Sus mil secretos -
Capítulo 1396
Capítulo 1396:
La comisura de los labios de Arielle se elevó en una leve sonrisa que parecía tener un significado oculto tras ella.
Los murmullos de los estudiantes de alrededor se hicieron más fuertes. Cada vez más gente se ponía de parte de Sonia y cuestionaba sus capacidades.
Arielle sabía que le resultaría difícil seguir enseñando aquí si no refutaba la afirmación de Sonia aquel día.
Parece que estos alumnos no son tan simples.
No tenía prisa por refutar. En lugar de eso, prefirió observar tranquilamente a los alumnos en el aula. Quería averiguar qué dudas tenían.
Después de darles tiempo para discutir en privado, finalmente dijo: «Ya que todos dudan de mis habilidades y creen que mi afirmación es errónea, ¿Por qué no hacemos una apuesta?».
Y se dirigió a Sonia.
Percibo algo extraño en esta chica desde que la vi por primera vez. Me pregunto qué habré hecho para ofenderla y que sea tan prepotente.
«Ya que dudas de mis conocimientos médicos y crees que tu razonamiento es lógico, ¿Hacemos una apuesta?», sugirió.
Con la barbilla aún levantada altivamente, Sonia preguntó: «¿Qué apostamos?».
«Apostemos sobre si Linda tiene depresión o no. Casualmente, Aaron también está aquí. Puede ser nuestro testigo».
Al mencionar a Aaron, Sonia se volvió para mirarle.
Para Sonia, en realidad era una gran oportunidad para deshacerse de Arielle. Si conseguía demostrar que las opiniones y teorías de Arielle eran erróneas, la reputación de ésta quedaría por los suelos y no estaría cualificada para seguir enseñando en la facultad de medicina.
Además, Aaron cambiaría su opinión sobre Arielle y dejaría de sentirse atraído por ella.
Ante ese pensamiento, Sonia presionó los puños con fuerza.
Tenía que participar en la apuesta, pasara lo que pasara. Y lo que era más importante, tenía que ganarla.
Una vez decidida, Sonia se preparó para el desafío. «Vale, apostaré. ¿Qué nos jugamos?
«¿Qué tienes en mente?» preguntó Arielle.
Sonia se atrevió a expresar sus pensamientos más íntimos: «Si pierdes, no estarás cualificada para ser nuestra profesora. Tendrás que abandonar este lugar». La multitud se alborotó.
Estaban desconcertados por su atrevimiento al hacer semejante petición.
Al oír aquello, Arielle sonrió. Por fin comprendía la razón de Sonia para atacarla.
Parece que quiere echarme de la universidad. Pero acabo de llegar a Turlen y es la primera vez que nos vemos. ¿Cuál es la razón para que haga eso repetidamente?
Fuera cual fuera el motivo, Arielle iba a aceptar el reto.
«Vale. Acepto tus condiciones. Si pierdo, dejaré inmediatamente la facultad de medicina y no volveré a dar clases. Pero, ¿Y si pierdes?” Su pregunta dejó a Sonia sin palabras.
No había pensado en lo que haría si perdía.
¿También tendría que dejar la facultad de medicina?
Todos en la sala creían que Arielle también pediría a Sonia que abandonara la facultad, ya que ésta había hecho una petición tan exigente.
Aun así, Arielle no hizo tal cosa. «Si pierdes, aceptarás la derrota y serás la representante de mi clase». Sonia se quedó perpleja.
No esperaba que Arielle hiciera una petición tan sencilla. El precio de perder la apuesta parecía demasiado pequeño.
«¿Eso es todo?», preguntó dubitativa.
«Así es. Eso es todo».
Sonia asintió. «De acuerdo. Lo acepto».
Mientras tanto, la boca de Aaron se arqueó en una sonrisa al escuchar su acuerdo. Pensó que encajaba bien con el carácter de su gatita, y estaba deseando ver cómo Arielle se ganaba a la gente que dudaba de ella.
Cuando Arielle volvió al frente de la clase, tiró de ella y sonrió, diciendo: «No hace falta mostrar piedad. Haz lo que tengas que hacer. Deja que sean testigos de tus habilidades».
«No te preocupes. No pensaba mostrar piedad aunque no me lo dijeras». Arielle dirigió una mirada a Aaron y comenzó su apuesta con Sonia.
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