Sus mil secretos
Capítulo 1335

Capítulo 1335:

Arielle cayó en la cuenta. Así que no es el Wi-Fi. Aaron ha interceptado el correo electrónico. Furiosa, maldijo: «¡Maldita sea!».

Al otro lado de la línea, Aaron podía imaginarse lo furiosa que estaba. Sus labios se curvaron en una sonrisa complacida y regocijada.

[Señorita Moore, por favor, cumpla su palabra]. Dicho esto, cortó la comunicación alegremente.

Arielle miró el teléfono con rabia antes de tirarlo a la cama. Rodeó las sábanas con los brazos y dejó de tentar a la suerte. Lo único que quería era que Vinson estuviera sano y salvo.

Aaron prometió darles un día, pero técnicamente era menos que eso. Como el tiempo no era bueno, Aaron decidió llevarlos de vuelta antes de lo previsto, ya que existía la posibilidad de que el vuelo se retrasara en cualquier momento.

Arielle y su familia hicieron las maletas antes de seguir a Aaron al aeropuerto. Iban a coger un avión privado, así que no hubo necesidad de comprar billetes de avión ni de pasar por la puerta de embarque. Fue un proceso relativamente fácil.

En el avión, Aaron ocupó el asiento delantero, mientras Arielle y su familia se sentaban detrás de él. Pat parecía hosco a pesar de tener a su familia con él. Quizá se sentía así porque se marchaban a un país extranjero. En realidad prefería quedarse en Lightspring.

«No estés triste. Cuando lleguemos a nuestro destino, te cocinaré algo delicioso», le engatusó Arielle mientras le pellizcaba la mejilla de forma cariñosa.

A Pat le encantaba la cocina de Arielle, incluida la occidental, la de Ustranasia y todo tipo de aperitivos que preparaba. Al oír sus palabras, se iluminó de alegría, y su disgusto inicial desapareció.

«¡San, debes cumplir tu palabra!». Pat parpadeó con seriedad, haciéndole parecer entrañable y adorable.

«¿Te he mentido alguna vez?» respondió Arielle alegremente.

«San, no lo malcríes. Lo vas a convertir en un mocoso malcriado», comentó Andrea mientras los miraba, con los ojos arrugados por la risa.

«Aún es joven, así que no pasa nada». Arielle se rió entre dientes. En realidad, ahora mismo necesitaba que alguien hablara con ella para desviar su atención. Porque en cuanto tenía tiempo libre, no podía evitar pensar en Vinson.

Y cuanto más pensaba en él, más disgustada se sentía.

Me pregunto si estará despierto. Probablemente se volverá loco al darse cuenta de que he desaparecido. Pero no tenía otra opción desde que Aaron utilizó a mis padres adoptivos para amenazarme. Yo también he querido ir a Turlen. Ésta es mi única opción.

«San, Vin estará bien. No te preocupes». Andrea le cogió la mano y le ofreció palabras de consuelo. Al haber sido una vez una joven enamorada, conocía bien los sentimientos de su hija.

«Sé que se pondrá bien». Arielle le había operado personalmente, y la operación había tenido un noventa por ciento de éxito, pero no podía evitar echarle mucho de menos. Al fin y al cabo, no se sabía cuándo volverían a reunirse.

Cinco horas más tarde, el avión aterrizó con firmeza. Arielle supuso que estaban en su destino, pero, para su sorpresa, tuvieron que tomar un crucero antes de llegar realmente a su destino. Frunció las cejas. No tenía ni idea de que Turlen estuviera tan lejos.

Aquella noche, Arielle salió de su camarote. Deseosa de llamar a Vinson, sacó el teléfono sólo para darse cuenta de que allí no había señal.

«No malgastes tus esfuerzos. No hay señal en los alrededores, y aquí sólo funcionan los teléfonos por satélite». Aaron la había estado observando todo el rato y se acercó a ella cuando se dio cuenta de que intentaba hacer una llamada.

«Aaron, ya estoy en el crucero contigo. Tengo que informar a mi marido de mi paradero para que no se preocupe por mí», le dijo Arielle con frialdad.

Comprendía por qué se había negado antes a que Vinson supiera que estaba con los Wilhelm, pues quería llevarla de vuelta a Turlen. Sin embargo, ahora que estaban a punto de llegar, no tenía sentido que no se pusiera en contacto con Vinson.

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