Sus mil secretos
Capítulo 1447

Capítulo 1447:

Arielle contempló largamente la figura de Aaron que se marchaba antes de retirar la mirada. Luego siguió a Sybil para reunirse con Dylan. Sus acciones no pasaron desapercibidas para Vinson. Miró al lejano Aaron con una expresión inexplicable en los ojos.

Pronto llegaron los tres al palacio de Dylan. En aquel momento, el Rey esperaba en su estudio. En lugar de informar a Dylan de su visitante sorpresa, Sybil les condujo directamente a la puerta del estudio.

Llamó dos veces a la puerta.

Dylan estaba mirando una fotografía suya con Maureen cuando alguien llamó a la puerta del estudio. Metió apresuradamente la foto en un libro que tenía sobre la mesa y preguntó: «¿Quién es?».

«Majestad, me acompaña la Señorita Moore».

Las palabras de Sybil apenas habían salido de su boca cuando oyeron un fuerte ruido procedente del interior del estudio. Unos segundos después, la puerta se abrió desde dentro.

Los ojos de Dylan se clavaron en Arielle en cuanto abrió la puerta. Tras evaluarla detenidamente, dejo escapar un suspiro de alivio y murmuró: «Es estupendo que no estés herida».

Arielle había notado que el Rey estaba inusualmente preocupado por su bienestar, y empezó a pensar que la hipótesis de Vinson era correcta.

Antes de que pudiera pronunciar palabra, Dylan la invitó a pasar a su estudio.

El estudio era un espacio de intimidad. Como tal, el Rey no recibía invitados en la sala. Cualquiera a quien se permitiera entrar en la sala gozaba de la estima y la confianza del Rey.

Arielle entró en el estudio sin dudarlo lo más mínimo. Vinson estaba a punto de entrar con ella cuando Sybil lo detuvo y señaló hacia abajo. Vinson captó inmediatamente su significado y la siguió.

Una sonrisa atravesó la expresión severa de Dylan cuando vio a Arielle entrar en su estudio.

Señaló el sofá que había junto a su escritorio e indicó a Arielle que se sentara. «Siéntate».

Arielle asintió y tomó asiento en el sofá.

«¿Quieres tomar algo?» Estaba un poco nervioso ahora que estaba a solas con Arielle.

Estaba a punto de rechazar su oferta cuando recordó los motivos de su visita. Cambió de opinión y le sonrió antes de pedirle: «Una taza de café, por favor».

Dylan estaba a punto de llamar a Sybil y ordenar a su subordinado que preparara la bebida. Sin embargo, en cuanto su mano tocó el teléfono, pensó en hacer otra cosa.

Sonrió a Arielle y le dijo: «Espera aquí un rato. Te la prepararé».

Luego, salió de la habitación antes de que Arielle pudiera decir una palabra.

Estuvo sonriendo todo el tiempo. Mi princesa puede disfrutar de una taza de café que he preparado para ella.

Mientras tanto, una estupefacta Arielle contemplaba los alegres andares de Dylan, que salía del estudio radiante. Pensaba que el Rey relegaría a sus criados una tarea tan servil como preparar una taza de café, y le sorprendió que se hubiera ofrecido a hacerlo él mismo.

¿De verdad era él? ¿Podría serlo?

Sus sospechas impulsaron a Arielle a levantarse y escudriñar el estudio. Quería encontrar alguna pista sobre su identidad, pero tras inspeccionar la habitación, se encontró con las manos vacías.

¿Están equivocadas mis suposiciones?

Se estaba cuestionando sus suposiciones cuando volvió Dylan. Parecía sorprendido de verla merodeando alrededor de su escritorio. Arielle reaccionó como si la hubieran atrapado con las manos en la masa y señaló un libro que había sobre la mesa, preguntando: «¿Me prestas este libro?».

Naturalmente, a Dylan le encantó que Arielle quisiera pedirle prestado un libro. Aceptó encantado, pero se arrepintió inmediatamente cuando Arielle cogió el libro. Antes, con las prisas, había metido la foto de él y Maureen en ese mismo libro.

¿Cómo podría salir de ésta si Arielle descubría la fotografía? ¿Podría ocultar la verdad?

Después de todo, ya me disfracé entonces. Incluso si la ve, estoy seguro de que sólo se preguntará por qué tengo la fotografía de Maureen.

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