Sus mil secretos
Capítulo 1254

Capítulo 1254:

Temiendo por sus vidas, Geoffrey empezó a sudar frío, pues la intención del enmascarado no podía ser más clara.

Si no podía proporcionarle ninguna información útil, los días de su familia estarían contados.

A pesar de la rebeldía que llevaba dentro, Geoffrey no tuvo más remedio que asentir. «De acuerdo, sin duda te ayudaré a vigilar al Señor y la Señora Nightshire».

«Mmm-hmm.» El hombre asintió a su vez antes de salir sin temor a ser descubierto.

El hombre apenas salió cuando Geoffrey presionó los dientes y dijo, «Señor…»

El hombre se volvió y lanzó a Geoffrey una mirada escrutadora.

«En realidad…» Justo cuando las palabras estaban a punto de salir de la boca de Geoffrey, luchó consigo mismo antes de cambiar de opinión. «Últimamente se ha reforzado la seguridad aquí. Por lo tanto, será mejor que tengas más cuidado cuando salgas».

El hombre se encogió de hombros antes de darse la vuelta y salir del invernadero.

Tras ver desaparecer la silueta del hombre, la tensión del cuerpo de Geoffrey se liberó y cayó de rodillas, empapado en sudor.

Había tenido la intención de decir que había algo extraño en la pelea entre Arielle y Vinson y también en el hecho de que Vinson trajera a otra dama a casa.

Sin embargo, el vínculo que durante décadas había construido con la Familia Nightshire le hizo tragarse aquellas palabras.

Traicionar a los Nightshire ya había hecho que le aparecieran ojeras de tantas noches sin dormir.

Por desgracia, seguía sin atreverse a confesarles el asunto.

A fin de cuentas, su lealtad era tan fuerte que era incapaz de traicionarlos a pesar de que la vida de su familia pendiera de un hilo.

Cerrando los ojos y juntando las palmas de las manos, rezó: «Espero que todo acabe pronto».

También esperaba que Vinson se diera cuenta rápidamente de que algo iba mal y localizara al enmascarado.

A pesar de ello, sus esperanzas seguían siendo sólo eso. Lo único que podía hacer era seguir actuando como topo y responder a todas las preguntas del enemigo.

Sin que lo supieran ni el enmascarado ni Geoffrey, un par de ojos les observaban atentamente.

Unos minutos más tarde, Arielle caminaba por la calle cuando recibió una llamada de una de las criadas.

Con un movimiento del párpado, respondió a la llamada de inmediato.

«¿Has descubierto algo?» preguntó Arielle enseguida.

Sonó la voz de la criada.

«Vi a Geoffrey entrar en el invernadero. Poco después salió otro hombre y se marchó escalando la pared. Quería dar la alarma, pero decidí llamarte a ti primero».

«Has hecho bien». Tras un silencio momentáneo, Arielle preguntó: «¿Conseguiste hacerle una foto al hombre?».

«¡La hice! Sin embargo, es en vídeo, ya que me preocupaba el sonido que pudiera hacer la cámara».

«Envíamela enseguida, y no se lo menciones a nadie más. Sigue con tu trabajo».

«¡Sí, Señora Nightshire!» La criada terminó la llamada emocionada, pues se sentía orgullosa de haber hecho una contribución importante.

Pronto, Arielle recibió un mensaje de la criada.

No temía que se filtrara el contenido del mensaje porque Vinson había ido a verla la noche anterior. No sólo pasó la noche con ella y le explicó la situación, sino que también le entregó un teléfono nuevo.

En adelante, ambos seguirían en contacto utilizando el nuevo teléfono, que nadie más conocía.

Tras hacer clic en el vídeo para verlo, vio al hombre enmascarado salir del invernadero.

Debido al ángulo desde el que se grabó el vídeo, sólo pudo ver la silueta del hombre al principio.

Sin embargo, Arielle redujo ampliamente la identidad de la persona al hombre que conoció en el crucero sólo por su silueta.

En el último segundo del vídeo, el hombre giró la cabeza para mostrar el perfil lateral, lo que permitió a Arielle confirmar su sospecha.

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