Sus mil secretos
Capítulo 1243

Capítulo 1243:

Un desconsolado Vinson siguió abrazando con fuerza a Arielle. «No llores. Por favor… Lo siento».

No sabía cómo consolar a alguien; ésas eran las únicas palabras que podía decir.

Le invadió la culpa al saber que ella lloraba por su culpa.

Llegados a este punto, el hombre ya no quería seguir con el plan.

Se negaba a hacer nada que pudiera herir a Arielle.

«No llores», arrulló Vinson. «Todo es culpa mía. No debería haber traído aquí a esa mujer. Pero no te preocupes, voy a atrapar a ese topo y a echar a esa mujer ahora mismo».

Al oír aquello, Arielle se secó apresuradamente las lágrimas y se agarró al cuello de Vinson. «No lo hagas»

Acabó desabrochándole el pijama por accidente, dejando al descubierto su firme pecho.

Arielle apartó inmediatamente la mirada con el rostro sonrojado. «Perdona».

«No pasa nada». Riéndose, Vinson le quitó las lágrimas de un beso. «No llores, ¿Vale? No sé qué hacer cuando lloras».

«Vale, ya paro». Arielle resopló. «Es que me siento horrible y… celosa». Era la primera vez que mencionaba la palabra «celosa».

Incluso a ella le daba vergüenza decirla.

Por otro lado, Vinson frunció los labios, satisfecho. «Creía que no te importaba. Estuve triste toda la noche».

«¿Y aún así viniste a buscarme?».

«¡Por supuesto!» Vinson le mordisqueó suavemente la punta de la nariz. «Si no lo hiciera, probablemente nunca vendrías a buscarme».

Arielle sintió que se le agitaba el corazón. También empezó a sentir un poco de calor, posiblemente debido a los besos de Vinson.

La mujer dejó escapar una tos seca antes de hacer un comentario solemne. «Hemos llegado hasta aquí con nuestro numerito, así que no desperdiciemos todos nuestros esfuerzos. Me di cuenta de que alguien me observaba cuando salí con Jason hoy temprano. Lo curioso es que… creo que ya conocía a esa persona».

«¿Ah, sí?»

«Sí.» Arielle se incorporó. «¿Todavía recuerdas el incidente del crucero?».

«Claro que sí». Fue entonces cuando casi había perdido a la única mujer que amaba.

El hombre se concentró y también se incorporó. «¿Pero por qué sacas de repente ese tema?».

«Recuerdas al tipo que me espiaba a la entrada del bar de karaoke -también lo vi en el crucero de entonces-. Ahora que lo pienso, fue él quien me advirtió de la bomba en el crucero. También estoy segura de que no fue él quien puso la bomba».

Las cejas de Vinson se fruncieron. «¿Estás diciendo que el hombre que te envió esas fotos y quiere separarnos no es la misma persona que intenta matarme?».

«Sí.» Arielle asintió. «Es sólo una suposición mía, pero tengo la sensación de que esos dos hombres se conocen. ¿Cómo si no iba a saber lo de la bomba en el crucero?».

La expresión de Vinson se volvió insondable.

«Entonces, ¿Por qué el tipo que te ayudó en el crucero intenta separarnos ahora?».

«Yo… tampoco estoy segura. Quién sabe, a lo mejor en realidad no pretende hacer eso».

«¿Seguimos con nuestro plan, entonces?».

«Sí», respondió Arielle con firmeza. «Probablemente conoce al responsable de las dos explosiones. Mientras sigamos en esta dirección, estoy segura de que podremos atraer a esa rata».

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