Sus mil secretos
Capítulo 1284

Capítulo 1284:

«Don, parece que Arielle se marcha. Seguro que renuncia», dijo Queenie en voz baja, con un tono lleno de alegría.

Estaba muy presionada todo el tiempo porque Cornelius tenía en gran estima a Arielle. Como consecuencia, Queenie empezó a dudar de sus propias habilidades e incluso llegó a pensar que Arielle era mejor que ella.

«Sus problemas no tienen nada que ver con nosotros. Concéntrate en tu paciente y aspira a obtener la máxima puntuación posible». Donovan no podía permitirse prestar más atención a Arielle. Le aterraba exponerse si seguía haciéndolo. Al fin y al cabo, la situación del asesinato aún no se había resuelto. Si acababa exponiéndose, se metería en un buen lío.

Queenie no tenía ni idea de lo que pensaba Donovan. En cambio, pensaba sinceramente que éste se preocupaba por ella. Por eso, tras oír lo que decía, asintió y canalizó su atención hacia la paciente, decidida a asegurar su candidatura.

Mientras tanto, Sasha llevó la mochila de Arielle al lugar donde ésta se encontraba. Al ver a la anciana en la habitación, Sasha la reconoció inmediatamente como la paciente de Arielle.

Aunque Sasha ignoraba el motivo por el que Arielle había decidido tratar allí a la anciana, intuyó que algo debía de haber ocurrido. «¿Necesitas mi ayuda?» preguntó Sasha.

«Sí, puedes ser mi asistente. Sólo pásame lo que te pida», dijo Arielle en voz baja antes de encender el portátil para investigar un poco.

Era la primera vez que Arielle veía el estado de la anciana. No obstante, Arielle pensó que podría aceptar el reto y curar a la anciana al mismo tiempo.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no conseguía descsirar la enfermedad a medida que avanzaba el día.

No le sobraba el tiempo y, debido a la constante presión de Sasha y la anciana, apenas tenía tiempo para comer. Tras zamparse unos cuantos bocados de comida, continuó sumergiéndose en el mar de información que tenía ante sí.

Al día siguiente, a las ocho de la mañana, los contendientes esperaban ansiosos en el vestíbulo a que Cornelius anunciara los resultados en el Hospital Silverbirch.

Cuando Cornelius escrutó los alrededores, se dio cuenta de que Arielle no estaba presente.

Uno de los ancianos, que al principio tenía una buena impresión de Arielle, preguntó por el paradero de la paciente que había traído. Sólo entonces se enteró de lo que había ocurrido el día anterior, que Arielle había salido con el paciente y no había regresado.

El anciano no pudo evitar sentir una punzada de pesar. Arielle, en su opinión, se consideraba vencida.

Queenie estaba exultante en ese momento porque ya había curado a su paciente.

Viggo sentía lo mismo.

Él también había conseguido curar a su paciente. Sin embargo, cuando oyó la conversación sobre la pérdida de Arielle, sintió una mezcla de alivio y arrepentimiento.

Al fin y al cabo, siempre se sentía presionado con Arielle cerca.

Como las puntuaciones se determinaban según la gravedad del estado de los pacientes y el grado de sus mejoras, el proceso tardó algo más de lo habitual.

Por el momento, dos ancianos ocupaban los puestos primero y tercero, mientras que Queenie y Viggo ocupaban los puestos segundo y cuarto, respectivamente.

Justo cuando Cornelius se disponía a anunciar la puntuación, Arielle llegó con la anciana en el momento justo.

A Queenie no le sorprendió realmente la oportuna aparición de Arielle, pero la visión de la anciana de ayer la dejó completamente estupefacta.

«Esta…» Queenie se quedó atónita ante lo que estaba viendo. ¡La anciana estaba embarazada justo ayer! ¿Dónde se le había metido la barriga? ¿Será que Arielle la llevó a abortar?

Debe de ser eso. Después de todo, estoy segura de que tenía razón cuando dije que estaba embarazada. Si no, su prominente barriga no se habría desvanecido de la noche a la mañana.

«Arielle, ¿Cómo te atreves a arriesgarte a operar a la anciana? ¡Podría haber muerto en la mesa de operaciones debido a su avanzada edad!»

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