Sus mil secretos
Capítulo 1471

Capítulo 1471:

La reacción de Dylan dejó a Arielle perpleja.

Sybil, que acababa de salir de la cocina, oyó su conversación y dijo: «Princesa, ¿Podrías esperar hasta después de la fiesta de cumpleaños de Su Majestad para volver a Chanaea?».

Arielle no tenía ni idea de la celebración del cumpleaños de su padre y se sorprendió al enterarse.

Miró a Sybil e inmediatamente dijo: «Por supuesto. ¿Cuándo lo celebra? ¿Por qué no me avisaste antes? No puedo creer que casi me lo pierda».

En realidad, Dylan quería contárselo a Arielle, pero ella le informó de su intención de volver a Chanaea antes de que pudiera sacar el tema. No le pareció apropiado hablar de ello, ya que no había celebrado antes el cumpleaños de Arielle junto a ella. Por lo tanto, no se lo mencionó a Arielle.

No esperaba que Sybil sacara el tema y estaba nervioso por ver cómo respondería Arielle. Sin embargo, su ansiedad sólo duró una fracción de segundo, pues Arielle accedió encantada a quedarse y celebrar su cumpleaños con él.

Sus labios se curvaron en una sonrisa mientras sentía que una cálida sensación recorría su corazón.

«El cumpleaños de Su Majestad es el próximo jueves», dijo Sybil y sonrió a Arielle. «Pensaba decírtelo él mismo, pero Su Majestad no esperaba que le dijeras antes que querías volver a Chanaea…». Sybil se interrumpió, pero Arielle había captado lo esencial.

Supuso que su padre debía de sentirse incómodo al sacar el tema.

Oh, mi tonto padre, ¿Qué voy a hacer con él?

«Papá, por favor, no vuelvas a hacer esto». Arielle entrecerró los ojos y fijó la mirada en Dylan mientras se explicaba: «Puedes contarme cualquier cosa. Dicho esto, no puedo prometerte que te siga la corriente siempre. Mi decisión tendrá que depender entonces de la situación». Dylan asintió con la cabeza.

«De acuerdo, te lo contaré todo la próxima vez», dijo con una sonrisa inmensa.

En aquel momento, se consideró el hombre más afortunado por haberse enamorado de Maureen y tener junto a ella a una princesita tan considerada como Arielle. Se sintió especialmente agradecido de que Maureen estuviera dispuesta a conservar el fruto de su amor incluso cuando entonces no podía tener noticias suyas.

Satisfecha con la respuesta de Dylan, Arielle sonrió.

Los ojos de Sybil se arrugaron en una sonrisa cuando dijo: «La cena está lista. Lávate y podremos empezar».

La ayuda sirvió los platos después. Dylan indicó a Arielle que se lavara, pues temía que tuviera hambre.

Dylan siguió sirviendo a Arielle durante toda la comida en lugar de Vinson.

Arielle miró su plato, que estaba lleno hasta los topes, y se volvió para mirar el de Vinson. Se lo pensó un momento y le dio a su marido un poco de la comida de su plato. «Come», dijo.

Los labios de Vinson se curvaron en una sonrisa. Aunque a veces se muestre fría y distante, es una mujer muy considerada.

Estaba muy contento, pero Dylan parecía bastante abatido. Después de todo, estaba pensando que ella era su princesita más considerada, sólo para presenciar cómo mostraba su favor y preocupación por Vinson.

Justo cuando estaba picoteando la comida de su plato y estaba a punto de dejar los cubiertos, Dylan se dio cuenta de que había aparecido un trozo de carne de más en su plato. Levantó la cabeza sorprendido y se dio cuenta de que Arielle estaba poniendo más comida en su plato. La acción de su hija le llenó de alegría casi de inmediato.

«Date prisa y come, Arielle. No sabrá tan bien cuando esté fría. Puedo conseguir la comida yo solo” dijo Dylan. Sin embargo, estaba más claro que el agua que estaba de mucho mejor humor que antes.

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