Sus mil secretos
Capítulo 1421

Capítulo 1421:

Arielle empujó la puerta y salió de la enfermería. En aquel momento, la universidad estaba tranquila porque la mayoría de los alumnos ya dormían. Tras comprobar lo que la rodeaba, subió corriendo las escaleras con Vinson siguiéndola de cerca. Arielle abrió rápidamente la puerta de su despacho y entró con Vinson.

«Yo-» Antes de que Arielle pudiera terminar la frase, Vinson se acercó a ella y la besó con prepotencia. Arielle acabó cediendo y le siguió la corriente a aquel momento intenso y apasionado.

Las luces de la universidad brillaron en el despacho a través de la ventana. En ese momento, los deseos de Vinson se intensificaron al ver la expresión que Arielle tenía en la cara.

Entonces se agachó y la subió a la cama antes de desabrocharse el cinturón de cuero. Mientras inclinaba su voluminoso cuerpo hacia ella, sus ojos se llenaron del amor que sentía por ella. Con la cabeza baja, le besó suavemente la frente, la nariz y unos labios extremadamente seductores.

Dos horas más tarde, Arielle se recostaba cansada en el abrazo de Vinson. Tras darle uno o dos besos, la llevó al cuarto de baño. Cuando salieron del baño, había transcurrido otra hora más o menos.

Tras unas cuantas horas de vaporosa interacción, Arielle estaba perezosamente tumbada en brazos de Vinson bajo la manta.

¿De dónde sacaba su energía? ¿Cómo sigue siendo capaz de seguir durante más de una hora en el baño después de dos horas en la cama?

Vinson le besó la frente y le preguntó con voz grave: «¿Te vas a casa esta noche?».

«Como ya es tan tarde, no». Arielle ya había informado al chófer de que esa noche se quedaría a dormir en la universidad.

Los ojos de Vinson parpadearon al oír aquello. Inmediatamente se dio la vuelta y la inmovilizó.

Arielle abrió los ojos, perpleja, y preguntó: «¿Quieres más?».

«Pues no estoy satisfecho». Vinson volvió a besarla.

Como no iba a volver, pudieron pasar toda la noche juntos.

Cuando Arielle se despertó al día siguiente, Vinson ya había salido de la habitación.

Entonces sacó el teléfono y escuchó un mensaje de voz que Vinson le había enviado. Le dijo que a partir de entonces se quedara en la universidad, y que se colaría siempre que fuera posible.

Arielle curvó los labios en una sonrisa. ¿No se agota?

Arielle estuvo de muy buen humor durante todo el día. Aunque intentaba reprimir su alegría, Aaron se había dado cuenta enseguida. Como prestaba atención a cada uno de sus movimientos, podía juzgar más o menos su estado de ánimo.

«¿Por qué estás tan contenta? ¿Te ha pasado algo bueno?” preguntó Aaron sonriendo.

En respuesta, Arielle se burló y replicó: «¿Qué tiene que ver contigo?». Se dio cuenta de que estaba mostrando demasiado sus emociones tras una noche dichosa con Vinson.

Tengo que disimular mejor mis emociones.

Al ser reprimido por Arielle, Aaron sólo pudo sonreír irónicamente como respuesta.

De hecho, pretendía ser una pregunta casual sin ningún motivo oculto.

Aaron hizo caso omiso de su recelo hacia él y preguntó con una sonrisa: «Oye, mañana es sábado. Como mañana no tienes clase, ¿Te apetece ir a algún sitio? Puedo llevarte».

Arielle negó con la cabeza porque quería pasar el día con Vinson. «Mañana tengo algo que hacer».

Los ojos de Aaron parpadearon. Puesto que no estaba familiarizada con el lugar ni con sus gentes, ¿Qué podía tener planeado?

Fingió despreocupación y preguntó: «¿De qué se trata? ¿Puedo acompañarte?»

«¡Es un asunto privado!» respondió Arielle y lo miró fijamente. «¿Por qué necesitas hacer tantas preguntas? ¿Para que envíes a tus hombres a acecharme y vigilarme?». Entonces se dio la vuelta y se marchó.

Aaron se quedó sin habla. ¿Cree que soy esa clase de persona?

Arielle volvió a su despacho tras abandonar el aula. Aquella mañana ya le había dicho al chófer que se quedaría a dormir en la universidad de vez en cuando y que ya no necesitaba que la llevara.

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