Sus mil secretos
Capítulo 1114

Capítulo 1114:

Tras confirmar que Arielle era San, Noah se acercó a ella y le dijo encantado: «San, te hemos estado buscando por todas partes. No esperaba que fueras más joven de lo que se rumoreaba».

Las comisuras de los labios de Arielle se curvaron en una sonrisa, pero no había destellos de alegría en sus ojos.

Noah miró a Donovan por encima del hombro e instó: «¿Qué haces ahí parado todavía? Ven a dar la bienvenida a tu superiora, San».

Ante la mención de que Arielle era su senior, la expresión de éste se ensombreció aún más.

¡La persona que llevaba tanto tiempo buscando y esperando resultó ser Arielle!

Ese pensamiento le vino a la mente la primera vez que Noah mencionó a San, pero descartó firmemente la posibilidad.

Ni en sus sueños más salvajes esperaba que la realidad le demostrara lo contrario.

Todo lo que consideraba inusual tenía sentido en aquel momento, como que la Universidad Maxwell enviara un jet privado a recoger a Arielle al aeropuerto, la mirada que le dirigió Selena y que él la viera en la cafetería exclusiva para los profesores de la Universidad Maxwell.

Así que la verdad había estado delante de mí todo este tiempo. Fui yo quien se negó a pensar más profundamente en ello. Tenía demasiado miedo de hacerlo.

A Donovan le brotó un sudor frío de la frente mientras se estremecía ante la revelación.

San es la única esperanza para mi tesis, pero Arielle nunca me ayudará después de todo lo que le he hecho. ¡Estoy condenado!

Al ver que seguía perdiendo el tiempo, Noah frunció el ceño, disgustado. «Donovan, ¿Por qué sigues ahí de pie? Ven aquí y salúdala».

Con una media sonrisa, Arielle comentó: «Sí. ¿No decías que llevabas mucho tiempo buscándome? ¿Por qué no me saludas? ¿No vas a disculparte por tu descortesía anterior?».

Donovan apretó los dientes, intentando contener su mal genio. Las venas de su sien se abultaron por el esfuerzo.

«Señor Noah, está bien. Pensaré en otra forma». Apretó los puños mientras hablaba.

Una expresión escéptica se apoderó del rostro de Noah ante el rechazo de Donovan. Entonces cayó en la cuenta al recordar la disputa entre Donovan y Arielle a la entrada del centro comercial.

Tras acercarse al lado de Donovan, le susurró: «Lo de ayer no es para tanto. Sólo tienes que disculparte sinceramente con ella. Ya que está dispuesta a venir hasta aquí, estoy seguro de que hay espacio para que los dos hagan las paces. Ve a disculparte con ella y yo te ayudaré».

«No puedo, Señor Noah». Donovan volvió a cerrar los puños y explicó: «El rencor entre nosotros va más allá del incidente de ayer».

Si no le hubiera hecho esas cosas a Arielle antes de esto y no la hubiera rechazado insistentemente en la Universidad de Jadeborough, tal vez hubiera existido la posibilidad de que me ayudara. Sin embargo, no puedo cambiar el pasado. Yo mismo he puesto el último clavo en el ataúd. Ya que no tiene sentido lamentar lo que he hecho, mejor conservo mi orgullo.

Mirando fríamente a Arielle, dijo: «Nos hemos equivocado de persona. La persona que busco no eres tú, y no es San. Ya puedes irte».

Noah gritó frenéticamente: «¡Donovan! ¿Qué te pasa?».

Arielle había ido aquel día sólo para reírse de Donovan. No le importaba que la condenara al ostracismo, pero no debería haber intimidado a su amiga. Naturalmente, no podía dejar que se librara tan fácilmente.

A juzgar por su expresión, sabía que se había vengado.

Si es así, no quiero quedarme a ver su feo careto nunca más.

«Muy bien. Ahora me marcho».

Arielle arqueó una ceja hacia Jared y dijo: «Parece que esta noche no hay cena gratis. Te llevaré a otro sitio».

«Claro». Jared dirigió una mirada burlona a Donovan, luego giró sobre sus talones y se marchó con Arielle.

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