Sus mil secretos
Capítulo 1185

Capítulo 1185:

El asistente seguía incrédulo.

Si hubiera sido su primer día en la empresa, habría supuesto que Arielle era lo bastante ingenua como para creer las palabras de Jacob y acceder a que firmara el contrato.

Sin embargo, tras haber presenciado los incidentes con Oliver y el brazo biónico, sabía que Arielle no era una mujer corriente.

«Hay algo en todo esto que parece sospechoso, Señor Campbell. Te sugiero que investigues más a fondo antes de actuar. Podría tratarse de una trampa», le recordó el asistente.

«¡Podría ser así si la empresa que viene mañana a firmar el contrato fuera alguna de poca monta de la que nunca hemos oído hablar, pero estamos hablando del Grupo Sann! Una empresa así no intentaría tenderme una trampa por el bien de una z%rra como Arielle, ¡Así que es imposible que esto sea una trampa!». Jacob lo negó de inmediato.

«Pero…»

«Muy bien, ya basta. Voy a ir al baño, así que ya puedes volver dentro». Jacob le interrumpió y empezó a desabrocharse el cinturón.

Sin otra opción, el asistente sólo pudo alejarse y rezar por haber sobrestimado a Arielle acerca de que todo esto fuera una trampa.

Siendo él quien hacía todo el trabajo sucio de Jacob, sería el primero en caer si Arielle se deshacía de Jacob. Ése era el principal motivo por el que le preocupaba tanto que Jacob cayera en la trampa de Arielle.

Jacob se había levantado pronto de la cama al día siguiente para poder vestirse bien antes de presentarse en el Grupo Moore.

Como la construcción del edificio había concluido hacía poco, aún se percibía un ligero olor a pintura.

Aunque Jacob solía encontrar irritante ese olor, aquella mañana en particular parecía darle más energía.

«¡Señor Campbell! Me acaban de informar de que hay representantes de montones de empresas pidiendo almorzar con usted. Además, algunas de nuestras sucursales han recibido de repente enormes cantidades de pedidos», le susurró su asistente con expresión conflictiva.

Por supuesto, Jacob esperaba que ocurriera esto.

El Grupo Moore va a ascender en el sector ahora que el Grupo Sann ha aceptado asociarse con nosotros. Es natural que las demás empresas de Jadeborough también quieran un trozo de ese pastel.

Con eso en mente, Jacob dijo: «Recházalos a todos por ahora. Diles que estoy muy ocupado estos días y que me pondré en contacto con ellos cuando esté libre. No debemos aceptar sus invitaciones demasiado pronto, o bajará nuestro valor».

«¡Entendido!», respondió el asistente y se fue a cumplir sus instrucciones.

Jacob empezó entonces a apresurarse con su trabajo del día, pues los representantes del Grupo Sann llegarían a las diez.

«Prepárense. Voy a retransmitir en directo el proceso de mi firma del contrato con el Grupo Sann», ordenó a su asistente cuando terminó su trabajo.

“¿Transmitir en directo?”

Después de que Jacob le regañara por la transmisión en directo del brazo biónico de ayer, le tenía un poco de fobia a esa palabra.

Aunque a Jacob no le importaban los comentarios negativos, era él quien tenía que ocuparse de ellos. Eran tantos que se quedó despierto toda la noche después de la sesión de bebida de ayer sólo para deshacerse de todos ellos.

«¿Qué tal si esta vez no lo retransmitimos en directo? Las cosas podrían ponerse muy feas si esto resulta ser una trampa tendida por la Señorita Presidenta. Todo el mundo podría verlo», le aconsejó nervioso el asistente.

«¿Sabes una cosa? ¡Me doy cuenta de que últimamente te has vuelto mucho más cobarde! Siempre oponiéndote a las decisiones que tomo… ¿Sabes lo irrespetuoso que estás siendo?». gritó Jacob con rabia.

El asistente se sintió tan intimidado por su tono dominante que sólo pudo agachar la cabeza y disculparse. «Lo siento, Señor Campbell… No era mi intención…».

«¡Me da igual lo que quisieras decir! ¡Haz lo que te digo! Ahora, ¡Prepárate para la retransmisión en directo!»

.

.

.