Sus mil secretos
Capítulo 1050

Capítulo 1050:

Bjorn negó con la cabeza. En lugar de darle una respuesta directa, le dio una respuesta misteriosa. «No necesita que le devolvamos su amabilidad».

Los ojos de Agnes se abrieron de par en par. «¿No quiere nada de nosotros?».

Bjorn asintió. «Si no fuera porque el Señor Nightshire es compañero de la Señorita Moore, habría querido cortejarla».

«Ni se te ocurra». Agnes sacudió la cabeza. «¿No viste la cara que puso el Señor Nightshire cuando fuiste a agarrar la manga de la Señorita Moore?».

Bjorn se rió entre dientes. «Por eso he dicho ‘si’. No pensaba actuar en consecuencia».

Estaba seguro de que si actuaba según ese pensamiento, un brazo perdido sería una misericordia de Vinson. Lo que era más probable era que también perdiera la cabeza.

En la Mansión Nightshire, después de que Susanne hubiera ido a hacerse un tratamiento facial, Arielle estaba a punto de preguntarle a Vinson qué quería cenar. Sólo entonces se dio cuenta de lo sombría que era su expresión.

Sorprendida, preguntó: «¿Qué te pasa? ¿Quién te ha hecho enfadar?».

Vinson le dirigió una mirada contrariada y refunfuñó: «¿Qué le has dicho a Bjorn?».

«Ah, eso». Arielle se rascó la cabeza antes de continuar: «Sólo le pedí que viniera al acto de presentación con su brazo biónico cuando el producto saliera a la venta».

«Ah», respondió Vinson, pero mantuvo la expresión sombría.

Tras dos segundos de silencio, Arielle dijo de repente: «Vinson, no me digas que estás celoso porque he tenido una conversación privada con Bjorn».

Vinson no lo negó y dijo: «¿Hay alguna norma en alguna parte que diga que no se me permite estar celoso?».

A Arielle se le escapó una carcajada. «Vale, vale. Perdona. Me preocupaba demasiado que la Señora Seyward no accediera a que su hijo participara en el acto de presentación de una pequeña empresa. Al fin y al cabo, para la Familia Seyward, el Grupo Moore no es más que una pésima empresa con mala reputación».

Sólo entonces se aclaró la expresión de Vinson. Luego hizo un mohín y murmuró: «Pero sigo estando celoso, así que tienes que hacerme sentir mejor».

«¿Cómo?»

«Déjame dormir contigo por la noche».

«¡Ni hablar!»

«¡Entonces me voy a enfadar!»

«Vale. Voy a preparar la cena. Ah, claro, ¿No habías dicho que no te gusta el marisco? Entonces voy a cenar marisco».

Vinson se puso en pie de un salto. «¡Lo siento, cariño!»

«¡Demasiado tarde!»

Arielle giró sobre sí misma y se dirigió hacia la cocina mientras Vinson corría tras ella.

Nunca pensó que tendría que ser él quien consolara a Arielle a pesar de ser el primero en enfadarse.

Mientras tanto, las criadas de la sala susurraban cotilleos entre ellas al verlos. Nunca habían visto a Vinson actuar de aquella manera. Menuda revelación. Parece que tendremos que ser más amables con Arielle que con Wendy. ¡Esta mujer podría ser realmente su esposa en un futuro próximo!

Por otro lado, en la Prisión de Fuerzas Especializadas, el capitán adjunto no tuvo más remedio que liberar a Wendy y a su madre tras recibir las instrucciones de Vinson.

Cuando Wendy salió de la celda, ya tenía los ojos hinchados hasta el punto de que apenas podía abrirlos.

Durante los dos últimos días, no le habían dado la oportunidad de descansar en absoluto. No dejaban de interrogarla sobre las mismas cuestiones.

Wendy estaba al borde de un colapso mental.

Cecilia no se encontraba en mejor estado que Wendy.

«Mamá, ¿Qué hacemos ahora?» sollozó Wendy.

Cecilia respiró hondo antes de contestar: «La Corporación Greene ha llegado a su fin. Tu padre habrá hecho todo lo posible por sacarnos. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer ahora es cortar los lazos con la Corporación Greene».

Oír aquello hizo que la desesperación se abatiera sobre Wendy como un maremoto.

Las palabras de Cecilia significaban que ya no podría ser la prestigiosa Señora Greene de la Corporación Greene.

De hecho, su condición de tal sólo la avergonzaría.

.

.

.