Sus mil secretos -
Capítulo 1441
Capítulo 1441:
Sin dejarse intimidar por su voz autoritaria, ya que ella le superaba en poder y era una de las favoritas de la Reina, Miranda se limitó a mirar a Sybil con desprecio por lo bajo.
«¿Y qué si es una distinguida invitada por el Rey?», preguntó con arrogante provocación. «El guardaespaldas a su servicio dio una paliza al Príncipe. Sabes tan bien como yo que es delito agredir a un miembro de la familia real».
Sólo entonces descubrió Sybil el verdadero motivo de la convocatoria de Arielle.
«Sea como fuere, la Señorita Moore es chanaeana y una invitada de honor del Rey. Las leyes y reglamentos turlenenses no tienen jurisdicción sobre ella».
En efecto, es un delito que un plebeyo le ponga un dedo encima al Príncipe. Sin embargo, la Señorita Moore es la princesa mayor de Turlen. ¿No es normal que una hermana mayor pegue a su hermano menor?
No obstante, Sybil no se atrevió a expresar sus pensamientos en voz alta, pues aún no había llegado el momento de exponer la verdadera identidad de Arielle.
Miranda enarcó una ceja. «Aunque no se la puede castigar, su guardaespaldas es un ciudadano nuestro que casualmente cae bajo nuestra jurisdicción. Sólo pretendíamos llevárnoslo con nosotros, pero la Señorita Moore insistió en que viniera. Eso me pone en un aprieto, ¿No?».
«Yo fui quien ordenó al guardaespaldas que atacara, Sybil», corroboró Arielle, consciente de que debía de haber sido enviado por Dylan. «Si la Reina va a castigarle por seguir órdenes, es justo que también me responsabilice a mí».
«No se preocupe, Señorita Moore», dijo crípticamente Sybil antes de marcharse. «Las cosas saldrán bien».
Arielle se quedó mirando dubitativa la silueta de Sybil que se alejaba mientras recordaba el análisis que Vinson había hecho de él hacía varios días. Parece que tengo que averiguar por qué le importo tanto al Rey.
Los ojos de Miranda se entrecerraron al estudiar el intercambio entre Sybil y Arielle.
¿Qué ve el Rey en esta doctora chanaeana? ¿Qué hechicería podría poseer para que los dos hombres de la familia real estuvieran tan encaprichados de ella?
Sybil informó a Dylan de su encuentro con Arielle en cuanto regresó al estudio de ésta.
Dylan se sintió aliviado al saber que era otro asunto el que había invocado la llamada de la Reina y no la revelación de la identidad de Arielle.
Aunque lo que más deseaba era reconciliarse con su hija, en aquel momento no se encontraba en una posición óptima para hacerlo. Si la Reina Madre y la Reina descubren la identidad de Arielle,
¿Quién sabe lo que le harán? No debo correr este riesgo y poner a Arielle en peligro.
«Majestad, el príncipe y la princesa parecen estar en excelentes términos», dijo Sybil tras una breve pausa. «Si me lo permiten, podría llamar al Príncipe y pedirle que hable con su madre».
Dylan frunció el ceño mientras consideraba el asunto antes de acabar aceptando. En esta coyuntura, era el único método viable que quedaba para resolver el asunto pacíficamente.
Sin embargo, le carcomía la injusticia que supondría para su hijo hacerlo. Aunque el muchacho no había nacido según sus expectativas, Aaron era, no obstante, su hijo. Sería impropio de él exigir que la persona que agredió a su hijo fuera rescatada y perdonada.
En última instancia, optó por ponerse del lado de su hija, pues se sentía culpable por haber estado ausente de su vida durante más de veinte años. Aunque no le dio demasiado amor paterno, cumplió con todas las responsabilidades paternas que se esperaban de él. Se sentía fatal por no haber defendido a su hija, que había crecido sin una figura paterna de la que depender.
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