Sus mil secretos
Capítulo 1454

Capítulo 1454:

Arielle seguía con el ceño fruncido en el salón, pero cuando Vinson le acercó el cuenco de pasta, su rostro se iluminó de inmediato. Dejando la pasta sobre la mesa, preguntó: «¿Qué ha pasado?».

«Sam me ha enviado un mensaje para preguntarme cuándo volveré para terminar mis partes. Me dijo que aún quedaba medio mes para terminar la película. Le dije que le daría una respuesta dentro de una semana», contestó Arielle.

Entonces, se inclinó para oler la pasta. Al instante, el aroma de la carbonara de tomate le abrió el apetito. Vinson la observó con adoración mientras cogía los cubiertos y empezaba a disfrutar de la sabrosa comida.

Al ver que Vinson miraba cariñosamente a Arielle, la criada abrió los ojos, sorprendida. De repente, sintió una mirada helada sobre ella.

Temblando, se escabulló apresuradamente del salón.

Después de la comida, Arielle salió a dar un paseo con Vinson detrás. Llevaban mucho tiempo juntos, pero era la primera vez que pasaban unos días tan tranquilos.

Durante todo el paseo, la dulce mirada de Vinson estuvo fija en su esposa, que estaba frente a él.

Cinco días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Vinson y Pat aprendieron turlenés de Arielle. Como Vinson aprendía rápido, dominó rápidamente la lengua en cinco días y pudo conversar en turlenés con Arielle. Por otro lado, Pat envidiaba mucho a Vinson porque aún le costaba aprenderlo.

«Eres demasiado bueno, hermano». Pat miró a Vinson con admiración.

Vinson le tocó suavemente la cabeza y sonrió. «Serás como yo cuando seas mayor. Quién sabe, puede que incluso seas mejor que yo».

Pat abrió los ojos con incredulidad. «¿De verdad lo crees?»

Vinson asintió. «Yo nunca miento, Pat».

Las palabras de Vinson dejaron a Pat de un humor excitado mientras se maravillaba ante la posibilidad de ser tan bueno como Vinson o incluso superarle.

Arielle sacudió la cabeza mientras los observaba a los dos. Los chicos parecían poder hacerse amigos fácilmente. Hace dos días, Pat aún se dirigía a Vinson como «Vin», y ahora le llamaba «hermano».

«¿Puedes hacerle compañía? Voy a echarme una siesta», dijo Arielle. Anoche no durmió lo suficiente por culpa de Vinson, y como Pat no tenía que ir al colegio ese día, la despertó temprano por la mañana para hablar con ella. Aunque apenas era mediodía, ya estaba demasiado cansada para mantener los ojos abiertos.

Al ver que Arielle estaba realmente cansada, Vinson asintió. «Ve a descansar. Yo le mantendré acompañado».

Arielle volvió a su dormitorio y se quedó profundamente dormida en cuanto se tumbó en la cama. Cuando se despertó, habían pasado dos horas.

«San, ¿Quieres fruta?» gritó Pat desde el piso de abajo cuando oyó que Arielle abría la puerta.

«Sí, guárdame algunas», respondió Arielle mientras bajaba las escaleras.

Tras sentarse entre Pat y Vinson, Pat cogió inmediatamente una rodaja de manzana con el tenedor y se la dio. No dispuesto a dejarse superar por Pat, Vinson cogió también una fresa y se la dio a Arielle. Después de que ella diera un mordisco a la fresa, Vinson se terminó el resto.

Sybil, que estaba allí para enviar frutas a Arielle por orden de Dylan, vio por casualidad al guardaespaldas y a la princesa juntos en la intimidad. Sintiéndose incómodo, no sabía si saludar a Arielle o marcharse cuando la mujer se dio cuenta de que estaba en la puerta.

«¡Estás aquí!» Arielle se levantó y se dirigió a la puerta para dar la bienvenida a Sybil.

«Aquí tienes algunas frutas recién importadas. A Su Majestad le gustaría que las probaras», dijo Sybil mientras le entregaba la cesta de frutas a Arielle.

Mientras Arielle aceptaba la cesta de frutas, pensó en lo bien que la había tratado Dylan. En los últimos días, le había enviado un montón de manjares y objetos raros.

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