la v!rginidad a una mujer que no conocía!

Mientras miraba la habitación vacía, se dio cuenta de que la mujer se había marchado antes de que él se despertara. Fijó la mirada en la mancha roja de la cama y juró encontrarla para poder asumir la responsabilidad.

Con ese pensamiento en mente, entró en el cuarto de baño y se aseó. Tras ponerse la ropa de anoche, quitó la sábana, la dobló y la metió en una bolsa.

Justo cuando se disponía a salir, vio de repente un collar tirado en el suelo. Lo cogió y lo miró más de cerca. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había una foto en el collar. Mientras la miraba, sonrió y recordó la seductora voz que había oído la noche anterior.

Mientras el encuentro de anoche se repetía en su mente, su cuerpo empezó a calentarse de nuevo. Después de respirar hondo un par de veces para calmarse, se guardó el collar en el bolsillo, abrió la puerta y salió. Llegó a la recepción y pagó la sábana antes de marcharse.

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