Sus mil secretos
Capítulo 1017

Capítulo 1017:

«¿Seguro que no quieres saberlo?» Preguntó Vinson mientras se inclinaba más hacia ella con una sonrisa maliciosa, con un aspecto completamente diferente al suyo habitual.

Ver esa expresión suya hizo que Arielle estuviera mucho más segura de que no quería averiguarlo.

«Como ya he dicho, ¡No quiero oírlo!».

Vinson asintió. «De acuerdo. ¡Te lo enseñaré, entonces!».

A continuación, sacó un vídeo en su teléfono mientras ella lo miraba confundida.

Aunque Arielle podía decir que ella era la mujer de las mejillas sonrojadas en aquel vídeo, era incapaz de imaginarse a sí misma comportándose así.

Oyó que Vinson le preguntaba: «¿Seguro que quieres besos?».

Un segundo después, se oyó a sí misma responder con voz femenina: «¡Sí! ¡Quiero besos! También quiero probar esa cosa increíble que dijiste antes».

Dado el tamaño y la forma de la mancha enrojecida de la palma de su mano, no hacía falta ser un genio para averiguar qué era esa «cosa increíble».

Como no quería seguir mirando, Arielle cogió el teléfono y borró el vídeo.

A Vinson no le importó en absoluto que lo borrara, pues su comportamiento de la noche anterior ya se había grabado a fuego en su memoria.

Además, no era realmente seguro guardar tales vídeos en su teléfono de todos modos.

«¡Ya está, ya has visto lo que ha pasado! Tú te lo has buscado», dijo con expresión inocente mientras la saludaba con la mano.

Decidí grabar ese vídeo como prueba en caso de que ella decidiera enfrentarse a mí al respecto, ¡Y la verdad es que se le dio un buen uso!

A pesar de su frustración, Arielle trató de hacerse la desentendida y dijo con su voz más despreocupada posible: «Oh, sí, lo entiendo. Llevamos mucho tiempo casados, así que no pasa nada. No tienes por qué preocuparte».

Luego echó un vistazo a las sábanas de la cama para ver si había alguna mancha de sangre en ellas, pero estaba totalmente impecable.

Vinson sabía lo que estaba pensando y se inclinó para besarla en la frente mientras le decía: «No te preocupes, no soy el tipo de hombre que se aprovecharía de ti sin tu consentimiento. Sólo lo haremos de verdad cuando estés consciente».

Oh, eso explica mi palma enrojecida y por qué no me duele ahí abajo… ¡Supongo que Vinson no es un completo imbécil sin remedio, después de todo!

Con eso en mente, Arielle se aclaró la garganta y dijo: «¡Date la vuelta! ¡Voy a vestirme!»

«¿Por qué tengo que darme la vuelta cuando cada centímetro de tu cuerpo ya se ha grabado a fuego en mi memoria?». La sonrisa maliciosa de Vinson hizo que Arielle se pusiera roja viva de nuevo.

«¡P&rvertido desvergonzado!», gritó mientras lanzaba una almohada a la cara de Vinson.

En lugar de esquivarla como haría la mayoría de la gente, simplemente dejó que la almohada le diera de lleno en la cara.

El impacto de la suave almohada no sólo no le dolió en absoluto, sino que le hizo oler el fragante aroma de Arielle.

Arielle aprovechó rápidamente la oportunidad para envolverse con la manta y salió corriendo hacia su dormitorio.

No fue hasta que hubo cerrado la puerta tras de sí que su acelerado corazón pudo ralentizarse un poco.

¡Oh, Dios mío! Qué vergüenza. No puedo creer lo que he dicho. Lo juro, a partir de ahora me mantendré alejada del alcohol.

Aunque había sido una noche bastante agitada, Vinson empezó a cambiar de opinión sobre mantener a Arielle alejada del alcohol.

Después de todo, él no sería capaz de ver ese lado seductor de ella a menos que estuviera borracha.

Por supuesto, sólo la dejaría beber cuando estuvieran los dos solos, ya que mataría a cualquier otro tipo que la viera en ese estado.

Así de posesivo era él.

Tras levantarse de la cama, Vinson se disponía a preparar el desayuno a Arielle cuando recibió una llamada del capitán adjunto de las Fuerzas Especializadas.

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