Sus mil secretos -
Capítulo 1408
Capítulo 1408:
El doctor que la atendió nunca había esperado que una mujer chanaeana tuviera unos conocimientos médicos tan exquisitos. Miraba con fervor cada movimiento de Arielle, sin atreverse a apartar la vista ni un segundo. En aquel momento, se sintió sumamente agradecido por ser el doctor que atendía a la paciente que tenía delante. De lo contrario, no tendría la oportunidad de observar la operación.
«¿Cómo está mi abuelo, Señorita Moore?» preguntó Sonia al instante con mirada esperanzada cuando Arielle salió del quirófano. Al fin y al cabo, la familia del paciente era la que estaría más preocupada.
Arielle estaba bastante cansada después de llevar a cabo una operación de alta precisión de más de cuatro horas, pero aun así le dedicó una sonrisa.
«No te preocupes, porque ya está bien». Sólo cuando Sonia oyó aquello, su corazón, que había estado alojado en su garganta, volvió a asentarse en su pecho.
En realidad, sólo estaba probando suerte cuando invitó a Arielle para que tratara a su abuelo. Al final, Arielle se limitó a enseñar ortopedia, oncología y medicina tradicional chanaeana. La enfermedad de su abuelo, en cambio, no tenía nada que ver con todo eso.
Para su sorpresa, el resultado fue tan bueno como había previsto, y su abuelo quedó entonces fuera de peligro.
«¡Gracias, Señorita Moore! ¡Muchas gracias!» Se adelantó jubilosa y abrazó con fuerza a Arielle. En aquel preciso instante, realmente respetaba a esta última desde lo más profundo de su corazón.
En verdad, su arrogancia y altanería en la universidad ya no se veían por ninguna parte.
Aaron tenía algunos asuntos oficiales que atender ese día, así que sólo fue a la universidad cuando hubo terminado de ocuparse de todo. Cuando llegó a la universidad, se enteró de que Arielle había ido al hospital con Sonia.
Sin demora, se dirigió directamente al hospital. Inesperadamente, al llegar a las puertas del quirófano, fue recibido por la visión de Sonia abrazando a Arielle.
En un instante, su expresión se ensombreció. Se acercó a Arielle a grandes zancadas y la miró con gesto adusto.
Cuando el padre de Sonia vio a Aaron, pensó que éste estaba allí para visitar a su padre, sin esperar en ningún momento que el hombre estuviera allí para buscar a Arielle.
Enseguida se detuvo en seco.
Arielle no tenía ni idea de por qué Aaron se había acercado y la miraba con expresión adusta sin motivo.
En aquel momento, sólo se sintió incómoda ante el abrazo de Sonia.
No estaba acostumbrada a abrazar a gente con la que no estaba muy unida, así que apartó subrepticiamente a Sonia.
«Aunque ahora está bien, debes cuidarle bien de ahora en adelante y asegurarte de que hace los ejercicios de rehabilitación», le recordó.
Las personas que sufrían una hemorragia cerebral nunca podían recuperarse completamente con una simple operación. En cambio, la mayoría de esos pacientes y supervivientes cargarían con deficiencias motoras, cognitivas y de velocidad, así como con otras secuelas a largo plazo de diverso grado.
No podía decir con certeza qué tipo de secuelas a largo plazo tendría el abuelo de Sonia, pues eso sólo se pudo discernir tras un tiempo de observación, cuando recuperó la conciencia.
«Lo sé. Mi abuela y yo le supervisaremos para que haga los ejercicios de rehabilitación todos los días», afirmó Sonia con toda seriedad.
«¡Genial! Entonces, te haré una copia de lo que debes y no debes hacer, así como de los ejercicios de rehabilitación. Si los sigues al pie de la letra, seguro que tu abuelo podrá seguir haciéndote compañía unos cuantos años más.»
«Gracias, Señorita Moore. Gracias también por su benevolencia y magnanimidad al no guardarme rencor». Sinceramente, Sonia estaba profundamente arrepentida de sus acciones pasadas.
Se dio cuenta de que estaba mal por su parte tener sentimientos negativos hacia Arielle e incluso ponerle las cosas difíciles en clase porque Aaron era bueno con esta última.
El padre de Sonia, Lawrence Wynter, también se había enterado del conflicto entre Sonia y Arielle cuando esta última estaba realizando la operación. Se acercó igualmente y se inclinó ante Arielle en señal de disculpa.
«Señorita Moore, mi hija fue una ignorante anteriormente y le puso las cosas difíciles. Gracias por no ofenderte con ella y por venir al hospital a salvar a mi padre».
«Ella no hizo nada que me pusiera las cosas difíciles, así que no hace falta que te lo tomes a pecho. En cuanto a salvar a tu padre, es mi responsabilidad como médico. No importa quién sea el paciente, no me quedaré de brazos cruzados cuando la vida de una persona esté en peligro” replicó Arielle con una leve sonrisa.
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